- ¿Qué te parece? -preguntó Jimin.
Taehyung se rascó la cabeza indeciso mientras seguía mirando el papel que le había mostrado su amigo minutos antes.
- No lo se... Es mucha pasta, sin duda.
- Y tanto, estas carreras solo se organizan de allá para cuando.
- Creo que no voy a participar -dijo finalmente el castaño-. En esas suele haber mucha rivalidad. A demás ahora mismo estoy bastante bien de dinero. ¿Y tú?
- Al principio tenía pensado participar... pero ahora ya no estoy seguro. Habrá más juego sucio del normal y con el tiempo que llevo sin coger la moto no me apetece jugármela.
- Haces bien, créeme. -Asintieron ambos de acuerdo.
Continuaron desayunando tranquilamente en la mesa de la cocina. Taehyung arrugó el papel y lo arrojó lejos a un rincón entre un sillón u una máquina de juegos.
- ¡Eh! -Exclamó cuando el bollo de chocolate desapareció de su mano.
Miró al culpable de aquel cruel acto y vio a Astrid guiñándole un ojo mientras se alejaba comiéndose su bollo. Se levantó y la siguió hasta el sofá, donde se acababa de sentar. Le quitó el trozo de bollo que no había logrado comerse y se lo zampó él.
- Deberíamos ir a tu casa a por ropa tuya -sugirió Taehyung. Pero Astrid negó-. ¿Por qué no?
- Primero tienes que ir tú a tu casa. -El chico frunció el ceño- Ya han pasado varios días. Tienes que hablar con tu hermano. Es sábado, me dijiste que los fines de semana no trabajaba.
Asintió de mala gana. Había intentado posponer el ver a su hermano todo lo que pudo con excusas baratas, pero Astrid le había insistido. En parte sabía que ella tenía razón, pero es que simplemente no le apetecía tener que escuchar otra charla sobre que no debía pelearse y meterse en problemas en el instituto. Pero lo que menos le apetecía era ver su cara de decepción hacia él. Esa que siempre le ponía cuando se metía en líos.
- ¿Tú que harás?
- Hoy tengo turno de mañana en la cafetería.
- ¿Sobre qué hora sales?
- Sobre la hora de comer. O así.
- Qué pronto -murmuró pensativo-, espero haber terminado con Jungkook para entonces. Aunque a veces nuestras charlas se prolongan bastante.
Hizo una mueca de desagrado al recordar algunas de sus múltiples discusiones con su hermano. Sin duda se podían pasar horas discutiendo, hasta que el menor se enfadaba tanto que se terminaba marchando para no perder los nervios y pegar a su hermano. Era cierto que a veces podía llegar a ser la persona más irritante del mundo, pero jamás se le había pasado por la cabeza ponerle una mano encima.
- De eso nada Hyungie -dijo una voz a sus espaldas.
Patrice apareció frente a ellos y se sentó en el sofá junto a Astrid, a quien abrazó por los hombros alejándola de Taehyung para picarle.
- Hoy te voy a secuestrar a tu novia.
- ¿Por qué?
- Ayer me prometió que me acompañaría a hacer compras.
Taehyung miró a la chica como acabase de enterarse de un secreto horripilante.
- ¿Es eso cierto?
- Si. No me has dado tiempo a decírtelo.
- Entonces no te preocupes Hyungie, yo recojo a Astrid. Y comemos fuera, ¿te parece? -le preguntó a ella, quien asintió efusivamente.
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No fucking limits.
RandomY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...