Quince; Disculpas

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Justin's POV:

—¡Joder! —Golpeé el volante de mi coche con fuerza y me recosté contra el respaldo de mi asiento.

Todo estaba saliendo fatal no, lo siguiente. Desde luego no esperaba que Rachel me recibiese con los brazos abiertos, pero tampoco creía que fuese a huir de mí y prácticamente echarme de su vista.

¿Y quién coño era ese gilipollas que había aparecido allí de repente? ¿Se creía un caballero de armadura blanca al rescate de una doncella en apuros o algo así?

Pero eso no era lo importante ahora mismo, lo importante era Rachel.

Suspiré pasando una mano por mi cara.

Había querido venir a verla porque sabía que no podría irme a Alemania sin saber al menos como estaba. Ya me costaba irme sin haber arreglado las cosas, pero la conversación que había tenido aquella mañana con Megan solo había consiguido que me preocupase e inquietase aún más.

Cuando entré al trabajo fui recibido por un torbellino, también conocido como Megan, que me arrastró hasta su despacho, provocando que casi derramase mi segundo café de la mañana. Sí, apenas eran las ocho de la mañana, pero la falta de sueño no ayudaba.

—Ten cuidado —dije una vez dentro del despacho, comprobando que no había restos de café sobre mi ropa.

—¿Que tenga cuidado? ¡¿Que tenga cuidado?! —Golpeó mi brazo con fuerza.

—Pero, ¿qué te pasa? —Fruncí el ceño y dejé el café sobre su escritorio.

—Me pasa que eres un imbécil —Esta vez el golpe fue al pecho—. Y un idiota —Otro—. Y un gilipollas. —Y llegó la colleja.

—Joder, Megan. —Me aparté frotándome la nuca.

—¿Qué te dije yo? ¿Eh?

—Pues ahora mismo creo que no tengo ni idea porque me acabas de dejar sin neuronas. —Seguí frotándome la nuca. Picaba.

—Te dije que no traicionases su maldita confianza, ¿y qué haces tú? —Oh, ya comprendía—. Traicionar su maldita confianza. —Se cruzó de brazos y me miró frunciendo el ceño.

—Te has enterado... —Hice una mueca.

—Y no por ti precisamente. —Su mirada era desaprobatoria.

Tragué saliva antes de hablar de nuevo.

—¿Has hablado con ella?

—Pues claro que he hablado con ella, Justin —Suspiró apoyándose contra su escritorio—. Me llamó ayer. —Ahora parecía algo más calmada.

—¿C-Cómo está?

Ella dudó unos segundos antes de contestarme.

—Parecía bastante entera hasta la mitad de la conversación más o menos, entonces empezó a llorar. —Mordió su labio.

Me dejé caer sobre la silla que había delante del escritorio de Megan y escondí mi rostro entre mis manos.

—He sido tan gilipollas...

—Y muchas otras cosas —añadió ella.

Ni siquiera me molesté en replicarle, llevaba toda la razón.

—¿Para qué te llamó? —Alcé la cabeza para mirarla.

—No creo que deba decirte eso, fue una conversación privada. —Se cruzó de brazos.

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