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Sara.

Día 143.

Todo es tan mágico, tan perfecto... que tenía que pasar algo que lo arruinara. Es lo de siempre.

Llevaba días pensando en ello, en que alguien entraba a mi habitación y leía mi diario, pero el propio Eduardo me hizo creer que no podía ser. Ahora ha sido él el que ha visto con sus ojos que sí, que no sé quien, pero alguien se dedica a entrar a escondidas, cuando no estoy.

¿Sabe ese alguien lo que estamos haciendo? Si lee mi diario cuando no hay nadie en mi habitación, quiere decir que nos observa, que sabe que salgo de aquí cuando no debería.

Pero, ¿quién? Y, ¿por qué no ha dicho nada? Se supone que estamos haciendo algo que no está bien. Algo que... haría que Eduardo lo perdiera todo. A mí, dentro de lo que cabe, no me pasaría nada, pero si él sufre cualquier cosa, siento que podría sufrirla yo en mis propias carnes.
No quiero perderlo, ni que me pierda. No podemos perdernos, no nos merecemos un final tan amargo.

Pero a pesar de todo esto, otros pensamientos nublan mi cabeza en este instante. Y es que ahora mismo no puedo ser más feliz... estoy viviendo un auténtico sueño del que nada puede hacer que me despierte, ni siquiera el maldito intruso que se cuela en mi habitación.

Lo único que temo es por Eduardo. Esta mañana ha salido distraído de aquí, sin poder decir una palabra, aunque, su expresión lo ha dicho todo por él. Me ha mirado angustiado antes de irse, ahora no sé qué estará pensando, solo me gustaría ir donde sea que esté para poder abrazarlo y, por supuesto, decirle que todo va a salir bien.

No sé lo que dicho intruso puede haber leído, ni hasta donde ha llegado... ¿en serio alguien puede saber lo nuestro?

El diario secreto de Sara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora