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La oscuridad se cernía en la habitación en la que dormían tranquilamente. Aunque a decir verdad estaba ligeramente iluminada por el tragaluz que tenía el techo desde el que se podía ver el cielo. Eran las tantas de la madrugada, Taehyung dormía plácidamente abrazando a Astrid por la cintura. Todo parecía marchar normal, pero la respiración de la chica comenzó a acelerarse. Se volvió más espesa mientras ella comenzaba a retorcerse en la cama. En efecto, estaba teniendo otra de sus pesadillas.

Un grito inundó el silencio vigente en el cuarto. Astrid se incorporó rápidamente en shock totalmente agitada por la pesadilla.
Taehyung se despertó por el revuelo causado.

- Astrid, ¿estas bien?

La chica solo giró su cabeza para mirarle, aún seguía en trance.

- Estás llorando.

La rodeó con sus brazos inmediatamente acunándola para que se tranquilizase. Ella solo le agarraba el brazo con fuerza mientras se dejaba abrazar. El pequeño cuerpo de Astrid temblaba debido al llanto provocado por la pesadilla, un temblor que poco a poco fue apaciguado por las suaves caricias de Taehyung en su espalda.
Cuando se hubo tranquilizado un poco se separaron lo justo para que sus caras quedaran casi pegadas.

- ¿Estás bien? -preguntó preocupado.

Ella asintió repetidas veces con la cabeza para hacerle entender que no había sido nada importante.

- Solo ha sido una pesadilla.

- ¿Y qué clase de pesadilla hace que te pongas así?

- Una del pasado.

Taehyung decidió no entrar más en el tema. Le dio un beso en la frente a la chica y luego salió de la habitación dejándola sola. Ella se sintió mal, no le notó enfadado pero igual estaba molesto por haberse comportado así. Sin embargo se calmó cuando le vio entrar de nuevo con un vaso de agua en las manos.

Astrid bebió tranquilamente el vaso de agua mientras Tae le acariciaba de vez en cuando suavemente la cabeza. Al cabo de un rato, cuando la vio mas relajada le dio un beso y se volvieron a tumbar para seguir durmiendo.

La habitación volvió a quedar a oscuras y sus cuerpos inmóviles. Pero Astrid no se encontraba bien, aquella pesadilla había reavivado sus miedos y ahora no conseguía conciliar el sueño.

- Astrid -susurró él-. ¿Qué te pasa?

Ella negó repetidas veces con la cabeza, pero su cuerpo volvió a temblar involuntariamente.

- Ey, tranquila -la estrechó entre sus brazos-. No me gusta verte así.

- Mi familia -dijo con la voz quebrada-. He soñado con mi familia.

Taehyung ladeó la cabeza sin entender a qué se refería.

- ¿Nunca te has preguntado porqué vivo con mis primos?

A decir verdad sí que lo había pensado varias veces. Pero nunca había llegado a preguntárselo directamente.

- Fue hace seis años. Yo tenía una familia. Eramos papá, mamá y Tim, mi hermano pequeño. -Dejó escapar un pequeño suspiro antes de continuar- Eran vacaciones de Navidad. Había un desfile en la ciudad donde vivímos, mi hermano estaba muy emocionado como lo estaría cualquier niño. Pero yo no quería ir, no me gustaban esas cosas y después de darles toda la guerra que pude conseguí convencerles para que fuéramos al cine.

Sonrió con sarcasmo para sí misma ignorando por completo las lágrimas que descendían por sus mejillas a toda prisa.

- Al salir del cine fuimos al aparcamiento para coger el coche pero... -su voz se quebró y de sus labios salió un ligero sollozo.

- Eh, -la acunó en su regazo- no hace falta que sigas.

La besó en la cabeza, pero ella continuó hablando.

- Había dos hombres intentando robarnos el coche. No nos dimos cuenta de ello hasta que estuvimos cerca. Cuando nos vieron se pusieron agresivos y nos atacaron. Después todo quedó en negro para mi. Lo siguiente que recuerdo fue despertarme en el hospital, sola. Habían muerto.

Sus sollozos hicieron eco por toda la habitación y un llanto desconsolado se apoderó de Astrid. El chico castaño intentaba, inútilmente, consolarla.

- Mi egoísmo les mató.

Al escuchar aquello, Taehyung se incorporó de inmediato moviendo a la chica con él. Le miró extrañada y se sobresaltó cuando la cogió con ambas manos la cara con una expresión completamente seria.

- No. -Sentenció- No fue culpa tuya. No quiero que vuelvas a decir eso y mucho menos que te sientas culpable.

El agarre que ejercía en su cara para que le mirase fijamente a los ojos era mucho más suave de lo que podía parecer. Hacía un gran contraste contra las duras facciones que reflejaba la cara del chico.

- Pero fue mi culpa. -Insistió ignorando las advertencias del chico- Si me hubiese conformado con ir a ese estúpido desfile nada habría pasado.

- O a lo mejor si. A lo mejor hubiera pasado pero de otra manera. Eso no lo sabes.

Le apartó el pelo de la cara y le dio un cariñoso beso en la frente tomándose más tiempo del necesario. A la vez, limpiaba con sus pulgares las lágrimas que caían por sus sonrojadas mejillas.

- Todos somos egoístas en algún momento y aún más si somos unos críos como lo eras tú. -Sonrió y ella pudo atisbar un pequeño destello de amargura- Lo que te pasó fue solo pura coincidencia. Mala suerte. Solo eso.

La cogió del mentón y la besó suavemente, como si intentara alejar de ella aquel dolor que sentía en ese momento.

- Ahora estoy yo aquí, ¿vale? Y mientras esté contigo no voy a dejar que te tortures a ti misma. -Y la abrazó.

Parecía tan desesperado en ese momento por intentar convencerla de que aquello no era su culpa que el corazoncito de Astrid se encogió. Nunca tuvo a nadie que la abrazara cuando se despertaba en mitad de la noche llorando por una pesadilla. Y tampoco tuvo a nadie que le dijera aquellas palabras de consuelo.

Y ahí estaba él. Abrazándola como si ni hubiera mañana y ofreciéndole tiernas caricias. De vez en cuando le daba un beso en la cabeza.

- Así que por eso vives con tus primos, ¿no?

- Si -afirmó Astrid-. Era la única familia que tenía. No es que tuviéramos una gran relación pero decidieron hacerse cargo de mi.

- Yo me hubiera planteado el orfanato -dijo con tono burlesco.

Ahora ya tumbados, Astrid se acomodó mejor apoyando su cabeza en su pecho.

- Al principio no era tan malo, Matt y Ruth eran bastante majos conmigo... pero crecieron y se volvieron idiotas. Todo este tiempo he estado prácticamente sola.

- Hasta ahora. Ya no estás sola, Astrid. Me tienes a mi y no te pienso dejar.

No fucking limits.Where stories live. Discover now