El diario secreto de Sara.

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Sara.

Día 132.

Parece que hoy es el día que más revuelo de cosas siento en mi cabeza. Y es que no puedo negar que mi día a día aquí y sobre lo que puedo y quiero escribir, es Eduardo.

Anoche vino de nuevo, no tiene que hacerlo, lo sabe él y lo sé yo, ningún otro médico lo ha hecho antes, y mucho menos fuera de su horario laboral.

Ayer se puede decir que por fin charlamos casi como dos personas normales. Cada vez me siento más cómoda a su lado. Cuando llamó a la puerta, enseguida supe que era él y algo extraño se me acogió en el estómago. Todavía estoy por descubrir lo que significa.

El caso es que anoche no éramos paciente y médico, si no... ¿cómo explicarlo? Dos conocidos que hablan de varias cosas. Me he dado cuenta de cuánto se contiene Eduardo a la hora de hablar sobre mi familia y sobre todo, cuando va a hacer algo que al final no hace, como estar a punto de cogerme la mano.

Se puede decir que lo que más feliz me pone es que se preocupe por lo que a mí más me afecta. Pude confensarle que en ocasiones me siento sola, lo que no le dije es que gracias a él eso ha empezado a cambiar. El caso es que me prometió que intentaría de alguna manera solucionar eso.

Pero en fin, a lo que se debe el gran lío que ahora siento es a lo que pasó justo al final, a la hora de la cena.
Fue Héctor el encargado de traérmela, y, como algunas veces, hace como si yo no estuviera.
Normalmente no me molesta que lo haga, ya que de las personas que habla no conozco a nadie, pero una duda quedó en mi cabeza, ¿quién es Mónica? Pude deducir que la pareja o algo parecido de Eduardo, y lo que me produce es otro caso extraño. ¿Desagrado? No sabría decirlo.

Estoy realmente confundida. Ya no por el apoyo y la ayuda incondicional que me muestra, si no por cómo reacciono toda yo cuando me observa con sus dos ojos azules. Porque mis manos ayer temblaban cuando lo noté tan cerca y pude oler su perfume. Porque... vaya, Eduardo es guapo, guapísimo, y aún estando en una cama y en el estado en el que yo me encuentro, es imposible no fijarme en todo lo bueno que tiene.

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Casi se me hace imposible publicar hoy, pero bueno, aquí os dejo el capítulo.

¡Espero que os guste, os leo!