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Las olas del mar chocaban contra el acantilado provocando un ligero murmullo que penetraba como una dulce melodía en los oídos de Astrid. Un paseo por la orilla de la playa la noche de navidad junto a Taehyung era, probablemente, el mejor momento que podía pasar en su vida. Al parecer a Tae le había parecido mas romántico darle su regalo de navidad en un ambiente como ese y había acertado de pleno. Sin embargo, no les duró tanto como les hubiese gustado. Sus amigos comenzaron a llamarles para que volviesen a cenar que ya era la hora. Al parecer Jin había comenzado a quejarse de que tenía hambre y cuando Jin tenia hambre se volvía insufrible.

Y en efecto, cuando llegaron Jin estaba que se subía por las paredes del hambre. Pero en cuanto le sirvieron el primer plato de comida no se volvió a oír una sola queja por parte del chico, que centró toda su atención en la comida. Por otro lado la mesa estaba algo dividida. En cierto modo, estaba siendo una cena cordial, era más que obvio que había una tensión letal en la mesa, principalmente por parte de Jimin hacia Patrice y Mingyu. Aunque Astrid podía notar que no eran los únicos de la mesa que no estaban realmente felices. La morena estaba sentada entre Suga y Taehyung y le sorprendió que se encontraba incómoda en ese sitio, pero no supo especialmente por qué. Pero no faltaron bromas por parte de Namjoon metiéndose con el comilón de Jin, que intentaba defenderse hablando con la boca llena de comida y no se le entendía nada y muchos otros momentos graciosos.

Por suerte, para el postre esa tensión había quedado enterrada bajo un fino velo de chistes malos y risas espontáneas que mejoraron la cena hasta volverla lo suficiente amena para todos. Todos conversaban unos con otros hablando de todo y de nada. Y todo parecía estar aun mejor cuando terminaron la cena y se dirigieron al salón del hotel donde se celebraba una magnífica fiesta. Había muchos más adolescentes de los que pensaban, y Suga les explicó que era porque a esa fiesta dejaban asistir a la gente que quisiera aunque no se hospedasen en el hotel.

.....

Ya había perdido la noción del tiempo. Astrid no tenía ni idea de qué hora era ni de cuántos cubatas llevaba encima, solo quería divertirse y olvidar. Sus amigos, por una noche olvidándose de sus problemas, bebiendo, riendo, bailando, etc.

Sonrió al ver a Jin siendo arrastrado fuera de la fiesta por ese tal Kai, que lo llevaba bien sujeto de la mano. Habían estado prácticamente sin separarse desde que se habían encontrado en la fiesta. Sus amigos también estaban contentos por verle tan feliz y tan libre. Suga les dijo que a pesar de ser una ciudad pequeña eran muy tolerantes y bastantes abiertos de mente en cuanto a homosexualidad y esos temas más peliagudos. Era una ciudad muy turística, por lo que por allí pasaban todo tipo de personas y los habitantes ya se habían acostumbrado a todo tipo de personas, de costumbres raras, nacionalidades dispares y preferencias sexuales.

Cuando se giró notó una mano posarse sobre su cintura, alzó la vista y vio a un chico bastante guapo, con una sonrisa de pedantería adornando sus labios. Era mono, pero no de su estilo.

- Hola preciosa -el olor a alcohol la recibió de inmediato-. ¿Qué haces tan sola en esta fiesta?

Había bebido, no iba completamente borracho pero se le notaba que el chico no estaba en pleno uso de sus facultades mentales. Trató de separarse de él, pero el chico solo afianzó el agarre a su cintura y la apretó más a él.

- No estoy sola. De hecho, estoy con mi novio y unos amigos -dijo ella intentando sonar amistosa.

- ¿En serio? Pues yo no veo a nadie más.

Y, de hecho, ella tampoco conseguía ver ningún rostro conocido entre la gente por más que miraba. ¿Donde demonios se metían sus amigos cuando los necesitaba? Esperar un heróico rescate por parte de su novio estaba totalmente descartado, le había visto hacía aproximadamente unos quince minutos con Jimin al lado de un altavoz de música más borrachos que una cuba y lo más probable es que estuvieran los dos por ahí tirados medio muertos.

- Oye, en serio, déjame.

- Oh vamos, es navidad -dijoexagerándolo- Todo el mundo se divierte en navidad.

Terminó de beber el contenido del vaso que llevaba en la otra mano y cuando lo bebió tiró el vaso lejos y sujetó a Astrid por la cintura con sus dos manos. Debía reconocer que su sonrisa era totalmente mojabragas, pero había algo que no le terminaba de convencer en él.

- Ya basta -dijo una voz a sus espaldas elevándose sobre la música-. Suéltala Yifan.

- Joder Suga -dijo el tal Yifan- Ve a fastidiarle la fiesta a otro.

Cuando Astrid miró a Suga observó su rostro contraído en una mueca seria, pero para su sorpresa non estaba enfadado, ni siquiera mostraba una pizca de molestia. Solo lo miraba aburrido.

- La fiesta te la estás fastidiando tú solo.

Hizo una seña con la cabeza hacia el fondo, justo detrás de ellos, quienes giraron sus cabezas y miraron hacia donde había indicado. Un chico alto y delgado, con el pelo negro y con delicados rasgos faciales se movía entre la gente moviendo la cabeza hacia todos lados. Astrid vio la cara del chico rubio llamado Yifan contraerse cuando el pelinegro los vio a escasos dos metros de distancia.

Las manos de Yifan soltaron de golpe a la chica y pareció como si la borrachera del rubio se le hubiera pasado de golpe.

- T- Tao esto no es... -comenzó a balbucear Yifan con acento borracho.

- ¡Cállate! -Gritó el chico con la cara roja- ¡Siempre eres el mismo! ¡Si no eres capaz de emborracharte sin intentar ponerme los cuernos con la primera tia que se te cruce es mejor que lo dejemos!

Y dicho eso se giró y se marchó escabulléndose entre la gente.

- ¡Tao, espera! ¡No digas tonterías! ¡Tao, cielo, espera!

Yifan lo siguió corriendo en cuestión de segundos. Astrid estaba simplemente estupefacta.¿Qué demonios acababa de suceder?

- ¿Acaso... Acaso acaba de insinuarseme un chico gay con novio?

Una sonrisa socarrona brotó de los labios de Suga.

- Se llama Yifan-dijo-, es un buen chico, aunque cuando bebé no controla mucho y siempre termina insinuándose a chicas.

- Pero.. ¿Y el chico moreno de antes?

- Es Tao. Tao es su novio. Realmente nunca hace nada con nadie -puntualizó-, me refiero a Kris, él nunca sería capaz de ponerle los cuernos a su novio, pero se comporta como un verdadero imbécil cuando bebe.

- ¿Y cómo lo soporta Tao?

Suga se encogió de hombros.

- Se quieren. En realidad Kris es inofensivo, si lo conocieras estando sobrio te caería bien. Ellos siempre estan así, son una pareja divertida de ver -se rascó la cabeza-. Pero a pesar de las peleas tontas se quieren demasiado.

- Vaya... Espero poder conocerles algún día sin alcohol de por medio.

Suga asintió de acuerdo con ella.

- Oye aquí hay mucho ruido... -se quejó Suga mirando al rededor- ¿Damos un paseo?

La casi imperceptible sonrisa de Suga le hacía juego con el brillo de sus ojos y Astrid solo pudo asentir con la cabeza y corresponder a su sonrisa. Cuando intentaron salir había demasiada gente entorpeciendoles el camino por lo que Suga tomó la mano de Astrid para guiarla hacia el exterior. Astrid tan solo miró hacia otro lado intentando ignorar la corriente eléctrica que había sentido cuando sus manos hicieron contacto.

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⏰ Last updated: Oct 26, 2019 ⏰

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