Flatline • jb

Veintiocho; Lo dejo

El silencio reinaba en aquel vehículo que nos llevaba a Coventry. El jefe se encontraba sentado delante del todo, de copiloto; a continuación estábamos Brooke, Megan y yo —en ese orden— y finalmente, recostado en los asientos de atrás, probablemente maldiciéndose por haber bebido más de la cuenta anoche, se encontraba Ethan.

Brooke y yo aún no habíamos cruzado apenas palabra desde lo que había sucedido la noche anterior en la puerta de su habitación. Realmente quería hablar con ella sobre el asunto, pero estando nuestros compañeros de por medio nuestras conversaciones no habían ido más allá de "buenos días" o "¿podrías pasarme el azúcar, por favor?" durante el desayuno.

Esperaba poder encontrar un momento a solas a lo largo del día para poder hablar tranquilos, aunque con la planificación que nos había dictado el señor Miller aquella mañana durante el desayuno dudaba que pudiésemos tener alguno. Nada más llegar, como había sucedido cuando Brooke y yo estuvimos en la sede de Hugo Boss, nos enseñarían el lugar y después tendríamos una probablemente muy larga reunión. Después comeríamos y al fin, por la tarde, nos pondríamos manos a la obra con el anuncio, junto con su equipo de marketing.

Solté un suspiro, algo cansado, y me apoyé contra el cristal de la ventanilla, recordando la conversación que había tenido con Rachel aquella noche. La verdad es que no había durado demasiado, yo estaba aún algo aturdido por lo que acababa de suceder y según me había explicado ella estaba en el coche, de camino a un restaurante en el que había quedado con Emily y algunas amigas más, pero había querido llamarme porque probablemente para la hora en que volviese a casa ya sería demasiado tarde aquí. Así que, tras una breve charla en que básicamente habló ella sobre que al final Em sí se quedaría con ella estos días y no sé qué más, nos despedimos dándonos las buenas noches y colgamos. Desde luego había tenido suerte, porque debido a eso Rachel ni siquiera se había percatado —o si lo había hecho no lo había comentado— de que estaba algo ausente durante toda la conversación.

Después de aquello simplemente me cambié y me metí en la cama. Aunque me habría gustado aclarar las cosas con Brooke en aquel mismo momento sabía que ella probablemente se habría acostado, así que por eso decidí hacer lo mismo.

A mi lado Megan soltó un fuerte suspiro, llamando mi atención, y al girarme hacia ella vi que estaba algo inclinada hacia delante, con los codos apoyados sobre sus piernas y sujetando su cabeza entre sus manos.

—¿Qué te pasa? —Le pregunté algo divertido.

Ella se giró hacia mí y esbozó un pequeño puchero.

—Me aburro. —Se quejó.

—¿Y qué quieres que haga yo? —Sonreí.

—Pues entretenerme —dijo con obviedad antes de echarse hacia atrás—. O tú, Brooke. —Se giró hacia el otro lado para mirarla.

Ella que hasta hacía un momento había estado mirando por la ventana se volvió, mirándonos algo confusa.

—Perdón, ¿qué decíais? Es que estaba algo distraída. —Se disculpó con una tímida sonrisa.

—Decía que me aburro y quiero que me entretengáis.

—Vaya —Alzó una ceja—, ¿ahora resulta que somos tus monos de feria? —preguntó fingiendo molestia.

—Lo suele ser Ethan, pero... —Soltó un suspiro y se giró hacia donde nuestro compañero se encontraba, recostado contra la ventanilla y con las piernas estiradas sobre los asientos libres que tenía al lado— hoy no se encuentra en condiciones. —Se encogió de hombros.

—Vaya, muchas gracias —comentó él sarcásticamente, ni siquiera molestándose en abrir los ojos.

—Es la verdad y lo sabes.