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La cena transcurrió muy animada con los amigos de Taehyung. Astrid se sentía un poco cohibida ante ellos, era mas que obvia su gran amistad y confianza y ella no podía evitar sentirse fuera de lugar. Aunque para su sorpresa ellos estuvieron todo el tiempo muy amistosos tratando de integrarla en sus conversaciones.

Después de la cena Tae la cogió de la mano y prácticamente la arrastró hasta su habitación. Le dejó una camiseta suya y salió de la habitación para que pudiera cambiarse.

Llamó varias veces a la puerta y Astrid le dio permiso para entrar. Cuando lo hizo cerró la puerta tras de sí. Estaba sentada en la cama con las piernas cruzadas replanteándose su situación actual.
Estaba en un sitio perdido de la mano de dios.
Con Taehyung.
A solas.
En su habitación.
Y con una camiseta suya que le tapaba hasta poco menos del muslo.

En momentos así ya solo le quedaba hacerse una pregunta. ¿Qué estaba haciendo con su vida?

Salió de sus pensamientos cuando vio como se acercaba hacia ella con una sonrisa torcida. Se subió a la cama acercándose peligrosamente a su cara con claras intenciones de besarla. Astrid se echó hacia atrás justo a tiempo para evitar que sus labios se tocasen. No lo había hecho a posta, más bien fue como un acto reflejo.
Taehyung la miró extrañado por su comportamiento pero no volvió a intentar besarla, simplemente se sentó frente a ella.

- ¿Qué te pasa Astrid?

Ella lo miró intimidada. Su presencia en ese momento era demasiado imponente para alguien tan pequeña y asustadiza como ella.

- N-no me pasa nada.

Frunció el ceño en señal de que no le había gustado esa respuesta.

- No me mientas. Te he notado rara desde que has salido del trabajo.

Astrid jugueteaba nerviosa con sus dedos, mirándolos fijamente.

- Astrid...

- Es una tontería, de verdad.

Pero supo que no se conformaría con esa simple y pobre contestación. Esta vez él no hizo ningún esfuerzo porque ella lo mirara a la cara, pero aun así Astrid se atrevió a levantar su mirada. Esperaba encontrar al Taehyung enfadado, controlador y exigente que conocía, pero no era ése quien tenía delante, era uno totalmente distinto. Con los ojos ligeramente caídos, su cuerpo no parecía nada intimidante y reflejaba preocupación.

- Si te preocupa no es una tontería.

Cogió las manos de Astrid con una suavidad que jamás creyó posible en él y se acercó un poco más a ella.

- Astrid, puedes confiar en mi. Para lo que sea, si es algo que te perturba jamás lo tomaré como una tontería. Quiero que me lo digas para poder ayudarte.

Sus ojos desbordaban una sinceridad pura. Sus manos entrelazadas con las de ella eran muy cálidas y sus palabras transmitían tranquilidad.
Astrid se mordió el labio inferior al escuchar aquellas palabras. Estaba portándose demasiado bien con ella.

- Es que... -intentó encontrar las palabras adecuadas o que le avergonzaran menos- No se lo que somos y eso me hace sentir extraña porque causas muchas cosas en mi.

- ¿A qué te refieres?

- No se lo que somos. No creo que pueda considerarte un amigo porque nunca hemos tenido algo parecido a una amistad, de hecho hasta hace relativamente poco casi ni hablábamos -su mirada ahora estaba clavada en sus manos entrelazadas. Sin darse cuenta lo estaba soltando todo muy rápido-, pero me besas y cuidas de mi. Y estoy muy confundida sobre todo esto porque no se hacia dond...

No fucking limits.Where stories live. Discover now