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- ¡HUYNG POR FAVOR! ¡PIEDAD!

Jimin lloriqueaba desconsoladamente como una niña mientras que Taehyung le hacía algo parecido a una llave de bloqueo, retorciendo el cuerpo del pelinaranja. Estaba seguro de que si seguía así le iba a terminar dislocando un hombro o cualquier otra parte de su cuerpo.

- ¡Te juro que no lo hice a posta!

- Así aprenderás a llamar a las puertas.

Nada más lejos de soltarle, lo que hizo fue apretar aún mas su agarre.

- ¡Ya me has hecho todas las llaves de kárate que existen! Y muy bien hechas.

- No tengo ni idea de kárate. Me he inventado todas las llaves.

Accediendo a sus incesantes súplicas, decidió soltarle antes de que le rompiese algo de verdad. Lo último que quería era romperle alguna extremidad y tener que cuidarlo hasta que se recuperase.

- Entonces -dijo Jimin acomodándose en su cama-, ¿has rematado la faena?

Comenzó a mover sus cejas hacia arriba intentando parecer sensual. Pero Taehyung solo bufó mirando hacia otro lado.

- Que va...

-Bueno qué mas da. Esta noche rematas y punto.

- No lo entiendes Jimin... -se quitó el gorro que llevaba en la cabeza y se revolvió el pelo- Astrid y yo aún no lo hemos hecho.

Jimin abrió los ojos a la par que la boca con la mayor sorpresa del mundo.

- ¿Todavía no habéis echado un polvo? ¿Ni uno?

- No, y baja la voz.

- Pero eso no debe ser sano, y menos si estáis saliendo.

- Realmente no es que pase algo, simplemente no se ha dado la ocasión hasta ahora.

El pelinaranja soltó una carcajada divertido mientras miraba a su amigo. Aquella frase era más falsa que los billetes del monopoli. Si algo era su amigo, es especialista en crear ocasiones de sexo donde no las había. Incluso en más de una ocasión le había robado sus ligues cuando salían de fiesta. Físicamente, pese a que ambos estaban de muy buen ver, se podría decir que Jimin era el más atrayente. Quizá también influía el que siempre vistiese con ropa provocativa, al contrario que Taehyung, que prefería vestir más cómodo. Pero tenía una especie de aura misteriosa que conseguía atraerlas a todas, a veces, incluso más que los bíceps de Jimin.

- Tae, no cuela. Siempre es un buen momento para follar.

- Vale, lo admito. Me estoy controlando. Y en parte te agradezco lo de esta mañana-murmuró en voz baja-. No tenía en mente que nuestra primera vez fuese por un calentón mañanero.

- Aw, qué tierno. ¿Desde cuándo nuestro TaeTae se ha vuelto un osito de peluche?

Se acercó a él y comenzó a abrazarle y acariciarle como si fuese un peluche gigante. A lo que le respondió metiéndole un empujón para alejarlo de él.

- Astrid no es como las otras chicas. Es especial. Por eso quiero hacer bien las cosas.

Cuando hubieron dado por finalizada la conversación salieron de la habitación para ir con los demás. Namjoon estaba a su rollo en una mesa apartado mirando su móvil, mientras que Astrid y Jin competían en la play como si la vida les fuese en ello. Patrice estaba en el sofá observando con interés el video juego y animando todo el rato a su, ahora amiga, Astrid.

- ¿Por qué la animas a ella? -Lloriqueaba Jin sin dejar de mirar a la pantalla.

- Porque me cae mejor que tú. Además tú eres mucho mejor en los videojuegos no necesitar animadores.

- Auch, eso ha dolido.

- Se siente Jin -dijo Astrid con chulería-. Deberías jubilarte, ya estas viejo para esto.

- ¡Nunca! Yo soy el mejor. El campeón supremo.

- Pues te está comiendo el terreno "campeón supremo".

Comenzaron a reír y Patrice intentaba distraer a Jin para que Astrid pudiese ganar la partida. Pero Jin era demasiado hábil para perder, pese a que Astrid no era mala jugando. De hecho le sorprendió el que se supiera manejar tan bien desde el principio.

Taehyung les observó divertido en silencio, apoyado sobre el principio de la barandilla de la escalera, un poco retirado. Inconscientemente se había ido formando poco a poco una sonrisa en su rostro, cuando vio cómo Jimin se tiró literalmente encima de Astrid para ayudar a Jin a ganar la partida, ya que Patrice se había puesto a molestar a Jin y ahora era Astrid quien iba a ganar. Y claramente al pelinaranja no le pareció correcto. Al final terminó siendo más una batalla contra sus amigos que contra el videojuego.
Namjoon decidió intervenir para poner algo de paz entre los cuatro... craso error. Terminó arrinconado contra el sofá sufriendo terribles golpes con cojines por parte de sus amigos.

Taehyung se estremeció al notar una sensación rara en su cuerpo. De pronto sintió cómo le invadía un sentimiento que hacía mucho tiempo que no sentía de una manera tan fuerte. Se sintió feliz. No estaban todos sus amigos, principalmente faltaban dos de ellos, Suga y Jhope, pero aun así sentía una sensación muy cálida. Ver a sus amigos ahí riendo como niños y peleando como los idiotas que eran era algo realmente sobrecogedor. Pero lo que más le gustó de aquello fue ver a Astrid tan integrada, como si siempre hubiese estado ahí, como una más de ellos. Entonces lo supo. Era ella. No se había equivocado. Y es que desde que la vio por primera vez en ese pasillo siendo insultada por Matt, y haciéndole una mueca de burla cuando este se dio la vuelta, algo le atrajo irrefrenablemente de ella.

Justo como si leyese sus pensamientos, la morena.consiguió sacarse a Jin de encima, levantó su cabeza y miró a Tae con una mueca de sofoco por la acalorada pelea. Le envió una de sus dulces sonrisas a través de la sala y le hizo un gesto con una mano para que se uniese a ellos.
Este no se resistió. Sin embargo nada más llegar, Astrid estaba ahí plantada ignorándolos a todos y mirándole exclusivamente a él. Con unos pelos de loca y unos ojos brillantes todo cuanto cuanto recuerda eran sus suaves labios bajo el poder de los suyos propios. En seguida se arrepintió de haberla besado cuando notó un fuerte almohadazo que les obligó a separarse.

- Iros a una habitación salidos.

- Deja al pobre TaeTae, a saber cuánto tiempo lleva en abstinencia.

Y otros muchos más comentarios se sucedieron para meterse con él. Pero todos se vieron silenciados cuando Taehyung comenzó a atacarles a todos a la vez. Ahí comenzó una verdadera batalla de todos contra todos.

No fucking limits.Where stories live. Discover now