Cerró la puerta de la taquilla con un sonoro portazo. Estaba cabreado y no se había molestado lo más mínimo por ocultarlo. Le sudaba lo que la gente pensara de él. Astrid le miró con resignación y le siguió hasta la siguiente clase.
- Tae...
- Astrid, no. -Sentenció.
- Pero así no vas a solucionar nada.
El puño del chico se estrelló contra la pared, justo al lado de la puerta antes de entrar a la clase. Varias personas que estaban a punto de entrar se quedaron quitas mirándole. Taehyung les echó una mirada aterradora que hizo que entraran corriendo en clase.
- Vayámonos de aquí.
Le cogió de la mano y se encaminó hacia la salida mientras Astrid se quejaba de que debían entrar a la clase. Pero él no le hizo caso. Si había ido era porque ella lo había obligado a asistir al examen que tenían, pero ahora que lo había hecho no tenía porqué seguir ahí.
El enfado de Taehyung venía de el día anterior. Ya habían pasado dos días desde la fiesta en la que pegaron a Jin y al otro chico. Jin apenas se podía mover de la cama, pero el medico les dijo que eso era normal, necesitaría varios días para poder empezar a moverse bien. Era mejor que tomara todo el descanso posible. En cuanto estuvo despierto y consciente sus amigos le habían interrogado hasta la saciedad para saber quienes eran los responsables de que estuviese en ese estado pero el chico no soltaba prenda. Lo máximo que habían conseguido averiguar es que eran amigos de Jhope, pero nada más.
Condujo hasta el bloque de pisos de su hermano. A esa hora debería estar vacío, había hablado con Jungkook el día anterior y le comentó que tenía una entrevista de trabajo en unos grandes almacenes. Y, en efecto, cuando entraron no había nadie dentro.
Taehyung no había vuelto a ir al apartamento desde que le llevó el dinero a su hermano, pero le agradó notar que ahora era más cálido, señal de que había encendido la calefacción. Su hermano y él no tenía la mejor de las relaciones, pero no le gustaba pensar que tenía que ir con abrigo por su propia casa por no tener dinero para pagar la calefacción. También le alegró ver la nevera y los estantes de la cocina con algo más que aire.
- ¿Seguro que no hay nadie? -Preguntó Astrid insegura.
- Si, no te preocupes. Además, te he dicho que Jungkook lamenta haberte tratado así. Realmente no lo hizo por ti, era conmigo con quien estaba molesto. Él y yo no tenemos la mejor de las relaciones.
- ¿Por qué?
- Diferencia de opiniones. -Se limitó a responder.
Subieron a la habitación del chico. Al parecer había algo que quería buscar. Astrid se sentó en la cama y observó con detenimiento todos los rincones de la habitación mientras Tae buscaba algo en su armario. La noche que había estado ahí no le había prestado tanta atención a las cosas que había. Como los portafotos de él con sus amigos colgados en la pared.
- ¿Por qué sonríes así? -La voz de Tae la sacó de sus pensamientos.
- Estaba mirando esas fotos. Estás adorable.
El chico la miró con aspecto de haberse ofendido.
- Yo no soy adorable.
- Si que lo eres. -Dijo riéndose de él.
- No, no lo soy -respondió serio.
- Que si.
El castaño se acercó hasta ella tumbándola en la cama.
- No lo soy. Y te lo puedo demostrar ahora mismo si quieres.
Su boca descendió por su mentón hasta llegar al cuello de ella. La ligera presión ejercida por sus labios se vio sustituida por el roce de sus dientes. El cuerpo de Astrid se estremeció con aquel inesperado contacto.
- Tae... n-no es un buen lugar...
- Estamos en una cama. -Susurró en su oído- ¿Qué mejor lugar que este?
- Pero...
Su voz se vio interrumpida por un golpe seco. Una puerta se había cerrado. Taehyung se levantó de la cama a regañadientes y ella le imitó. Su hermano acababa de llegar a casa, y lo último que le apetecía era que les encontrase a punto de hacerlo.
- Vámonos, ya he terminado aquí.
Salieron de la habitación del chico y comenzaron a bajar las escaleras. Cuando llegaron a las puertas del salón se detuvieron ahí. Jungkook estaba sentado en el sofá, con la cabeza inclinada hacia atrás y con sus manos cubriendo su cara.
Taehyung se encogió un poco al verle de ese modo tan abatido. Era la segunda vez que le veía de ese modo y había descubierto que no era algo agradable de ver a sus ojos.
Hizo un pequeño ruido para alertar al moreno de que no estaba solo.
Inmediatamente se retiró las manos de la cara y los miró sorprendido.- Chicos... pensaba que no había nadie.
- Ya nos íbamos.
La mirada de Jungkook viajó desde su hermano hasta la chica que intentaba esconderse tras él sin ser demasiado obvia.
El chico mostró una sonrisa amable para apaciguar la tensión reciente que se había formado entre ambos. Era lógico. La única vez que se habían visto él la había echado de su casa de mala manera.- Hola -saludó con simpatía-. Tú debes de ser Astrid. Soy Jungkook.
Le ofreció la mano y ella lo miró dudosa. Observó como le ofrecía una fugaz mirada a Taehyung y éste asentía levemente con la cabeza. Extendió su mano y se la estrechó.
- Creo que la otra vez no empezamos con buen pie. Realmente siento lo que pasó. Espero que puedas perdonarme.
Ella asintió con el rostro algo menos asustado. A decir verdad el chico parecía ser encantador y con una sonrisa muy bonita. Entonces pensó en que su sonrisa era muy parecida a la de Taehyung. Viéndoles más de cerca, ambos chicos tenían un cierto parecido. Al menos podía apreciar de donde venía la belleza de Taehyung. Su hermano era realmente apuesto.
- No pasa nada. Está olvidado -dijo ella con una sonrisa.
El chico le respondió con una sonrisa aún más grande.
- ¿Qué tal la entrevista? -Intervino Taehyung.
La sonrisa de chico se borró de un plumazo.
- No muy bien. -Murmuró avergonzado.
- Deberías dejar de hacer el idiota y buscar algo de lo tuyo.
- No estoy en una situación para permitirme busc...
- ¡A la mierda con eso! -Gruñó enfadado- Lo tuyo es el baile, deja de hacer el gilipollas y busca un trabajo de eso.
Su voz, más que una sugerencia mostraba una clara orden. Lo cual hizo que la mano de Astrid se estrellara contra el cuello de Taehyung a modo de colleja. Para él ya era una costumbre hablarle con ese tono autoritario a su hermano, pero a ella no.
- Tae, no seas mandón. Tu hermano ya es mayor para hacer lo que crea conveniente con su vida.
- Auch, eso ha dolido. -Dijo molesto frotándose el cuello.
- Te aguantas.
Jungkook les miró con una mezcla de sorpresa e incredulidad mientras ellos discutían. No sabría decir que era lo que más le había impresionado, si que le llamara Tae sin recibir ningún tipo de recriminación por su parte o que le pegase una colleja y le regañase como si nada. Taehyung era el ser más temperamental e irascible que conocía y había conseguido intimidarle incluso a él, su hermano mayor. Quizá, esa chica era lo que necesitaba para volver a ser el chico alegre y cariñoso que una vez fue.

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No fucking limits.
AcakY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...