No fucking limits.

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Jungkook salió totalmente confundido de la comisaría a la par que un poco molesto. No entendía nada. Pero quería matar a su hermano.
Cogió el móvil y marcó el número de Taehyung con enfado. Esperó y esperó pero no se lo cogió. No entendía nada, pero si se pensaba que se iba a dar por vencido es que no lo conocía. Continuó llamándole una vez tras otra. Si no se lo quería coger al menos le molestaría.
Y entonces, cuando estaba a punto de dar por finalizado el sexto intento de llamada contestó.

- ¡Taehyung! ¿Qué narices te pasa? Acabo de salir de la comisaría y me han dicho que no estás y que hace tiempo que no te detienen. Por cierto el sargento Dave te manda saludos.

- Ven a casa en veinte minutos.

Y colgó.

Jungkook no entendía nada. Se quería tirar de los pelos hasta arrancárselos. Intentó buscar algún tipo de emoción en la vos de su hermano, pero había hablado demasiado inexpresivo y no sabia como interpretarlo.

.....

Pasados los veinte minutos, que fue prácticamente lo que tardó de la comisaría a su casa, Jungkook estaba plantado en la puerta de su piso. Con las prisas se le habían olvidado las llaves y ahora estaba a la espera de que su hermano se dignase a abrirle la puerta.

- Taehyung. ¿Se puede saber a qué juegas? -Gruñó cuando este abrió la puerta.

Intentó entrar, pero su hermano le detuvo. Salió con al rellano con el mayor cerrando la puerta tras de sí, cosa que le extrañó a Jungkook y empezó a imaginarse cosas malas.

- ¿Por qué me has mentido diciendo que te habían detenido?

- Tranquilízate hermano. -Dijo con simpleza. Su rostro se mostraba neutro en todo momento- Necesitaba que estuvieras fuera de casa durante un rato.

- ¿Para qué? -Taehyung se encogió de hombros- Al menos podrías haberme mandado a otro sitio que a la comisaría.

- Era la excusa más efectiva. ¿O no?

Se privó de responder a eso, ambos sabía que era cierto.

- Bueno, ¿vas a decirme ya que hacías en mi casa o tengo que adivinarlo?

- No te preocupes. Lo averiguarás enseguida. Yo ya me iba.

Sin embargo no se movió ni un centímetro de su sitio, sino que comenzó a buscar algo entre los bolsillos. Sacó lo que parecía ser un papel bastante arrugado y se lo entregó a Jungkook después de estirarlo un poco.

- ¿Qué es esto? -Preguntó mientras cogía el papel. Era un panfleto de publicidad.

- Es la academia de artes de la ciudad.

Jungkook miró el papel y volvió a mirar a su hermano que se rascaba la nuca intentando parecer casual, aunque no lo consiguió.

- El otro día me encontré con Robin y estuvimos hablando.

- ¿Robin? ¿La hermana de Mei? Pero cómo...

- Eso no importa. Iré al grano. Me dijo que se habían quedado sin profesor de baile por una lesión del que tenían. Están buscando un sustituto, así que he pensado que era la oportunidad perfecta para ti.

- Hyung... yo no se si...

- No. Ni se te ocurra comenzar con las excusas patéticas. No te lo he preguntado. Vas a ir a la entrevista y como no te cojan te mataré.

Si Jungkook buscaba algo de expresión en la cara de su hermano la había encontrado, pero no por eso se alegraba. Lo había dicho totalmente en serio, tanto que comenzó a temer por su vida en ese mismo instante. Y nunca se había alegrado tanto de que su hermano quisiese matarlo, pues aquello era el acto con más cariño que había hecho por él en... años. Muchos años. Demasiados años. El baile siempre fue la pasión del mayor, así como el dibujo lo fue de Taehyung. Ambos artistas, a su modo, pero conectados de alguna manera. Taehyung sabía de su amor por la danza, y el que le hubiese amenazado para que consiguiera ese trabajo no era otra cosa que una forma de ayudarle a realizar su sueño de dedicarse al baile.