Sara.
Día 137.
Me miro al espejo con desagrado.
Si, ya sé que no es muy normal que estando en un sitio como este me preocupe mi estética, pero es que no puedo evitarlo. Nunca me he visto tan mal.Necesito cortarme las puntas, mi pelo no tiene forma, solo es una masa que se revuelve por todos lados. Estoy todo el día pálida y a pesar de que duermo bien, dos feas marcas oscuras se ven bajo mis ojos. No me veo nada atractiva, ni nada femenina, no me siento a gusto ahora mismo conmigo misma.
Espero que Eduardo cumpla su promesa y alguien pueda venir a cortarme el pelo, se lo agradecería mucho. Lo del maquillaje que le he pedido... bueno, no estaría nada mal, pero tampoco es algo completamente necesario.
Me lavo los dientes con parsimonia mientras pienso en él, en Eduardo, y me siento estúpida.
No puedo dejar de desear que venga, que me hable, que me sonría... que me haga reír o que intente animarme.
Eduardo es simplemente increíble y cada momento con él es mágico.Y lo peor es que no sé qué podrá estar haciendo ahora mismo, pero sí sé lo que yo hacía cada viernes por la noche e incluso parece que estoy celosa.
Eduardo es guapo, mucho, y simpático, alegre, cariñoso... ¿cómo puede extrañarme que haya conocido a alguien ya? Cualquier chica que pueda compartir tiempo con él, se enamoraría enseguida.Esa tal Mónica ha llegado antes y en mejor situación que yo, nada puedo hacer salvo aprovechar cada pequeño ratito que pasamos juntos. Y enorgullecerme de haber compartido una noche a su lado, cogida de su mano.
Pensaría que me he vuelto loca de verdad si le digo lo que me está pasando con él. O peor, quizá se alejaría para no hacerme daño... no podría con eso.
Son las diez de la noche pero ya estoy en la cama acostada, busco mi mp3 pero me doy cuenta de que se lo ha llevado, ¿para qué lo querrá? Lo primero que he pensado es en que quizá quiera saber mis gustos, aunque en realidad todas esas canciones son grabadas por Héctor, por lo que deshecho la idea.
Tendré que esperar a mañana para ver qué se trae entre manos, y por supuesto, para verle de nuevo.
Tengo muchísimas ganas de seguir conociéndolo, de soñar por un momento que quizá él se fija en mí como en una chica que está a punto de cumplir dieciocho años y no me intenta regalar los oidos con cumplidos que en realidad no siente.
Que cada vez que entre por esa puerta no vea a una paciente, si no a una chica que día a día está más enamorada.
_________
¡¡En cuanto pueda publico el segundo del día, que este es cortito!!
¡Os leo!

ESTÁS LEYENDO
El diario secreto de Sara.
RomanceEduardo, un médico que a pesar de haber sacado su carrera hace varios años con la mejor nota de su promoción, solo ha pasado de despacho en despacho sin destacar entre los mejores médicos. Hasta que un día y sin esperarlo, le llega una oportunidad q...