35

47 2 0
                                    

Los motores rugían cada vez más fuerte, mostrando la excitación por la inminente carrera que estaba a punto de acontecer. Cada vez que inhalaba el olor a humo de motores, gasolina y tabaco se preguntaba cómo había terminado accediendo a aquello. Lo último que quería era que Taehyung participase si era tan peligroso como Jin y Jimin habían asegurado, y ahí estaba, en ese polígono perdido de la mano de cristo a punto de ver cómo se quedaba viuda antes de haberse casado.

Muchos ojos no se habían apartado de ella desde que llegó, y eso la ponía nerviosa, en ese momento agradeció haber hecho caso a Patrice y haberse puesto algo de ropa que le prestó. Aunque lo hizo bajo la supervisión de Taehyung, quien se negaba a que fuese vestida con las prendas excesivamente provocativas que le ofrecía la pelirroja. Y ahora entendía porqué. A comparación con las chicas de allí ella iba prácticamente como una monja y aun así había recibido numerosas miradas lascivas por parte de algunos chicos. Los cuales no la habían vuelto a mirar al ver cómo Taehyung rodeaba su cintura a él y la pegaba de forma posesiva a su lado para luego ofrecerles una mirada enfurecida.

Jin se mostraba especialmente serio para lo sonriente y dulce que acostumbraba a ser, sin embargo no le notó tenso como lo estaba ella. Señal de que estaba mas que acostumbrado a estar allí. Por otro lado, Jimin tampoco tenía su habitual sonrisa burlona, sino que se mantenía algo más serio pero con una mezcla de fanfarronería y arrogancia. Patrice caminaba moviendo sus caderas con pasos muy firmes y seguros. Sin duda estaba más que acostumbrada a las miradas que provocaba en los chicos de por allí. Taehyung miraba al frente mientras caminaban, pero no había aflojado su agarre lo más mínimo. Mantenía una expresión neutra, como si lo estuviese examinando todo al detalle, pero se mostraba bastante seguro de sí mismo.

No había estado de acuerdo en llevarla ahí, sabía que aquel ambiente no era para ella y no quería involucrarla en aquellos asuntos turbios. Pero fue ella quien insistió. Si no podía convencerle para que se retirase al menos quería ir a verle.

- ¡Chicos, estamos aquí!

Cuando giró la cabeza para ver quien les había hablado enseguida vio esa cabellera rubia tan característica. Namjoon les hacía señas con el brazo levantado entre la multitud. Inmediatamente se acercaron a él, que estaba junto a otros chicos que no conocía. Excepto a uno. Jhope también estaba ahí y suspiró en el interior por encontrar a dos caras conocidas.

- Si que habéis tardado -dijo el rubio.

- Mamá Jin me ha retrasado con otro de sus sermones sobre prudencia.

- Ay, Jin -dijo Jhope riendo-. Cuando aprenderás que tu niño ya es grande y debes dejarlo volar a él solo.

Jin bufó y se apartó del grupo enfurruñado murmurando maldiciones hacia sus amigos. Pero Astrid le trajo de vuelta mientras le decía cosas de apoyo.

- No lo entiendo, ¿qué le has visto? -preguntaba Jin refiriéndose a Taehyung- Si es un imbécil.

- Oye que te estoy escuchando -decía el castaño con una expresión divertida.

Y más bromas se sucedieron en los siguientes minutos consiguiendo disipar la tensión que se había creado entre los amigos. Ahora se les notaba más relajados a todos y eso le gustó.

Pero entonces Namjoon, quien estaba frente a ellos se puso completamente serio mirando algo que había a sus espaldas. Inmediatamente se dieron la vuelta para ver que sucedía y todos se pusieron serios.

- Mira quien está aquí. Nuestro querido Taehyung.

Aquel debía ser probablemente uno de los chicos más guapos que Astrid jamás se hubiera imaginado conocer. Un chico alto, de complexión fuerte con unos abdominales que parecían querer escapar de su camiseta junto con un pelo rubio blanquecino. Una de las combinaciones más explosivamente sexys que podía existir.

- Hola, Jackson. -Murmuró Taehyung totalmente aburrido por su presencia.

- Vaya, tu indiferencia me mata..-Fingió estar dolido.

- Oye, actúas demasiado arrogante para haber sido el que perdió la última vez que competimos.

- Bueno, quizá me ganases en cuanto a términos económicos, pero... -soltó una risa divertida- nada se puede comparar con el placer de saber que no pudiste disfrutar de ese dinero hasta que no te recuperaste de todas las heridas.

Sin duda parecía estar disfrutando al recordarle lo mal que había terminado tras esa carrera pese a haberla ganado.

- Oye mira. El dinero está sobrevalorado y a mi ya me aburre. ¿Por qué no hacemos tu y yo una apuesta a parte? ¿Qué me dices?

- Te digo que no me fío ni un pelo de ti, Jackson.

- ¿Qué te parece si nos la jugamos... a ella?

Astrid se quedó totalmente congelada en el sitio cuando notó como la señalaba a ella. Los ojos de ese tal Jackson la escrutaban sin piedad de arriba abajo haciendo que se sintiese incómoda, como si estuviese desnuda frente a él. Pero entonces perdieron el contacto visual cuando Tae se puso delante de ella para taparla con su cuerpo a modo protector. Ahora sí estaba enfadado.

- Ni se te ocurra ponerle uno de tus sucios dedos encima, Jackson. O será lo último que hagas.

- Así que el niño se ha encaprichado con el juguete. -Negó varias veces- Eso no está bien. Tú antes solías compartir.

- Pues eso se ha terminado. Más te vale mantener las distancias.

- En fin. Tú te lo pierdes. Nos vemos en la carrera. -pero antes de irse se inclinó hacia un lado para volver a mirar a Astrid- Hasta pronto, preciosa.

Taehyung no le quitó la mirada de encima ni un segundo hasta cerciorarse de que se había alejado lo suficiente de ellos, o mas bien de ella. Que fuera a participar en la carrera le aliviaba en cierto modo. Al menos así tendría asegurado que no le pondría una mano encima.

- De acuerdo. Vosotros -se dirigió a sus amigos-, ni se os ocurra separaros de Astrid. ¿Queda claro? La quiero ver siempre como mínimo con dos de vosotros a su lado.

Ella intentó enfadarse con él, ya no era una niña a la que estar cuidando constantemente, pero en el fondo le agradecía aquello. Quedarse sola ahí era la ultima cosa que le apetecía en el mundo. Jin intentó persuadirlo de que se retirase ahora que sabía que Jackson iba a competir, habían sido rivales desde hace bastante tiempo y cada vez que competían juntos alguno de los dos terminaba herido. Sin embargo, a Jackson siempre le había gustado demasiado lo de jugar sucio y había mejorado sus tácticas con el tiempo, al contrario que Taehyung, quien prefería ganar simplemente con sus (bastante buenas) habilidades con la moto.

Ya era la hora. Los competidores comenzaban a colocarse en la línea de salida y la gente se apelotonaba al rededor de éstos. Tae cogió de la mano a Astrid y la apartó un poco del grupo. La cogió de las manos y se rió suavemente.

- Estás temblando Astrid. Relájate.

La chica levantó la mirada con sorpresa y lo regañó mentalmente.

- Estás a punto de jugarte la vida. ¿Cómo no voy a temblar?

- Oye, no es para tanto. Créeme, Jin es un exagerado. Esto se me da genial. Voy a ganar.

- Yo con que vuelvas caminando por ti mismo me conformo.

El chico volvió a reí ante su comentario para intentar relajar el ambiente tenso en el que se hallaba su novia. Pero supo que no podría hacerlo. En el fondo él sabía que aquello no era un juego de niños, pero ya estaba acostumbrado a jugarse la vida. Sin embargo ahora era distinto. Ahora tenía una razón porque que seguir vivo, y estaba allí aferrándose a sus manos para no dejarle ir.

- Debo irme.

La chica se relamió inconscientemente los labios y miró la boca de Taehyung. El chico supo lo que estaba pensando al instante. Un beso de despedida.

- Astrid -soltó sus manos para coger su cara hacer que lo mirase-. Se que estas esperando que te bese. Y lo haré... cuando termine la carrera. No ahora.

Alzó su cabeza y le dio un beso en la frente. Se quitó la gorra negra con tachuelas plateadas que llevaba y se la puso a ella en la cabeza. Después se dio la vuelta y se alejó perdiéndose entre la multidud.

No fucking limits.Where stories live. Discover now