Dieciocho; Alemania ~ Segunda parte

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Sábado.

Suspiré sentándome en uno de los sofás que había en el vestíbulo del hotel, esperando a que Brooke bajase para poder hacer algo de turismo. Tras la comida con Ariane nos despedimos de ella hasta el lunes y Oswald nos trajo al hotel para poder cambiarnos antes de irnos a buscar el coche, por suerte la empresa de alquiler de coches no quedaba muy lejos de allí y podíamos ir a pie tranquilamente.

Debía admitir que estaba un poco nervioso. Brooke y yo no habíamos estado a solas más de cinco minutos desde la cena y pasar todo una tarde con ella y nadie más después de la duda que me asaltó mientras tomaba algo con Ariane no era algo que me entusiasmase especialmente.

Yo estaba completamente seguro de lo que sentía por Rachel, la quería con locura y no estaba dispuesto a perderla por nada en el mundo; de hecho estaba haciendo todo lo posible por recuperarla —aunque seguía sin tener novedades sobre ese asunto—. Sin embargo, no podía parar de repetirme aquella pregunta una y otra vez: ¿Me atraía Brooke?, pero seguía sin encontrarle respuesta y tampoco sabía qué hacer en caso de que fuese afirmativa. Quiero decir, si la respuesta fuese que no podría olvidarme por completo del asunto y achacarlo a que Ariane me había confundido; pero si finalmente fuese que sí muchas otras dudas me asaltarían: ¿Qué tipo de atracción siento hacia ella? ¿Cuándo empezó todo esto? ¿Es algo de lo que debería preocuparme o simplemente dejarlo correr? ¿Cómo nos influirá esto a Brooke y a mí? ¿Y a mi relación con Rachel?

Mi cabeza echaba humo con tan solo plantear aquellas preguntas.

No era la primera vez que me pasaba esto. Es decir, el hecho de que yo quisiera a Rachel y ella a mí no quitaba que pudiésemos encontrar atractivas a otras personas, seguíamos teniendo ojos, ¿no? Pero que fuese Brooke por la que quizás me sintiese atraído complicaba aún más las cosas.

Quizás a algunas personas todo esto les parece ridículo y piensen que no es tan complicado saber si alguien te atrae o no. Pero la atracción física no lo es todo y ahí recaían mis dudas. ¿Brooke me atraía físicamente? Sí. Pero, ¿llegaba a hacerlo en algún otro aspecto?

Había intentado mirar el asunto con objetividad, no como si estuviese viviendo un altibajo en mi relación con Rachel y Brooke hubiese sido el detonante de todo aquello; pero me era imposible hacerlo. ¿Cómo hacer ver que la chica por la que podría sentirme atraído —ni siquiera sabía si era así— no era la causante de la primera gran crisis con la que quizás fuese el amor de mi vida?

Las puertas del ascensor que tenía delante se abrieron, dejando ver a la culpable de mis dolores de cabeza. En cuento me vio me dedicó una amplia sonrisa y se acercó hacia mí. Ahora, al igual que yo, iba mucho menos formal que hacía veinte minutos, cuando nos despedimos para ir cada uno a su habitación. Vestía unas mallas negras junto a un jersey blanco algo largo que le venía como si fuese un vestido y unos botines marrones a juego con su bolso.

—Hey, ¿vamos? —Me preguntó cuando llegó a mi lado.

—Claro. —Asentí levantándome.

—Oswald me ha dicho hacia donde hay que ir, está muy cerca y no tiene pérdida según él. —Me comentó mientras nos encaminábamos hacia la salida.

—Genial. —Sonreí.

Cuando atravesamos las puertas un aire frió nos golpeó y tuve que resguardarme en mi chaqueta. Octubre había llegado y las temperaturas empezaban a bajar notablemente.

—Es por allí —Señaló a nuestra derecha y pusimos rumbo en esa dirección—. He hablado con Megan —comentó tras unos segundos en silencio.

Flatline • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora