CAPÍTULO 3. La magia es real

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No supo  reaccionar ante aquel comentario, pues le resultó algo de lo más ridículo. Dirigió la mirada perpleja hacia su abuela mientras pensaba para sus adentros "¿esas tazas de café que se toma, llevarán algo más?".

-Acla... ¿qué?- consiguió finalmente pronunciar ridiculizando la conversación con una pequeña carcajada.

-Aclaryel- su abuela Lila, no parecía andarse con tonterías.

-¡Pero abuela! -hizo una pequeña pausa para tomar aire y recapacitar- estoy hablándote sobre este libro. Esto es serio para mi. Me preocupa, así que por favor para de bromear.

- Querida, sabes que me gusta gastar pequeñas bromas en ocasiones. Pero me temo que esta vez no es una de ellas. Yo también hablo muy enserio.

La expresión tierna y agradable de su abuela cambió radicalmente por otra más seria y ligeramente enfurecida. Esta imposición hizo que Emma, frenase su lengua durante unos instantes mientras ella prosiguió:

-Debes aceptar lo que eres Emma. Más vale que lo hagas. Es tu destino.

-Abuela, si eso es cierto. ¿Qué significa ser un Aclaryel?.

-Un Aclaryel es una criatura mágica. Un ser humano, pero poseedor de poderes. Aunque sólo pueden disponer de un único poder, el control de uno de los cuatro elementos básicos: Agua, Tierra, Fuego o Aire.

El estallido que creó el sonido del vapor de la cafetera, interrumpió momentáneamente la conversación.

-Uy, ya está el café listo. ¿Quieres una taza?.

-No gracias. Pero... -retomó el hilo de la conversación- si yo soy un Aclaryel, ¿cuál es mi poder?.

Mientras la abuela se servía el café caliente en una pequeña taza, siguió:

-Pequeña, eso es algo que deberás descubrir por ti misma. Por lo general, la genética es predominante en estas situaciones. Si tus antepasados fueron Aclaryels cuyo poder era el agua, probablemente ese sea el tuyo. Aunque todo se decide en la Asamblea, allí te designarán tu poder.

Emma  cada vez estaba más perdida en la conversación. ¿Aquello era real? ¿Hablaba en serio?.

-Como verás todo esto es muy lioso querida, ¿quieres que continuemos otro día?. Son muchas cosas las que debes saber.

Pero en aquel instante sonó el timbre de la casa. Por segunda vez, la conversación fue interrumpida. Emma se apresuró a abrir cuando vió que era su propia madre la que estaba allí parada.

Charlotte, si ni siquiera mirar a su hija, irrumpió con gran furia dentro de la casa.

-¡Mamá!¡Creí que ya habíamos hablado de este asunto con claridad hace tiempo!. ¡Me lo prometiste!.

-Hija, no me arrepiento de lo que acabo de hacer. Tu hija tiene derecho de conocer la verdad. ¿Hasta cuándo pensabas ocultárselo?.

-Esa es una decisión que no te correspondía. ¡Es mi hija!

-¡Pero también mi nieta! ¡Tarde o temprano lo descubriría!

-No tendría por qué. Sabes de sobra que existía otra alternativa. Has decidido hacerlo sin mi consentimiento.

Entre tanto grito, Emma, que permanecía callada e inmóvil en una esquina de la entrada de la casa, comenzó a impacientarse. Así que no pudo reprimirse:

-¡¿Alguien puede explicarme que está pasando aquí?!-interrumpió la joven.

El bramido que propició fue suficiente para que ambas parasen la pelea.

-Charlotte, cuéntale la verdad a tu hija.

-Mamá, que tienes que contarme-respondió Emma- Sé que soy un Aclaryel, la abuela me lo ha estado explicando esta tarde. ¿Tú lo sabías?.

-Emma, la abuela y yo somos Aclaryels desde hace mucho tiempo. Como lo eres tú ahora.

-Y tu hermano Marcus también lo es. Aunque él no lo sabe aún- añadió la abuela.

-Mamá, lo de Marcus no era relevante en este momento-masculló entre dientes Charlotte.

-¡¿Vosotras?!, ¡¿Marcus?!, ¡¿Papá?!. ¡Como no me lo dijisteis antes!.

-En realidad, tu padre es el único de la familia que no ha sido Aclaryel ni lo será. Es un humano normal. Aunque, obviamente él sabe todo esto- comentó Charlotte.

-Pequeña, tus padres nunca os han hablado de este tema ni a ti ni a Marcus simplemente para protegeros. Tenían claro que hasta que no fueseis lo suficientemente adultos como para comprenderlo, no os lo dirían. Fue una decisión que ellos tomaron y la familia la respetó.

-Hasta hoy, que tu abuela ha decidido hacerlo sin mi permiso-respondió Charlotte con furia.- No sé en que momento pensó que los 18 años es la edad ideal para hacerlo.

-Emma ya es adulta, hija.

- Claro que no lo es, mamá. Aún es una cría.

Antes de que volvieran a retomar la discusión, Emma volvió a intervenir:

- Esta bien, aclaremos varias cosas: soy Aclaryel, lo cuál significa que soy una criatura mágica. Vosotras y Marcus lo sois, mi padre es el único normal al parecer en esta familia... y mi poder es el agua. ¿Correcto?.

-Exacto, aunque lo del poder aún es relativo. Hasta la asamblea.

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