Doce; Revelación

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Tamborileé nervioso contra la gran mesa. Nuestro jefe nos había citado a los cuatro en la sala de reuniones a las diez, pero ya eran y cuarto y él seguía sin aparecer.

—¿Tardará mucho más? —Se quejó Ethan sentado a mi lado.

—Tú no te quejes que siempre llegas tarde. —Le reprendió Megan.

Ella y Brooke estaban justo delante nuestro, dejando la presidencia de la mesa vacía porque ese ere el lugar que ocuparía el señor Miller.

—Bueno, pero por un día que llego a tiempo...

La puerta se abrió, interrumpiéndole.

—Lamento la tardanza —Se disculpó nuestro jefe—. Tenía algo de papeleo que solucionar y la cosa se ha alargado más de lo que creía.

Todos asentimos, a pesar de que no nos había hecho mucha gracia tener que esperarle ya que volvíamos a tener varios proyectos entre manos. Pero, ¿qué vas a decirle a tu jefe?

—¿Y bien? ¿Tiene noticias? —pregunté impaciente.

—Así es, pero creo que es mejor que os la den otras personas. —Abrió aún más la puerta y por ella entraron un hombre y una mujer.

Los dos habían estado presentes en la presentación del viernes y ella había sido con quien habíamos cenado hacía algo más de una semana.

Todos nos levantamos y estrechamos sus manos a modo de saludo.

—Ya conocéis al señor Diefenbach y la señorita Breisacher. —Nos recordó sus nombres.

Todos intercambiamos un par de palabras, deseándonos los buenos días y volvimos a tomar asiento. Esta vez Ethan y yo preferimos colocarnos junto a las chicas, dejando a nuestro jefe el lugar que le habíamos reservado anteriormente y los que nosotros habíamos ocupado antes a nuestros clientes.

—Queríamos felicitarles —Empezó a hablar ella, con un marcado acento—, su trabajo ha sido excelente y muy eficaz, no esperábamos recibir noticias suyas tan pronto, a decir verdad.

Alcé una ceja, no sabía si tomarme ese comentario como un cumplido o una crítica, la verdad. Por eso preferí mantenerme en silencio.

—Tras su presentación del viernes nosotros tuvimos nuestra propia reunión y le mandamos su propuesta a algunos de nuestros compañeros en Alemania —Continuó el hombre—. Ellos también quedaron satisfechos con su trabajo.

—Y es por eso mismo que les queremos dar la enhorabuena, son los creadores de la nueva campaña de Hugo Boss. —Sonrió ampliamente.

Tardé un par de segundos en procesar lo que acababa de decir.

Habían aceptado nuestra propuesta. Lo habíamos conseguido.

—Muy bien chicos. —Nos felicitó el jefe sonriendo también, como todos estábamos haciendo ahora mismo.

Tras darnos las noticia tuvimos que contener nuestra emoción y mantener la compostura ya que ellos tenían algunos detalles que aclarar con nosotros.

—Nos gustaría que un par de ustedes viniesen la semana que viene a Metzingen. Es donde se encuentra nuestra sede central —aclaró segundos después al ver nuestras caras de confusión.

—¿Para qué? —preguntó Brooke curiosa.

—Bueno, es algo que siempre hacemos —Nos explicó el señor Diefenbach—. Nos gusta tener presentes a los creadores de la campaña durante el rodaje del anuncio o la sesión de fotos.

—¿Y los que fuesen allí qué harían exactamente? —Esta vez preguntó Ethan.

—Como bien saben no siempre es posible plasmar exactamente lo que ustedes quieren, existen algunas limitaciones —Todos asentimos de acuerdo con él—. Nosotros queremos ceñirnos al máximo a lo que se ha creado en un primer momento, así que trabajaremos con ustedes para que sea así.

Flatline • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora