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Ya ni siquiera se molestaba en gritar, por aquella zona no había gente, y si acaso pasaba alguien pasaba de largo como  si no pasara nada. Tan solo lloraba y suplicaba que la dejase en paz. Por más que intentaba empujarle era inútil, apenas tenia fuerza comparada con él.

Y cuando vio aquella escena le faltó tiempo para alejar al chico brutamente de la pequeña Sofia. Estaba muy enfadado, Sofia podía verlo en sus ojos, tenía una mirada perturbadoramente oscura por la ira. Daba bastante miedo, y sin embargo se sintió muy protegida cuando la rodeó con sus brazos.

— ¿Estás bien? ¿Te ha hecho algo? —preguntó Namjoon inspeccionando su cara.

Ella solo negó con la cabeza. Cuando éste hubo cerciorado que en efecto no le había hecho nada se giró hacia el chico, que intentaba, a duras penas, levantarse del suelo. Ahora agradecía haberle dicho por teléfono donde se encontraba.

— ¡Kris! ¿Qué coño...?

Sofia le miró sorprendida. ¿Acaso le conocía?

— ¡Esta vez te has pasado tío!

— Estaba ahí sola, pensé que le vendría bien algo de compañía. —dijo con un fuerte acento de borracho.

— Está conmigo, así que no vuelvas a tocarla nunca. ¿Me oyes? —amenazó.

— Vale, vale. No te enfades tío.

— Anda, pírate antes de que me arrepienta de no haberte pegado.

Al chico le faltó tiempo para salir por patas de allí. Namjoon le volvió a prestar toda su atención a Sofia.

— Por eso te dije que no te separases de mi.

— Lo s-siento —murmuró cabizbaja.

— No, tranquila —dijo abrazándola—. No es culpa tuya.

Namjoon guió a la chica hasta un rincón más apartado donde tenía aparcada la moto. Ambos se subieron y codujo camino a su casa para dejarla.

Fue un camino breve, al menos para ella, un camino que se lo pasó aferrada a la cintura del rubio para no caerse.

Al notar como la moto se detenía con suavidad, su cuerpo se relajó al instante y abrió sus ojos. Ya habían llegado a su casa. Estaba aparcado justo frente al portal de su bloque de pisos.

— Gracias por traerme. —Dijo ella mientras se bajaba de la moto.

— Es un bonito edificio. —Dijo Namjoon con una fingida admiración mirando la fachada— ¿Son igual de bonitos los pisos por dentro?

Pilló la indirecta a la primera. Tampoco había sido muy sutil para sugerir que quería entrar en su piso.
La miró con una sonrisa seductora desde la moto, pero no hizo amago de bajarse de ella.

— Namjoon, te agradezco mucho lo que has hecho por mí esta noche —dijo torpemente acercándose un poco a él—. Pero no voy a invitarte a entrar.

El chico asintió mirándola divertido. Él ya sabia que le iba a decir eso.

— Ha sido culpa mía. Siento haberte ignorado esta noche. Te prometo que la próxima vez no lo haré.

— No creo que haya próxima vez.

— Oh, claro que si.

— No te lo tomes a mal. Pero ese no es mi ambiente. Toda esa gente y...

— ¿Quién ha dicho que te vaya a llevar allí la próxima vez?

Sin tiempo para reaccionar, se inclinó un poco depositando un pequeño beso en la mejilla de Sofia, la cual se encontraba totalmente aturdida y deshubicada. Se colocó el casco en la cabeza y arrancó.

No fucking limits.Where stories live. Discover now