(63)

1.6K 160 14
                                    

Sara.

Día 144

Ha pasado todo demasiado rápido.

Estaba en mi habitación, como tantos otros días, exactamente y teniéndolos contados, ciento cuarenta y cuatro, con sus días y sus noches.

Solo pensaba, sobre todo, en Eduardo. El perfecto hombre que siempre ocupa mis pensamientos y que me tiene hechizaba. Pensaba en él y en que faltaba cada vez menos tiempo para que pudiera volver a verle cuando... han venido.

Eran tres; el director del hospital, al que recordaba de la otra vez que vino y al que su expresión me ha recordado a la tristeza y a la pena, tras él, otro hombre de mayor edad, este totalmente trajeado e inmaculado y, por último, una mujer con bata de médico, un alto moño en la cabeza y minúsculas gafas apoyadas en la nariz.

Los he mirado con la boca abierta mientras me explicaban una cosa tras otra. Prometo que no entiendo nada, intentaba buscar la mirada de Miguel, el director, agarrándome a la esperanza de que él pudiera apiadarse de mí o al menos explicarme el porqué de todo eso.

Solo me han ordenado que recoja mis cosas, que han comprobado que estoy casi recuperada y que tras unos últimos reconocimientos en otro hospital que no es este puedo volver a mi casa.
No es que haya hablado, he pegado gritos sin parar, he preguntando que dónde me llevaban y que si iba a volver aquí, pero su única respuesta ha sido el silencio

Me he despertado aquí, no sé cuántas horas han pasado, ni siquiera sé si son horas y no días... creo que estamos en la misma estación porque fuera el clima es el mismo, pero mi habitación ha cambiado, el paisaje de ahí fuera es todo distinto.

¿Y Eduardo? ¿Vendrá pronto? Seguramente en cuanto esté de vuelta de su viaje le comunicarán el cambio del que pienso que no ha podido tomar partido y... vendrá, seguro, ¿no?

Si, tiene que hacerlo.

El diario secreto de Sara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora