Se llevó rápidamente las manos a los oídos para evitar que le explotasen los tímpanos. Patrice estaba tan emocionada por pasar la navidad con sus amigos que no hacía nada más que chillar mientras hablaba. Algo que a todos les irritaba bastante. Pero qué se le iba a hacer, esa era su amiga pelirroja cuando estaba contenta. En otras ocasiones incluso les mordía por puro aburrimiento o diversión.
- Patrice, llevamos años pasando la navidad juntos. -Dijo Jin.
- ¿Y qué? -Volvió a chillar- Este año es mil veces mejor. -Y sin dejar de comer pizza siguió hablando- Estaremos en la playa en el hotel de Suga GRATIS. Es simplemente genial.
Se puso a hacer una especie de baile extraño y así continuó un rato más como si se acabase de meter un chute en vena de hiperactividad. No pasaron más de diez minutos hasta que llegó Jimin y la placó contra el sofá para que se tranquilizase un poco, o al menos para que se callase y dejase de reventar los tímpanos a sus amigos.
Pero Astrid apenas les hacía caso a sus tonterías. Estaba demasiado pendiente de Taehyung, que se había mostrado despistado y bastante pensativo desde que entró en la biblioteca esta tarde. Así que cuando sus amigo propusieron ver una película, ella se excusó por los dos con el pretexto de que tenían que descansar para el examen del día siguiente. Tae la miró extrañado, pero no le llevó la contraria y se dejó arrastrar hasta el dormitorio.
- ¿Me vas a decir que te pasa? -Preguntó la chica cerrando la puerta tras ella.
- No me sucede nada -dijo con naturalidad.
Astrid suspiro y se apoyó en la puerta.
- Tae... ¿Ha sido Jackson?
Los ojos de Taehyung se abrieron con sorpresa, pero apenas fue un segundo. Trató de mantener la compostura frente a ella, cosa que no funcionó, lo conocía demasiado bien. Se separó de la puerta y se acercó al chico abrazándole por la cintura.
- Puedes contármelo -le animó.
El chico se llevó las manos ala cara para frotársela y después centrar su mirada otra vez en la chica. Suspiró cerrando los ojos y apoyó su frente contra la de ella mientras le correspondía su abrazo.
- No pienso dejar que nadie te aparte de mi lado, Astrid.
Aquellas palabras la descolocaron por completo. ¿Qué había sucedido exactamente entre Jackson y él para que se comportase así? Eran pocas veces las que Taehyung se había mostrado así de vulnerable como lo veía en ese momento y cuando lo hacía era porque algo iba mal.
- ¿Qué te ha dicho?
El chico se separó un poco de ella y negó con la cabeza débilmente, como si aquello no importase en absoluto.
- Qué importa, son solo palabras.
- Pero estás mal por algo.
Esta vez asintió y aflojó un poco su agarre del cuerpo de la chica dejando más espacio entre ellos para poder hablar mejor.
- No me gusta que Jackson se acerque tanto a ti -admitió.
- ¿Por qué?
- Le conozco. Sé como se las gasta con las chicas y no estoy dispuesto a que te toque ni un pelo. -Su mandíbula se tensó- No es el hecho de que salga cada día con una tía distinta, porque he de admitir que eso yo también lo hacía, ¡pero sin hacer daño a nadie, solo diversión! -Se apresuró a añadir- Él no. Él conquista chicas, las enamora y luego les rompe el corazón.
Aquello la asustó un poco por el echo de que había visto a Jackson y había sido, probablemente, una receptora de esos intentos de conquista por parte del rubio. Esa manera de mirar fijamente como si te desnudase con la vista, o la forma de hablar en voz baja y sensual diciendo cosas con dobles sentidos. Por no hablar de su falta de su vergüenza y su descaro siempre presente. O la manera tan sexy que tenía de dejar escapar el humo del tabaco entre sus dientes mientras su boca formaba una sonrisa. Era una combinación explosiva de sensualidad, pedantería y encanto que lo hacían sumamente peligroso para cualquier ser viviente que pudiese ver. No quería ni pensar cuantas chicas habrían llorado por culpa de esa bonita pero letal sonrisa.
- ¿Por qué dejasteis de ser amigos?
- Tuvimos algunos desacuerdos que nos llevaron a algún que otro encontronazo y al final dejamos de hablarnos.
- ¿Qué clase de desacuerdos?
- Una chica. -Se rascó la nuca y rió nervioso- Lo sé, un cliché.
- Parece que él te odie...
- Yo a veces también lo creo. Yo nunca he albergado ni una pizca de enemistad hacia él fuera de lo que pueda parecer.
- ¿Entonces por qué actúas tan frío con él?
- Porque él me trata mal, y no me gusta que me pisoteen. Ya me conoces, ojo por ojo.
- Eso no está bien. ¿Por qué no os sentáis a hablarlo? Quizá podéis arreglarlo.
- No, estas cosas no son de las que se arreglan pidiendo perdón.
Por un momento pareció un simple chico perturbado con los fantasmas de su pasado. Se quedó mirando fijamente a la pared con ojos que mostraban tristeza y Astrid solo quiso besarle, besarle hasta haber aliviado su dolor. Y eso hizo. Porque se sentía impotente al no poder hacer o decir nada para ayudarlo y lo único que se le ocurría era distraerlo con besos y caricias. Gestos que hicieron que el chico se sorprendiese, pero que aceptó de muy buena gana.
- ¿Por qué no bajamos con los demás a ver la peli? Será divertido -Sugirió Astrid.
Le cogió de una mano para sacarle de la habitación y comenzó a andar hacia la puerta, pero antes de alcanzar el picaporte, Tae dio un tirón de la mano que tenía agarrada y rápidamente la volvió a pegar a su cuerpo. Astrid abrió la boca para protestar, pero solo consiguió que Taehyung se apoderara de ella con su lengua juguetona. Aquel sencillo gesto le hizo saber a Astrid que esa noche no verían ninguna película.
- Tae... -jadeó la chica tras unos interminables minutos robándose el aliento mutuamente- Te necesito. Aquí. Ahora.
Él no habló, pero su sonrisa torcida lo dijo todo. La cogió en brazos y la tiró en la cama sin ningún reparo.
- Aquí me tienes -susurró el chico contra sus labios antes de atacarlos con fiereza.
Cuando su boca bajó justo al hueco entre su mentón y su clavícula mientras que sus manos jugueteaban por la parte baja (muy baja) de su estómago, tuvo que morderse el labio inferior para no dejar escapar un gemido de su garganta. Aquella sería una larga noche.

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No fucking limits.
AléatoireY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...