Decidió que ya había estudiado suficiente por ese día. Dejó los libros a un lado y bajó a prepararse algo para cenar. El incesante parloteo de Ruth hablando con sus amigas por teléfono le daba dolor de cabeza así que cenó lo más rápido que pudo y puso rumbo a su habitación.
Su ventana estaba abierta y eso le hizo sonreír de lado. Era como si estuviera incitándole a colarse en su habitación.
Aún sonaba en su cabeza las palabras de su amiga Patrice, ¿Qué quieres hacer ahora? Lo tenía muy claro, algo que llevaba mucho tiempo queriendo hacer.Una vez dentro de su habitación ella estaba de pie dándole la espalda a la ventana. Pero cuando lo escuchó se dio la vuelta para mirarle. Ya no parecía igual de sorprendida que la primera vez, de hecho parecía mas bien como si hubiera estado esperándole. Y eso le encantó.
Se acercó a ella rápidamente antes de que le diera tiempo a reaccionar, la agarró de la cintura y la besó. Notó cómo se estremecía por aquel contacto.
Astrid no creía que la estuviese besando, pudo sentir cómo Taehyung soltaba un pequeño suspiro cuando juntaron sus labios.
Al principio quedó petrificada y poco a poco intentaba corresponder su beso de forma algo torpe. Separaron sus bocas, pero no cesó el agarre del chico, quien observó complacido la mirada nerviosa y las sonrojadas mejillas de Astrid. Le encantaba que fuera tan inocente e inexperta.
- Eres adorable -dijo él en un susurro apenas audible.
Y volvió a unir sus bocas mientras guiaba una de sus manos hacia el cuello de la chica para profundizar el beso al máximo.
Se sentía tan bien que no quería dejar de besarla nunca, era mucho mejor de lo que había imaginado... y se lo había imaginado mucho.- ¿Por qué? - preguntó ella en un susurro.
- No lo se -respondió en el mismo tono.
- Yo... yo...
- No hace falta que digas nada.
Fue hasta la ventana, había sido un día de muchas emociones para él y quería descansar.
- ¿Te marchas?
No imaginó que la chica que siempre le echaba a patadas, o al menos lo intentaba estuviera preguntándole eso con tono suplicante. Cuando volvió su vista hacia ella seguía con la mirada baja e intentaba tapar sus mejillas con su pelo.
- ¿Quieres que me quede?
Ella solo se encogió de hombros.
- Bueno, ya que insistes me quedaré.
Lo miró con los ojos muy abiertos.
- Yo no he...
- Esta bien -la interrumpió-, vamos a la cama.
La cogió de la mano y la llevó hasta la cama donde durmieron juntos.
A la mañana siguiente cuando Astrid despertó no supo como sentirse al no encontrar a Taeehyung al otro lado de la cama. Sin embargo no pudo pararse a pensarlo mucho más tiempo o llegaría tarde al instituto.
Al llegar estaba nerviosa por ver a Taehyung. No tenía ni idea de qué debía hacer o decir cuando le tuviese delante. ¿En qué punto se encontraban ahora? Hasta hace relativamente poco ni si quiera le consideraba un amigo y ahora se habían besado. Todo esto era tan confuso para Astrid.Lo que ella no sabía es que el chico se encontraba en el mismo estado de confusión que ella. Había sido él quien la había besado, si, pero tan solo se estaba dejando llevar por los impulsos del momento. Ahora estaba en un estado de pánico tal que ni si quiera quiso ir al instituto ese día.
Abrió la puerta de golpe sorprendiendo a sus amigos. Taehyung se acercó colérico a su amiga pelirroja apuntándola con el dedo índice a modo de amenaza.
- Tú.
- ¿Qué te pasa Hyung?
- Te odio. Eso es lo que pasa. Me has arruinado la vida.
Sus amigos se miraron extrañados entre sí sin entender a qué venía todo aquello. Aquel comportamiento era del todo extraño, pues se podría decir que Patrice era la mejor amiga de Taehyung y él nunca le hablaba de ese modo.
- ¿Yo qué te he hecho? -Preguntó ella tranquila.
- ¡Me has arruinado la vida con tus malditos consejos! -Empezó a farfullar cosas- Ve y haz lo que sientas -la imitó-. Me has jodido la vida.
- Taehyung, ¿qué demonios has hecho? -preguntó temerosa.
- Hice lo que me dijiste. Hice lo que quería hacer en ese momento.
- Ya, ¿pero qué era lo que querías hacer? -preguntó ahora Jimin.
- ¡Besarla! ¡Quería besarla!
Sus amigos volvieron a mirarse entre sí sin comprender nada.
- ¿Me estás diciendo que estás así porque la has besado? -Preguntó Jin, un chico moreno- ¿Acaso te ha pegado por besarla o algo?
- No -negó con la cabeza-. De hecho me respondió el beso.
- ¿Entonces qué demonios Taehyung? ¿Cuál es el maldito problema? -Preguntó Namjoon exasperado.
Taehyung se sentó en el desgastado y viejo sofá, encogió sus piernas y las abrazó como un niño pequeño.
- Ahora no sé que hacer. Ni si quiera sé por qué la besé. Solo quise hacerlo. Pero ahora todo se ha vuelto extraño.
Patrice se sentó a su lado y le acarició la espalda. Él soltó su auto agarre y abrazó a la chica por la cintura en busca de consuelo.
- Te gusta mucho esa chica.
Se separó de golpe.
- ¡No! Claro que no. A mi nunca me ha gustado nadie más allá del puro sexo.
- ¿Y entonces por qué estás tan preocupado por ella?
Se rascó la cabeza en busca de una respuesta válida que les indicara que estaban equivocados. No la encontró asi que salió de allí tan rápido como había entrado. Podía oír como sus amigos le llamaban a gritos mientras él se dedicaba a huir.
Por primera vez se sintió a salvo al llegar a casa. Sobretodo por el hecho de que ni sus amigos de lengua viperina ni su hermano estaban en ella. Ahora lo único que necesitaba era relax. Así que se metió en su cuarto con la música a todo volumen, sacó su bloc de dibujo y comenzó a hacer lo que mejor sabía. Dibujar.
Cuando llegó al instituto al día siguiente y no vio a Astrid le pareció raro. Esa pequeña empollona nunca faltaba a clase, otra cosa es que atendiera o se durmiera claro, pero asistir asistía.
Lo que tampoco le gustó fueron los cuchicheos que se traían algunos estudiantes al ver pasar a Matt. Algo no le olía bien y pensaba averiguarlo. Asi que cogió al primer estudiante que se encontró y le interrogó sobre qué estaba pasando.- Bueno, ayer la marginada de Astrid le dio una mala contestación a Matt así que él la cogió del pelo y prácticamente la arrastró hasta afuera donde la humilló frente a todo el instituto.
Taehyung apretó los puños hasta que se le quedaron blancos. De haber tenido uñas largas también se habría hecho sangre por clavárselas.
Tuvo suerte de no encontrarse con él en toda la mañana o si no su hermano hubiera vuelto a recibir una desagradable llamada, pero no desde el instituto, sino desde la cárcel.Pero eso no se quedaría así como así. Pensaba hacérselo pagar muy caro por haber tratado así a Astrid. Pero también se quiso pegar a sí mismo por no haber estado ahí para protegerla. Si tan solo no hubiese sido tan idiota aquello no habría pasado.
Quería verla, lo necesitaba. Saber que a pesar de aquello se encontraba bien. Aquella noche Matt y Ruth organizaban otra de sus legendarias fiestas, así que aprovecharía para matar dos pájaros de un tiro.
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No fucking limits.
DiversosY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...