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Cuando volvió con sus amigos se percató de que Namjoon había desaparecido. Pero a los demás aquello les pareció totalmente normal. Supuso que cuando iban allí no se quedaban apartados en un rincón observando a los demás.

- Creo que voy a ir a buscar a Mingyu antes de que empiece la carrera. -dijo Patrice.

- Llámame cuando te deje a medias y remato la faena por él. -se burló Jimin guiñándole un ojo.

La pelirroja puso los ojos en blanco y se dispuso a marcharse mientras que Jimin corría detrás de ella diciéndole que no la pensaba dejar a solas con su novio para molestarla.

- Supongo que nos hemos quedado los servicios mínimos -dijo Jhope mirándose a sí mismo y a Jin.

- Taehyung dijo que nos quedásemos como mínimo dos personas con Astrid así que nos ha tocado.

- Has tenido suerte Astrid -dijo Jhope-. Si vienen a pegarnos tienes el trabajo más fácil. -Se encogió y hombros y ella le miró interrogante- Solo tienes que abrazar a Jin para que no llore mientras yo os defiendo.

- ¡Eh! -Se quejó Jin con cara de enfado- ¡No soy una niña llorona!

Se cruzó de brazos mostrando su enfado y giró ligeramente el cuerpo para evitar sus miradas divertidas. Entonces Jhope se acercó a él y le pasó un brazo por los hombros mientras que con su otra mano se dedicaba a revolverle el pelo para molestarle.

Sin embargo Astrid dejó de prestarles atención para mirar a la carretera donde estaba a punto de comenzar la carrera. Pero entonces se giró bruscamente y bajó la cabeza mirando al suelo. No podía hacerlo. No era capaz de ver aquello. Tenía miedo y lo único que quería era que aquello terminase de una vez por todas con Tarhyung sano y salvo. Jin pareció notar el estado en el que se encontraba la chica. Se acercó a ella y la abrazó ocultando su rostro en su torso justo cuando se oyeron rugir los motores. La carrera había comenzado.

- Estará bien. -Le susurró Jin al oído- Confía en él.

Pero ella no estaba tan segura de sus palabras. Y menos aún cuando minutos antes había sido él mismo quien había tratado de convencerlo para que no compitiese.

A la que intuyó que era la tercera o cuarta vuelta de las diez que debían dar, decidió sacar su cabeza del cómodo refugio que le había proporcionado Jin con su cuerpo y le prestó atención a la carrera. Entonces observó con espanto como la mitad de los participantes ya se hallaban fuera de la competición, y no de buenas maneras.
Pero respiró tranquila al ver que Taehyung no se encontraba entre ellos y seguía de los primeros en cabeza. Ese tal Jackson le pisaba los talones, y no dudaba un segundo en intentar poner fuera de juego a cualquiera que se atreviese a intentar adelantarlo. Pobre de aquel que lo hiciera. Al parecer el único que conseguía mantenerle a raya era Taehyung, quien ni se inmutaba ante su actitud desafiante y peligrosa.

Penúltima vuelta.

Astrid ya estaba desesperada. Le dolía el cuello de girar tantas veces la cabeza para apartar su mirada y volver a posarla sobre las motos. En varias ocasiones Jackson consiguió alcanzar a Taehyung y éste casi pierde el equilibrio. Pero consiguió mantenerse a pie y en cabeza dando paso a la última vuelta. Ya solo quedaban cuatro motos... bueno, mejor dicho tres, ya que una se acababa de salir del recorrido. La tensión del momento era máxima, se podía notar cuán desesperados estaban por ganar el ansiado premio.

Tan solo unos pocos metros para la línea de meta y Taehyung seguía en cabeza seguido muy de cerca por Jackson. Entonces, contra todo pronóstico el castaño comenzó a acelerar más, sorprendiendo a todos, quienes pensaban que ya iba al máximo. Tan solo era un truco para hacer que los rivales se confiaran y así sacarles ventaja justo en la recta final. Y eso pasó. A punto de cruzar la línea de meta la brecha que le separaba de los rivales era más que evidente, pero Astrid comenzó a preocuparse cuando le vio a punto de cruzar la línea de meta y no bajar la velocidad.

- ¿Jin, por qué no rebaja la velocidad? -preguntó sin ni siquiera mirarle a la cara.

- No lo se, supongo que no quiere confiarse.-murmuró con un rastro de preocupación en la cara al igual que ella.

Su argumento era bueno, pero no había sonado muy convincente a oídos de la chica. Ni siquiera a oídos del propio Jin.

- Jin. -volvió a hablar alarmada- Acaba de ganar. ¿Por qué no frena?

Pero él no contestó. Y ella tampoco esperó escuchar una respuesta cuando vio cómo la moto se tambaleaba para después volcar y salir disparada al igual que el cuerpo del chico.

No se lo pensó. No pensó en nada. Solo salió disparada hacia donde yacía el cuerpo inmóvil de su novio. Por el camino no paraba de gritar su nombre esperando alguna respuesta por parte del castaño, cosa que no sucedió. Se tiró con brusquedad a su lado e intentó girar el cuerpo del chico que estaba boca abajo. Pero entre los nervios que habían invadido su cuerpo, su llanto histérico y sus pocas fuerzas no era capaz. Al instante varias manos, que no se molestó en averiguar de quiénes eran consiguieron darle la vuelta.

Inmediatamente le quitó el casco haciendo que su cabeza inconsciente reposara sobre sus piernas. Le propinaba suaves caricias por la cabeza mientras le suplicaba entre desconsolados llantos que se despertara. La gente había comenzado a arremolinarse al rededor de ellos de forma agobiante, por lo que Namjoon y sus amigos comenzaron a echar a todo el mundo para que le diesen espacio a su amigo.

¿Acaso aquello era el final? Retiró una de sus manos de la cabeza del chico al notar algo húmedo y se le cortó la respiración en el instante que miró su mano. Estaba cubierta de sangre. Le estaba saliendo sangre de la cabeza.

Comenzó a hiperventilar. Aquello no podía ser peor. Cerró los ojos con fuerza aferrándose a su cuerpo inmóvil suplicando que aquello fuera una pesadilla.

- Astrid...

Apenas fue un ronco murmullo, pero bastó para que la chica se retirara un poco para ver la cara del chico. Aún seguía con los ojos cerrados y se preguntó si no habían sido imaginaciones suyas. Pero entonces notó un ligero movimiento en sus cejas, y acto seguido abrió poco a poco los ojos hasta que consiguió concentrarse en ella. Tenía el rostro algo magullado y lleno de sudor, pero el chico solo parecía querer abrir la boca para hablar.

- Astrid...-repitió en el mismo tono de antes- He ganado.

Una pequeña sonrisa se instauró en sus labios en un intento de sentirse feliz. Ella comenzó a reír, contagiada por su sonrisa. Sus amigos se relajaron al instante en el que vieron que estaba consciente. Sin duda había sido un gran susto para todos.

No fucking limits.Where stories live. Discover now