Sara.
Día 128.
Esta noche apenas he dormido. Me queda la pequeña tranquilidad de que hoy es Domingo, y de que el único personal del hospital que viene en días como hoy son enfermeras o auxiliares de guardia, nada de médicos. Eso quiere decir que al menos hoy no veré a Eduardo.
Necesito tiempo para asimilar lo que pasó, ese médico me vió de una manera que en cuatro meses no me había visto nadie, siendo casi yo, la chica de diecisiete años que no está ingresada y hablaba por los codos, que disfruta escribiendo y escuchando música. No estoy preparada todavía para que nadie me vea de esa manera, esa chica ahora no me pertenece. No soy yo.
¿Creerá que al verme de esa manera todo va a cambiar? No, claro que no. Es demasiado pronto y no estoy preparada para abrirme y contar todo lo que siento. Es complicado explicar cómo te sentías escuchando a tu familia pedir ayuda unos segundos antes de morir y no poder hacer nada. Y es imposible explicar cómo sabes que tu hermano de nueve años está a tu lado, atrapado bajo los hierros del coche, y cierras los ojos porque eres incapaz de sacarlo de ahí. Porque tú también estás atrapada, impotente.
Supongo que, si no te ha pasado algo como eso, por muy bueno que seas en tu papel de psiquiatra y por mucho que quieras empatizar con tus pacientes, si no te ha sucedido nunca vas a comprender del todo su dolor. Tengo la impresión de que Eduardo ve las cosas más fáciles de lo que en realidad son.
Por lo demás, todo sigue igual. Sigo sin tener noticias del exterior, y es que aunque quiera hacerlo, ya no creo que vaya a haberlas. No sé si no pueden venir por el estado en el que estoy, o que diréctamente ya no quieren venir porque no ven ningún avance en mí.
Algunas veces echo de menos lo que antes era una normalísima vida en la que estudiaba, escribía, pasaba algunos ratos en familia y salía con mis amigas y mi novio. Y es que ahora, aquí metida, me doy cuenta de verdad de que... no sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes.
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El diario secreto de Sara.
Любовные романыEduardo, un médico que a pesar de haber sacado su carrera hace varios años con la mejor nota de su promoción, solo ha pasado de despacho en despacho sin destacar entre los mejores médicos. Hasta que un día y sin esperarlo, le llega una oportunidad q...