Extra; Graduación

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Estaba hablando con un par de compañeros de clase cuando sentí como unos brazos rodeaban mi cintura y al volverme un poco pude ver a Rachel, mirándome sonriente.

—Hey. —Sonreí contagiado por ella y pasé mi brazo por encima de sus hombros.

—Hola —Me saludó antes de darme un corto beso—. ¿Qué hay, chicos? —Se volvió hacia mis amigos.

—Pues deseando que esta ceremonia termine para poder chillar que soy libre —admitió Shane haciendo reír a mi novia.

—Supongo que esta noche saldrás de fiesta con nosotros, ¿no? —Le preguntó ahora Liam.

—Claro, hay que celebrar que os habéis graduado. —Sonrió mirándonos.

—Genial, pues allí nos veremos —Le aseguró y posó su mano sobre el hombro de Shane—. Nosotros iremos a sentarnos ya.

—Os dejamos solos tortolitos —bromeó mi otro amigo antes de que ambos se fuesen de allí.

Rachel se colocó frente a mí y me abrazó por la cintura.

—¿Qué te parece mi atuendo? —bromeé extendiendo mis brazos hacia mis laterales.

—Vas muy guapo —comentó acariciando la tela negra de mi toga.

—He pensado que llevaré el conjunto completo a la cena con mis padres —continué con la broma.

—Mmm... Yo creo que prefiero que te quedes solo con la camisa que llevas debajo. —Ladeó un poco la cabeza a la vez que ajustaba un poco mi corbata.

—Ya veré, ya veré... —dije con una pequeña sonrisa tirando de mis labios— Escucha, te llevaré hasta donde están mis padres porque esto está a punto de empezar ya —dije mirando hacia el escenario que habían colocado allí fuera, frente a los cientos de sillas que los alumnos y nuestros familiares ocuparíamos.

—Vale. —Asintió conforme y tomó mi mano.

Nos acercamos a las hileras de sillas y no tardamos mucho en dar con ellos, situados a un lateral de las primeras filas.

—Hola. —Mi padre fue el primero en vernos y se levantó, siendo seguido de inmediato por mi madre.

—Hey. —Rachel se acercó a mis padres y les saludó con un abrazo.

—Estás guapísima. —La halagó mi madre.

Y era cierto. Había ondulado su pelo un poco y llevaba un vestido color crema sin mangas que se ajustaba a sus curvas y le llegaba un poco por encima de las rodillas; además, se había puesto unos tacones del mismo color que el vestido que lograban que estuviese a mi altura.

—Muchas gracias. —Sonrió algo tímida.

—Yo iré a mi sitio ya —Les avisé señalando hacia donde se encontraban todos mis compañeros—. No creo que tarde mucho en empezar la ceremonia.

—De acuerdo. —Asintió mi padre.

—Lo grabaremos todo. —Me aseguró mi madre mostrándome su teléfono.

—Y yo haré fotos —apuntó Rachel.

—De acuerdo. —Asentí riendo y al fin me dirigí hacia la zona en la que me tocaba sentarme.

Tal y como había predicho, la ceremonia empezó apenas cinco minutos después y tras los discursos del rector y algunas otras autoridades de la universidad, además del de una chica de nuestra promoción en representación de todos sus compañeros, empezaron a llamar a los alumnos para poder entregarles sus diplomas.

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