Dos; Vuelta a la rutina

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Aparqué delante del gran edificio en el que se encontraban las oficinas de la empresa en la que trabajaba. Un gran cartel con un óvalo rojo, un avión de papel dibujado dentro de éste y el nombre Kinesis escrito justo debajo te recibía nada más llegar.

Entré al gran edificio y Martha, la recepcionista, me recibió con una gran sonrisa.

—¿Estas vacaciones te has propuesto llegar antes a trabajar? —bromeó al comprobar que llegaba antes de lo habitual.

—Culpa de mi novia —Me encogí de hombros mientras me dirigía a los ascensores—. También era su primer día y se ha asegurado de que ninguno de los dos llegásemos tarde.

Ella soltó una pequeña carcajada y tras un: "Que tengas un buen día" volvió a prestar atención al ordenador que tenía delante.

Cuando el ascensor llegó entré y pulsé el número tres. Unos segundos después las puertas se abrieron dejándome en la planta en la que se encontraba mi oficina y las de los miembros de mi equipo. Sí, solíamos trabajar en los distintos proyectos en grupos de tres o cuatro personas, así era todo más fácil.

Recorrí el pasillo, parándome de vez en cuando para saludar a algún compañero o compañera, hasta llegar a mi despacho. Pero no me había ni sentado cuando una morena de ojos verdosos se asomó por la puerta.

—¡Justin! —Me llamó contenta.

—Hola Megan. —Sonreí.

La chica entró y, tras darme un pequeño abrazo, se sentó en una de las sillas que había delante de mi escritorio.

—¿Qué tal las vacaciones?

—Bien, aunque no hemos hecho gran cosa. —Me encogí de hombros.

—¿Rachel y tú no habéis ido a ningún sitio?

—No, después del ajetreo de la mudanza solo nos apetecía descansar un poco en casa.

—Oh, es verdad. ¿Cómo es eso de vivir con ella?

—Genial —Sonreí sincero—. ¿Tú y Adrien no os animáis?

—No, bueno... él y yo... hemos decidido tomarnos un tiempo —dijo cabizbaja.

—Oh mierda, no tenía ni idea. Lo siento mucho, no debería haberlo mencionado.

—No te preocupes, como tú has dicho no sabías nada. —Una pequeña mueca salió de sus labios.

—¿Si pregunto qué ha pasado la estoy cagando aún más?

Emitió una pequeña risa.

—Para nada. Es solo que parecía que las cosas ya no eran como antes así que nos estamos dando algo de tiempo para... pensar.

—Ya verás como todo se soluciona.

Alargué mi brazo hasta coger su mano y la apreté, intentando darle apoyo. Ella me respondió con una tímida sonrisa. Sabía que eso no iba a ser de mucha ayuda, pero era lo único que yo podía hacer.

Megan y Adrien llevaban algo más de un año y medio saliendo juntos. A él no le había visto muchas veces pero a ella se la veía realmente enamorada. No me quería ni imaginar como se debía sentir que una de las personas a las que más quieres te dijese que necesita estar un tiempo a solas, lejos de ti. Tan solo de pensar en Rachel diciéndome eso ya dolía.

—Me alegro de encontrarles a los dos aquí, así me ahorro un viaje —habló alguien.

Un hombre que rondaría los cuarenta y largos y con una calvicie incipiente se encontraba apoyado en el marco de la puerta. Nuestro jefe.

Flatline • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora