El diario secreto de Sara.

(24)

Sara.

Día 129.

Es increíble, más de cuatro meses sin que apenas me pase nada aquí... y de repente, en apenas, ¿cuánto? Una semana desde que apareció Eduardo, no paran de suceder cosas, sin parar.

Aunque ayer, Domingo, creí y rogué que nadie viniera, pasó. Lo hizo, Eduardo vino casi a primera hora de la mañana. Apenas llevaba un rato despierta cuando, esta vez sí, llamó a mi puerta para entrar unos segundos después.

Volvía a vestir como un médico más. Sobre sus vaqueros negros y su camisa blanca, posaba la bata. Lo primero que he notado cuando ya estaba dentro, es que se encontraba alterado. Su respiración era acelerada y, cuando me ha saludado la voz no paraba de temblarle, pero aun así cuando lo he escuchado me he sentido... bastante bien.

¿Que por qué me he sentido de esa manera? Por algo que ha dicho. Ha pensado en mí. Al escuchar algo como eso, mi corazón ha empezado a latir muy rápido, no sé si sentía nervios, ilusión, esperanza... la verdad es que no lo sé, pero me he atrevido a mirarle por primera vez. Todo el mosqueo de la noche anterior había desaparecido.

Mis ojos se encuentran con los suyos. Por primera vez puedo ver que son de color azul, que lleva barba, aunque no demasiada, y que su pelo está completamente despeinado, como si se acabara de levantar o algo parecido.
Pasan varios segundos cuando mi cabeza está procesando en qué voy a decir cuando... me doy cuenta de que soy incapaz. De que ni siquiera puedo sonreirle, o mostrarle el más mínimo afecto. Estoy vacía.

Él me dice que tengo unos ojos bonitos, y es sincero. Lo noto, lo siento, sé que dice la verdad y que está ahí para ayudarme. Por primera vez siento cosas buenas y siento que alguien está ahí por y para mí...

Me armo de valor, trago saliva e incluso estoy a punto de rendirme pero en el último momento varias palabras salen de mi boca si ni siquiera saber cómo.

— No... no puedo hacerlo, Eduardo.

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¡¡Aquí os dejo el capítulo de hoy, espero que os guste!!

Y... felicitar al grupo #TeamFedeForever por nuestro primer añito juntas, ¡¡grandeees!!

¡Os leo!