Veinticuatro; ¿La mujer de mi vida?

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La puerta de la sala en la que estábamos reunidos se abrió y Megan entró por ésta.

—Bien, ya he llevado el cartel para que lo impriman —Nos avisó antes de sentarse frente a mí—. Se supone que en unos quince minutos podré ir a recogerlo.

—Genial, entonces algo que podemos tachar de la lista... —comentó Brooke a mi lado.

—Yo no estaría tan segura —Megan negó con la cabeza—. Este es el tercer cartel que diseño, el jefe es capaz de rechazarlo también.

—Desde que los encargos han aumentado su nivel de exigencia también lo ha hecho. —Me quejé.

—Está insufrible. —Ethan pasó una mano por su frente.

—Me duele la cabeza y solo estamos a lunes. —Brooke dejó escapar un suspiro mientras se recostaba contra el respaldo de la silla.

—Y aún faltan dos horas para salir. —Miré el reloj que marcaba poco más de las tres.

—Eso si salimos a la hora —apuntó Megan—. ¿Alguno de vosotros necesita ayuda?

Normalmente acostumbrábamos a trabajar todos en equipo para el mismo proyecto, era mejor porque así éramos más mentes pensantes y se nos podían ocurrir más ideas. Sin embargo, ahora nos habíamos visto obligados a cambiar el método. Para los encargos más importantes seguíamos trabajando en equipo, pero también hacíamos proyectos individualmente para avanzar más rápido.

—Creo que tenemos que terminar el cartel para el festival ese de Acción de Gracias, ¿no? —Miré a Brooke ya que era ella la que lo tenía todo apuntado en su tablet.

—Pues... —Tocó varias veces la pantalla— Sí, quedaba añadir los nombres de los artistas y alguna cosa más. —Miró a mi amiga.

—Bien, me pondré a ello ahora mismo.

—Yo creo que iré a por un café —Brooke se levantó, estirándose un poco—. ¿Alguien más viene?

—Yo. —Asentí levantándome también.

—¿Por qué no nos traéis café a todos ya que estáis? —propuso Ethan.

—Eso, que el resto te lo traigan todo, ¿no? —Le miré burlón.

—Pues claro, es a lo que estoy acostumbrado. —Se encogió de hombros.

—A ver, ¿qué querréis? —Brooke sacó su móvil para apuntar el pedido de nuestros compañeros.

Cuando lo tuvimos todo salimos de allí para ir a la cafetería que había al lado a por nuestras bebidas.

—Dios, necesitaba salir fuera... —murmuré cuando el frío aire chocó contra nuestros rostros en cuanto salimos al exterior.

—Ha sido trabajar sin parar desde que hemos entrado —Brooke negó con la cabeza—. ¿Suelen ser así las cosas? Porque donde trabajaba antes no solíamos tener tanto trabajo.

—Para nada —Negué con la cabeza—. Y espérate de aquí a unas semanas que empezarán a preparar las campañas navideñas. —Esbocé una mueca al pensar en ello.

—Y no te olvides del Black Friday y del Cyber Monday. —Me recordó.

—Cierto... —Suspiré.

El mes de noviembre y gran parte del de diciembre eran, sin duda, los que más trabajábamos. Aunque la mitad de enero y principios de febrero, con sus correspondientes preparativos para San Valentín también tenían lo suyo. Sinceramente, no me apetecía imaginarme cómo sería este año, ya estábamos recibiendo más encargos de lo normal, pero según el jefe, en cuanto saliese la campaña que habíamos hecho para Hugo Boss los proyectos aumentarían notablemente.

Flatline • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora