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Cogieron las tazas y se las llevaron a la boca para beber casi a la vez de una forma un tanto cómica. Llevaban más de quince minutos en la cafetería donde trabajaba Astrid, intentando llegar a una solución buena, pero no lo conseguían. Estaban todos demasiado indecisos.

- Yo creo que se lo deberíamos decir a Jin -Dijo Astrid.

- Yo estoy de acuerdo con ella -dijo Sofia, que se había acoplado en la conversación al no haber apenas clientes que atender.

- No lo se... -murmuró Jimin.

- Chicos, lo que me dijeron los amigos de Yugyeom es cierto -afirmó Namjoon-. Fui a ver a los susodichos y comprobé con mis propios ojos que estaban totalmente golpeados. Uno hasta se puso a suplicarme que no le tocara. Otros simplemente maldecían a Jhope por haberles hecho eso en defensa de un... gay.

- Jhope es un buen amigo -afirmó Patrice-. Siempre se ha portado muy bien con nosotros, pero en especial con Jin. Está claro que haría algo así por Jin.

- Pues yo no me lo esperaba en absoluto -declaró Namjoon-. Es decir, quienes pegaron a Jin también eran muy buenos amigos de Jhope. Es como si yo hubiera pegado a Jin. Vosotros -señaló a Tae y Jimin- querríais vengaros por él, pero tampoco estaríais seguros al ser vuestro amigos.

- Pero depende del motivo. Si es por algo racional si que estaríamos en una encrucijada. Pero si es por algo como lo que hicieron ellos ni me lo pensaría antes de romperte la cara -aseguró Jimin-, por mucho que seas mi amigo.

- Entonces, el que haya pegado así a sus propios amigos demuestra lo mucho que le importa Jin, ¿no?

Taehyung, quien había estado en estado de alerta todo este tiempo con Jhope puesto que no se fiaba de sus verdaderas intenciones, fue el único que asintió de inmediato. Ahora ya no tenía ninguna duda sobre su amigo. Estaba claro que él no había participado en el incidente de Jin.

.....

El Búnker estaba en una total calma y tranquilidad, sin absolutamente ningún ruido que perturbase aquella preciosa quietud. Jin no podía sentirse más a gusto en ese momento. Adoraba a sus amigos con locura, pero eran totalmente ruidosos y alborotadores, por eso apreciaba esos mínimos momentos de paz en los que sus amigos no estaban. Le ayudaban a recobrar la paciencia que éstos le hacían perder.

Tenía hambre. Mucha hambre. Y es que estaba hambriento desde hacía rato, pero le había dado mucha pereza levantarse para ir a por comida, pero ahora ese hambre le estaba devorando por dentro. Así que no le quedó más remedio que ir por su propio pie a la cocina.

Estos días se había malacostumbrado a estar atendido casi las 24 horas del día por alguno de sus amigos, que se preocupaban más por su salud que incluso el propio Jin. No es que no se preocupase por si mismo, pero sus amigos podían llegar a ser demasiado sobre protectores a veces. Pero era su forma de mostrarle su cariño, y Jin agradecía infinitamente poder tener a personas que se preocuparan por él de ese modo.

Cuando se levantó de la cama y se puso de pie un agudo dolor recorrió su costado de arriba abajo obligándole a volver a sentarse. Aún le dolían bastante las heridas, aunque a sus amigos les había hecho creer que estaba mucho mejor. No se sentía bien recibiendo tanta atención por su parte, sentía que les estaba quitando de que vivieran sus propias vidas o que descuidaran sus propios asuntos solo por cuidarle a él. No era justo.

Volvió a levantarse, esta vez más despacio. El dolor se había desvanecido ligeramente dejando un incómodo hormigueo en su lugar. Caminó con paso lento, casi de zombie para ir a la cocina en busca de comida que le alimentase lo suficiente para calmar la bestia famélica que tenía en su estómago. No tenía ni ganas ni fuerzas para cocinar, así que se conformó con las sobras de comida de otros días.

No fucking limits.Where stories live. Discover now