Tres; ¿Intentaba ligar?

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Cómo lo llevas?

Miré la hora en mi móvil después de enviarle el mensaje a Rachel.

11:56

Iría a buscar a Brooke ya para bajar a comer.

Pasé toda la información que había recopilado a mi iPad y lo cogí, junto con mi cartera y mi móvil, antes de salir de mi oficina.

Llamé a la puerta de al lado y la abrí un poco, solo asomé la cabeza. Brooke estaba sentada delante del ordenador y parecía bastante concentrada porque ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia.

—Brooke —La llamé y ella me miró—. Ya es hora de ir a comer.

—Oh, claro.

Siguió el mismo procedimiento que yo para guardar lo que había buscado y enseguida estaba a mi lado.

—¿Dónde vamos a comer?

—Hay un Subway en la acera de enfrente. No es que sea el mejor sitio para comer, pero con el poco tiempo que tenemos es lo mejor que hay.

—Tranquilo, en la universidad pasé muchas épocas de exámenes comiendo solo sándwiches, estoy acostumbrada —bromeó.

—¿Estudiaste aquí? —pregunté mientras esperábamos el ascensor.

—No, estudié en Berkeley y he estado viviendo allí hasta principios de verano, cuando conseguí este trabajo.

La puertas del ascensor se abrieron y entramos, le di al botón del cero y no tardó en empezar a bajar.

—Vaya, Berkeley... Una chica aplicada, ¿no? —La miré divertido.

—Algo así —Rió—. ¿Y qué hay de ti?

—Yo estudié aquí y no era precisamente el más listo de la clase. —Hice una mueca.

—Tú tienes pinta de ser el guaperas que las traía a todas locas.

—Puede ser. —Sonreí con suficiencia, pero luego reí.

—A saber cuantas novias has tenido... —comentó saliendo del ascensor.

—Ni siquiera sé si esas chicas podían llegar a ser etiquetadas como novias. —Saludé a Martha al pasar por recepción.

—Así que tenemos aquí a un mujeriego...

—No —Negué con la cabeza a la vez que abría la puerta para que ella pudiese pasar—, antes sí que lo era pero maduré. Si estoy con alguien es porque de verdad siento algo por ella.

—Vaya, no me he encontrado a muchos como tú —Me miró—. Me gusta. —Sonrió ampliamente.

Yo imité su gesto cortésmente pero interiormente tenía el ceño fruncido.

¿Intentaba ligar conmigo?

Es decir, no quería sonar creído; pero podía reconocer cuando una chica ligaba conmigo. Había aprendido a hacerlo a base de ver a Rachel dedicarle miradas asesinas a cualquiera que lo intentase.

El resto del camino hasta el restaurante nos mantuvimos en silencio. Uno bastante incómodo al menos para mí.

Cuando entramos busqué a alguno de mis compañeros pero no di con ellos.

—¿Te parece bien que tú busques sitio y yo pida por los dos? —Propuse—. Mucha gente viene a comer aquí y va a ser difícil encontrar sitio para los cuatro luego.

—Claro, yo quiero uno de pavo y agua para beber. —Me dijo mientras me daba el dinero antes de alejarse hacia donde se encontraban las mesas.

Me dirigí hacia la caja y resoplé al ver que tenía a unas seis personas delante de mí.

Flatline • jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora