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Conocer las causas de la primera guerra mundial y los hechos que llevaron a las primeras potencias mundiales a combatir en una guerra sin precedentes en este momento no era relevante para Astrid. Saber por qué Taehyung se había sentado lejos de ella en clase cuando llevaba semanas sentándose a su lado, sí.
Tampoco es que fueran amigos, es más ni si quiera cruzaban palabra, pero cuando se sentaba a su lado se sentía reconfortada. Eso pasó justo al día siguiente de que él hubiese ido casualmente con unos amigos a la cafetería donde ella trabajaba. Por otro lado tampoco habían vuelto a hablar desde el día de la fiesta lo cual tenía a la chica dividida en dos. Una parte de ella se moría por volver a hablar con él y resolver algunas dudas que rondaban su cabeza, pero por otra parte no quería tener que volver a verse incómoda bajo esa mirada inquisitiva.

Cuando Taehyung comenzó a andar en dirección a la cafetería del instituto no se esperó que alguien le agarrara por la chaqueta y lo empujara contra las taquillas haciendo sonar el metal de éstas. Inmediatamente se puso alerta dispuesto a atacar si la situación lo requería. Pero no volvieron a tocarle. Entonces fue cuando vio a Matt frente a él con sus típicos aires de superioridad.

— ¿Qué coño te pasa? —preguntó un Taehyung cabreado. Se separó de las taquillas y se colocó la chaqueta.

— Eh, tranquilo. No te he hecho nada —sonrió con vanidad—. Solo ha sido un pequeño aviso.

— ¿Aviso?

Ese tio le estaba cabreando mucho. Desde que entró en el instituto le había caído mal. El típico rubio guaperas que se cree hulk y por si fuera poco se creía que podía tratarle como trataba a todo el instituto. Pues estaba muy equivocado, él no era precisamente de los que se dejaban pisotear.

— Ayer le rompiste el corazón a mi hermana. Y yo como buen hermano mayor solo me preocupo por su bienestar y porque tipos como tú no le partan su tierno corazoncito.

¿Me está vacilando o qué coño le pasa en la cabeza?

— Para romperle el corazón primero debería tener uno. Cosa que no creo que tenga.—Respondió tranquilamente— Sin embargo para no tener corazón siempre está dispuesta a dar amor—hizo un énfasis en la parte de dar amor para que captara el doble sentido—, aunque también se la ve dispuesta a recibirlo.

Volvió a usar el mismo tono. Cosa que a Matt no le gustó un pelo y se puso serio encarando a Taehyung.

— ¿Qué insinúas?—preguntó el rubio.

Taehyung se acercó aún más a él para hacerle ver que no le intimidaba.

—Creo que está muy claro lo que insinúo, aunque para ser correcto no lo insinúo. Lo afirmo.

Notó el cuerpo de Matt tensarse al oír su respuesta. Había dado en el blanco. Él ya no tenía nada más que decir por lo que dio por zanjado el tema. Prosiguió con su camino, o al menos lo intentó porque volvió a notar una mano agarrarle del hombro con brusquedad. Pero esta vez fue más rápido y fue Taehyung quien estampó a Matt contra la pared. Se había pasado de la raya. Había ido a buscar gresca sin motivo y aunque le matara admitirlo le había hecho daño al empujarle contra las taquillas y había intentado hacerlo de nuevo. Lo que Matt no sabía era que Taehyung había dado palizas por mucho menos.
Alzó el puño lleno de ira mientras agarraba por el cuello al chico con su otra mano. Estaba muy cabreado y con unas ganas tremendas de descargar su ira contra su bonita cara. Quería hacerlo, realmente quería hacerlo. Su mano se cerraba más entorno a su cuello. La cara del chico estaba extremadamente roja. Y Taehyung solo pensaba en darle su merecido.
Pero hubo un destello en la mente del chico de apenas un segundo en el que apareció la imagen de Jungkook, su hermano. Tan solo fue una milésima de segundo, pero bastó para que Taehyung bajara el puño y se marchase de allí a toda prisa pateándolo todo a su paso con rabia. Estúpido Kook, pensaba mientras le daba una pata a una papelera haciendo que volase varios metros.

.....

—No se Sofia...—decía Astrid dudosa.

—Vamos, será divertido—insistía esta.

—No, paso.

La chica más bajita comenzó a quejarse y lloriquear como un niño de cinco años con un berrinche.

—Joo no seas así.

—Es que tengo que estudiar—se excusó.

—Vale—dijo resignada.

Después de pasarse toda la tarde intentando convencerla para que fuera a una fiesta con ella y su novio, cuyo nombre no recordaba, se dio por vencida tras todas las evasivas de la chica morena.

—Pero me debes una fiesta -la señaló con el dedo—y me la pienso cobrar.

—De acuerdo.

En el poco tiempo que llevaban trabajando juntas habían hecho muy buenas migas. Astrid por primera vez se sentía cómoda con alguien sin tener un temor latente a que fuera a humillarla o hacerla daño. Sofía era tan buena y tan transparente que irradiaba confianza.
Astrid giró a mirarla cuando ésta le dio un codazo. Con su cabeza indicó disimuladamente a la puerta donde se hallaba un chico. Entonces lo reconoció. Era uno de los chicos con los que había venido el otro día Taehyung. Era el rubio, aunque ahora llevaba el pelo oculto en una gorra negra.

—Ese chico estuvo aquí el otro día—susurró para que no la oyese—. Es mono, ¿porqué no intentas ligártelo?

Los ojos de Astrid casi se salen de las órbitas al oír eso. ¿Ligar? ¿Ella? ¿Con un amigo de Taehyung? Ni en sueños. Salir con chicos no entraba en sus planes y mucho menos con un amigo de Taehyung.

—No digas tonterías.

Ambas callaron cuando vieron que el susodicho se acercó a la barra para pedir.
Sofía fue más rápida y se apartó hacia el otro extremo de la barra con una sonrisa de oreja a oreja obligándola a tomarle el pedido. La sorpresa de Astrid fue escuchar la gruesa pero burlesca voz de aquel chico. Era muy bonita. Pero le inquietó un poco la forma en que la miraba, se podría decir que con burla, pero pensó que serían imaginaciones suyas. Al fin y al cabo no le conocía de nada.
Cuando fueron en punto Sofía se cambió para marcharse. Se despidió de Astrid recriminándole por no ir a la fiesta.

—Pásatelo bien por mi ¿Vale?

—Vale —dijo fingiendo estar triste— Uy espera que mi novio me está esperando fuera. ¡Te lo voy a presentar!

Se fue corriendo emocionada hasta la calle y volvió a entrar arrastrando tras de sí a un muchacho bastante simpático. Tenía el pelo de un color naranja pastel muy suave y aspecto de ser un chico encantador.

—Astrid este es mi novio Woozi. Pastelito, esta es Astrid.

—Encantada de conocerte Woozi —dijo ella cortésmente.

—El placer es mio. Llevaba tiempo queriendo conocerte. Sofía me ha hablado mucho de ti.

—¿En serio?

La miró atónita. Esa podría haber sido sin duda la primera vez que alguien no solo interaccionaba con ella sin insultos de por medio, sino que además hablaba de ella a otras personas. Y por lo que pudo comprobar no había hablado nada malo sobre ella.

—Bueno nosotros nos vamos. ¡No trabajes mucho!

Se marcharon, Sofía agitando la mano efusivamente a modo de despedida y desaparecieron por la calle. Astrid negó con la cabeza mientras sonreía levemente por la grata actitud de su compañera de trabajo.

No fucking limits.Where stories live. Discover now