Ocho; ¿Se lo digo?

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Cerré la puerta del coche y suspiré recostándome contra el volante.

—¿Qué coño acaba de pasar? —murmuré para mí mismo.

Todavía estaba intentando asimilarlo.

Tras lo sucedido Brooke me había dejado solo en el pasillo, donde me quedé inmóvil unos segundos, mirando la puerta por la que ella se acababa de ir.

Un pitido, proveniente del bolsillo de mi americana, me sacó de la pequeña nube en la que me encontraba. Ni siquiera sabía cuanto tiempo llevaba allí parado, repitiendo la escena en mi mente.

Saqué mi móvil e hice una mueca al ver que acababa de recibir de un par de mensajes de Rachel.

En diez minutos estaré en casa
Te falta mucho?

Los leí en la pantalla bloqueada, pero preferí no abrirlos porque no me apetecía hablar con nadie, mucho menos con ella. Sabía que yo no había hecho nada malo, había sido Brooke la que se abalanzó sobre mí y solo fue un roce de labios, algo largo pero al fin y al cabo un roce. Sin embargo, no podía evitar sentir una especie de nudo en la boca del estómago.

Sabía que no podía tirarme toda la noche allí metido dándole vueltas al asunto y, a pesar de que hacía un momento había dicho que no quería hablar con Rachel, lo único que me apetecía ahora mismo era estar con ella, aunque solo fuese sentirla a mi lado. Quizás si le explicaba lo sucedido me sentiría mejor, ¿no?

Intentando no pensar más en ello arranqué el coche y puse rumbo a casa.


Cuando aparqué el coche de Rachel ya se encontraba allí y pude ver la luz de la que era nuestra habitación encendida. Apagué el motor y saqué las llaves del contacto soltando un leve suspiro.

—No he hecho nada malo —Me repetí a mí mismo, esta vez en voz alta como si así se me fuese a quedar bien grabado—. Fue ella la que me besó.

Salí del vehículo y tras asegurarme de que lo había cerrado bien emprendí el camino hasta la puerta.

Entré a casa y ésta se encontraba sumida en un silencio que fue roto en cuanto cerré la puerta, quizás con demasiada fuerza.

—¡¿Justin?! —Escuché su voz sonar desde arriba.

—¡Sí, ahora subo! —Le dije al llegar al pie de las escaleras

—¡Vale!

Me dirigí hacia la cocina en busca de agua. En realidad no estaba sediento y simplemente estaba alargando el momento de encontrarme con Rachel porque en cuanto lo hiciese debería explicarle lo sucedido. Había sido algo tonto, pero aún así no me hacía ni pizca de gracia tener que hacerlo.

Tras guardar el vaso en el armarito de nuevo me dirigí hacia las escaleras para, esta vez sí, ir a nuestra habitación mientras pensaba en cómo se lo diría.

"Hola cielo, ¿sabes qué? He acompañado a Brooke a la puerta de su casa y me ha besado" o "Cariño, ¿recuerdas la broma que has hecho esta mañana de vigilar a Brooke para que no intentase nada? Bueno, pues ha pasado" no eran buenas opciones.

Entré al cuarto y fruncí el ceño al no encontrarla allí, pero la puerta del baño se abrió enseguida y ella salió de allí.

Una vez más llevaba una de mis viejas camisetas y tenía esa gran sonrisa plasmada en el rostro.

No podía hacerlo.

—Hola. —Se acercó a mí.

—Hey... —Sonreí levemente quitándome la americana.

Flatline • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora