Ya había pasado poco más de una semana desde que Astrid se había mudado al Búnker y aunque las cosas seguían un poco peliagudas entre algunos miembros del grupo, se podría decir que les iba bien. Había podido estrechar lazos con Patrice, que se notaba que necesitaba una amiga y con urgencia. A quien también había tenido oportunidad de conocer mejor es a Jhope, que se pasaba casi todos los días por el Búnker. Jimin había dejado su aislamiento y volvía a ser el mismo incordio que de costumbre, pero no le hablaba a Patrice. Decidió mantenerlas distancias con su amiga, cosa que no pasó desapercibida para nadie.
Ese día después del instituto, aprovechando que no tenía que trabajar, Jin la recogió pese a las incesantes quejas de su novio, ambos se fueron a pasar una tarde de amigos al centro comercial de las afueras. Para sorpresa de Astrid, Jin a diferencia de sus amigos no tenía moto, pero sí un bonito coche que al parecer se lo habían regalado ellos por su cumpleaños.
Iban tranquilamente caminando mirando los escaparates de las tiendas, de aquí para allá, cuando oyeron cómo alguien los llamaba. Al girarse vieron a Jhope yendo hacia ellos con una sonrisa de oreja a oreja y agitando su brazo en el aire.
— Hola chicos —saludó alegre.
— ¿Que haces aquí? —preguntó curioso Jin.
— He venido con unos colegas.
Movió la cabeza hacia atrás y ellos miraron hacia allí divisando un grupo de personas. Eran varios chicos y unas tres chicas entre ellos que Astrid intuyó que eran del polígono de las carreras por la forma en que iban vestidas.
— ¿Y vosotros qué?
— Tarde de amigos —Dijo Astrid.
— Y de compras por lo que veo —se acercó a ella como si le fuese a contar un secreto—. Ten cuidado con él, una vez que aceptas ir de compras no te dejará huir hasta haberos pateado todas las tiendas.
— ¡Oye! Ni que fuera un comprador compulsivo.
Se cruzó de brazos haciéndose el indignado a lo que el moreno respondió revolviéndole el pelo como a un niño pequeño.
— No te enfades Jinie —dijo riendo.
Unas voces se hicieron paso entre ellos y vieron como los amigos de Jhope le llamaban con insistencia. El chico les miró a los dos y se encogió de hombros resignado.
— Mis amigos me reclaman. Nos vemos.
Se despidió con la manos y se marchó corriendo hasta su grupo. Apenas se hubo ido Jin soltó un suspiro casi imperceptible a la vez que bajaba un poco su cabeza. Cosa que no pasó desapercibida para Astrid.
Decidieron dar por finalizadas las compras e irse a tomar un helado en alguna de las cafeterías del centro.
— Así que... —comenzó a hablar ella— Jhope, ¿eh?
Jin la miró sin comprender.
— ¿Cómo?
— He visto cómo le miras.
El muchacho abrió sorprendido los ojos cuando entendió lo que quería decir.
— N-no digas tonterías. Yo no soy gay —afirmó mirando su helado.
Astrid intentó contenerse una sonrisa al ver cómo las mejillas de su amigo comenzaban a colorearse. Taehyung le advirtió que pasaría eso, que lo negaría por muy evidente que fuese.
— Entonces supongo no te importará que se esté morreando con aquella tipa.
Hizo una seña detrás de Jin y este giró de inmediato la cabeza. Tan rápido que Astrid pensó que se debería haber hecho daño. Jin volvió a girar su cabeza molesto al ver que le había engañado y allí no estaba Jhope. Volvió a bajar la miraba hacia su helado avergonzado, había sido demasiado obvia su reacción.

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No fucking limits.
RandomY entonces te haces una pregunta... ¿Para qué vivo? Sin metas, sin sueños, sin vida. Tan solo con la única esperanza de salir de ese agujero infesto en el que se encontraba estancada desde hacía años. Hasta que aparece alguien que te ofrece una vi...