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Sara.

Día 133.

Ayer sucedieron tantas cosas, que no sé ni por dónde empezar.

Veamos, respecto a mí poco puedo contar, ya que mi increíble vida de ahora es una completa y aburrida rutina. Cada vez tengo más ganas de salir de aquí y, de hecho, pienso que gracias a Eduardo lo haré pronto.

Hablando de él... aunque a decir verdad, todo lo que puedo y en todo lo que pienso ahora mismo es en Eduardo, pero bueno, a lo que iba, hablando de él, tras prometerme que vendría a verme alguna vez alguna amiga, ayer, según me dijo, habló con el director para que eso fuera posible, así que ahora esperaré con ganas a que ese pequeño deseo se cumpla.

También le hablé de David, aunque, es cierto que al nombrarle, durante escasos segundos lo noté algo... frío. Pero, ¿sabéis con lo que de verdad me quedo? Con que me cogió la mano. Es un gesto tan sencillo que me sorprende que me provocara... tanto.

En serio, no dudó ni un segundo en hacerlo. Vino alterado al enterarse de mi pasado intento de suicidio, como si le importara que lo hubiera hecho, como si incluso le doliera. Pero así, tan preocupado, se me veía más guapo que de costumbre, si es que es posible eso.

Pensando y pensando sin parar, he llegado a una absurda pero creo que cierta conclusión, y es que me está comenzando a gustar Eduardo. Creo que toda chica, alguna vez en su vida, se ha fijado ya en un profesor, entrenador... no sé, un amigo de tu padre, o cualquier hombre que no está a tu alcance. A mí, sin querer, me está sucediendo con Eduardo. Creo que su protección y la ayuda que me brinda han confundido mi estado extremadamente sensible.

Doy por hecho que es mi médico, que al menos me saca ocho o nueve años, quizá más. Pero... aquí encerrada y sin poder relacionarme con nadie más, ha acabado sucediendo. Por suerte, es algo pasajero, ya que cuando salga de aquí, intentaré continuar con mi vida y Eduardo se quedará atrás, como un gran recuerdo en el olvido.
Pero, hasta que eso pase, solo puedo apartar dichos sentimientos.

Además, se supone que tengo novio, ¿no? A decir verdad no hemos cortado oficialmente, pero lo que sí es seguro es que Eduardo y esa tal Mónica tienen algo... no es seguro el qué, pero imagino que si no están juntos ahora, acabarán estándolo y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

El diario secreto de Sara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora