El diario secreto de Sara.

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Sara.

Día 142.

Con todas las emociones que estoy viviendo últimamente, casi ni me acordaba de que dentro de apenas unos días, es mi dieciocho cumpleaños.

Aunque es cierto que siempre me ha gustado celebrarlo con mis amigos y familia, recibir regalos y todo lo demás, creo que este año no hay motivo de alegría. No tengo ganas de que nadie se entere, no esta vez.
Será un día más, un día cualquiera.

Respecto a Eduardo, todo sigue tan bien como desde el principio... o bueno, quizá hasta mejor, porque me ha dicho que me quiere.
No sé cómo explicarlo, pero Eduardo es como ese regalo que todavía está envuelto y tienes la ilusión de abrirlo cada día.

Debo admitir que sentía miedo, mucho. Sobre todo por tener que enfrentarme fuera a la oscuridad que aquí dentro, junto a él, no parece tan negra.

Pero me lo ha dicho, estará ahí conmigo. Y sus palabras son tan sinceras que es imposible no confiar en él. Ahora creo que también podré tenerlo conmigo fuera.

Y bueno... lo peor lo dejo para el final.
Es algo que no para de reconcomerme por dentro, y es que ya no son imaginaciones mías, para nada.

Esta noche he tenido un sueño extraño, como si alguien hubiera estado dentro de mi habitación, no sé si observándome... pero he sentido una presencia que de verdad parecía real.
Y esta mañana al despertarme sentía inquietud, como si no hubiera sido para nada un sueño.

¿Había venido Eduardo a mitad de la noche? No lo creo.
Me hubiera despertado, o al menos hubiera hecho algo para que supiera que era él, o bueno, directamente se hubiera quedado para cuando yo despertara.

No lo sé, pero lo que está claro que hoy le preguntaré en cuando venga a verme.

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¡Hola!

Siento no poder actualizar más por ahora... pero llevo unos días bastante enferma, subiré otro tan pronto como pueda, gracias por la paciencia.