Flatline • jb

Veinte; Cena romántica

—Buenos días Martha —saludé alegre a la recepcionista en cuanto puse un pie en el edificio.

Ella apartó la vista del ordenador que tenía delante y me dedicó una muy amplia sonrisa.

—Hola Justin, ¿qué tal por Alemania?

—Genial —contesté sonriente.

—Ya veo... que cambio de actitud de la semana pasada a esta. —Rió.

—Hay muchos motivos por los que estar alegre. —Le guiñé un ojo antes de dirigirme hacia los ascensores.

Y haber despertado con la chica a la que quiero entre mis brazos era uno de bastante peso.

Mientras esperaba que el ascensor llegase miré el reloj que teníamos allí. Aún quedaba un cuarto de hora para las diez así que me daría tiempo de saludar a Megan y Ethan antes.

Cuando llegué a nuestra planta fui directo a la oficina de la morena. Por el camino me topé con un par de compañeros que me preguntaron por el viaje y tras intercambiar cuatro palabras se despidieron para seguir trabajando.

La puerta del despacho de Megan estaba cerrada así que llamé un par de veces.

—¡Adelante! —Le escuché decir al otro lado de la puerta.

La abrí un poco y me asomé, ella estaba concentrada en su ordenador.

—Hola, eh —dije tras unos segundos en los que me ignoró por completo.

—Lo sien- —Apartó la vista de la pantalla y sonrió ampliamente al verme— ¡Justin! —Se levantó.

Yo reí por su reacción y entré por completo a la sala, cerrando la puerta tras de mí. Ella se acercó a mí y me dio un corto abrazo.

—¿Qué hay? —pregunté cuando nos apartamos.

—Eso debería preguntártelo yo a ti —Me empujó un poco—. ¿Cómo ha ido todo?

—Estupendamente, nos recibieron de maravilla y fue muy fácil trabajar con ellos, la verdad es que han sido bastante fieles a nuestra idea.

—¿Y qué hay de la vuelta a casa? —Mordió su labio. Sabía que no se refería al viaje.

—Aún mejor. —Amplié mi sonrisa.

—¿De verdad? —Asentí y ella sonrió también—. Dios, me alegro muchísimo por vosotros dos, teníais que arreglar las cosas.

—Lo sé y menos mal que ha salido bien la cosa. —Hice una mueca.

—No la vuelvas a cagar, Bieber. —Me advirtió.

—Juro que no lo haré. —Negué con la cabeza.

—Más te vale... —Me apuntó con el dedo— Pero bueno, dime qu-

—Oye, Megan... —La puerta se abrió, dejando ver a mi amigo pelirrojo— Bieber. —Sonrió al verme ahí parado.

—¿Qué hay, Ethan? —Sonreí dándole un corto abrazo.

—Pues agradecido que estoy de que hayas vuelto ya, no creía aguantar mucho más yo solo con Megan. —Esbozó una mueca.

—¡Oye! Que aguantarte tampoco es tarea fácil. —Se quejó ella.

Yo reí negando con la cabeza al verles discutir.

—Sí, definitivamente estoy de vuelta. Con lo tranquilo que he estado estos días sin discusiones...

—Bah... Seguro que os habéis aburrido sin nosotros —Ethan agitó su mano para quitarle importancia—. Por cierto, ¿está Brooke aquí también?