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Sara.

Día 134.

Esto, sea lo que sea lo que pasa con Eduardo, va en aumento.

Sí, soy consciente de lo que escribí hace apenas unas horas, de que sería algo pasajero y pronto se me irían de la cabeza estos extraños sentimientos por el que ahora es mi médico.

Pero ese es el problema, que no solo es mi médico, no todo es tan simple.

Se ha convertido en ilusión, en esperanza. En esa persona que espero que cada día cruce la puerta de mi habitación e ilumine todo con su sonrisa. Que con su presencia parezca que todo está bien de repente. Cosas como esas me hace sentir Eduardo.

No olvido todo lo que pasó ayer; ese abrazo impulsivo, esas caricias tan dulces, pero sobre todo, poder hablar con él abiertamente de lo que siento acerca de la pérdida de mi familia. Le debía eso, y no solo eso... muchísimo más.

Esta mañana a primera hora han venido Bea y María, dos de mis mejores amigas. Las he notado tan cambiadas... tan mayores, que no parecían las mismas. Pero una vez que han empezado a hablar, todo ha vuelto a ser como era antes. Como si estuviéramos en la terraza de nuestro bar favorito tomando algo y sin parar de cotillear.

Ambas están casi de vacaciones, pronto harán el examen de Selectividad que yo por desgracia me perderé y no tardarán en optar a una carrera, no puedo decir que no sienta muchísima envidia.

Antes de venir, me han contado que se han encontrado unos minutos con Eduardo y han estado charlando. Tras decirme lo guapo que es y comentar que ojalá muchos médicos fueran como él, me han dicho que saben que con él he podido hablar. Parece que les ha puesto un poco al día de mi estancia aquí, por lo que no me ha quedado más remedio que también hablar con ellas, y... ¡cómo lo necesitaba! Una charla de amigas... si, justo eso.

He preguntado por David. Ya ha acabado su segundo año de carrera y apenas tiene tiempo, por lo que le ha sido imposible venir. Lo bueno es que ya sabe que puedo recibir visitas y cualquier día puedo verle. Espero ese día con ansia, para aclarar cómo están las cosas entre nosotros y, sobre todo, saber lo que siento una vez que lo vea y pueda empezar a retomar mi antigua vida.

El diario secreto de Sara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora