CAPÍTULO 15. Confesiones y descubrimientos

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Se apresuraron dentro de la habitación de Emma para no ser descubiertos, encendieron la luz y cerraron la puerta lo más despacio posible.

-¡Tía! ¡Estaba dormida! ¡Te voy a mat...-dijo Lucy interrumpida por la presencia de Curtis.

-Discúlpame de verdad, no sabíamos a donde ir-respondió Emma en voz baja.

-Puedes hablar, tranquila. Yo también estoy despierta - añadió Cristine.

-¡Hola encanto! ¿Te hemos despertado de tu dulce sueño?.

-Curtis, para ya. Chicas, perdonad todo este jaleo. Veréis, hemos estado en el bosque y nos hemos topado con otra carta.

Se la muestra a Cristine, quien se entretiene a leer el mensaje escrito en ella.

-¿Otro mensaje? ¿Cómo ha llegado a parar a tus manos por segunda vez?.

-Es una larga historia-respondió Emma.

-¿Qué dice la carta Cristine?-preguntó Lucy.

- Es una advertencia, como en la anterior. He de admitir que esto es muy extraño. A propósito, ¿qué hacíais en el bosque?.

- No pienses mal hermosa, yo solo tengo ojos para ti.

-¡Curtis céntrate!. Hemos estado siguiendo a un grupo de veteranos. Al parecer llevan días escapándose de madrugada de Homeland para así poder hacer reuniones secretas.

- Eso también he oído yo. Mi hermano está al tanto de esas reuniones, a pesar de no participar en ellas y que son todo un misterio. Si no estás dentro de ese grupo, no sabes que se cuece en él-comentó Lucy.

-¿Tu hermano podría filtrarse?-preguntó Curtis.

-No pienso pedirle que haga algo parecido. Ni siquiera sabemos a qué se dedican.

-Está claro que sea lo que sea, tenemos que seguir investigando-interrumpió Emma.

• • •

-¡Puag! Odio este puchero.

-Lo sabemos Lucy, lo has repetido como 4 veces.

Emma echó un vistazo al frente, pudo observar que alguien la estaba acechando con la mirada. Era Alice.

-Madre mía, si las miradas matasen..., ¿qué le sucede contigo?.

-Eso me gustaría a mi saber. Digamos que por su tono, me amenazó. No sé que mosca le picó.

-¿Qué?. Esa tipa es imbécil, definitivamente. Alguien debe ponerle los puntos sobre las íes.

-No vayas a hacer nada Lucy. No me apetece meterme en problemas.

De repente, una tercera persona de añadió a la mesa del comedor.

-¿Os importa si me siento con vosotras?-preguntó la joven.

Se trataba de Margaret Strauss, que a pesar de no tener mucha relación con Emma, últimamente estaba interesada en conocerla. Quizás por ser una buena chica, quizás por Jake.

-En absoluto, por favor- indicó Emma con la mano dirigida hacia un asiento libre.

-He notado que hay algo de tensión entre Alice y tu. ¿Estoy en lo cierto?-preguntó directamente Margaret.

-Podría ser, sí...-evadió ella.

-Bueno, debo irme. Tengo cosas que hacer. Nos vemos luego.-dijo Lucy despidiéndose.

-¿Por qué actúa Alice así, conmigo?.

-No se lo tengas en cuenta. Puede que ella sea impulsiva y un pelín agresiva, pero tiene buen corazón.

-Y qué. Yo no he echo nada malo.

-Lo sé. Pero... Curtis y ella han estado muy unidos desde pequeños. Son amigos de la infancia, y al ver que congeniáis tan bien entre vosotros, quizás eso le molesta.

-Curtis es libre de relacionarse con quien quiera, ¿no?.

-Tiene celos de tí, Emma.

-¿Celos? ¿por ser su amiga?.

-No esa clase de celos...

Sorprendida, Emma hizo una breve pausa para proseguir:

-¡Qué fuerte! ¿Alice tiene interés en Curtis?.

-¡Shh!, baja el volumen que si nos oye, nos corta la cabeza.

-¿Cómo lo sabes? ¿te lo ha dicho?.

-No, pero es evidente. Tengo una buena intuición para estas cosas.

-Pues yo no tengo nada que ver, te lo aseguro. Por mi parte y por la suya, vía libre. Somos simples amigos.

-Todos lo sabemos, a pesar de ser ella la única que piensa lo contrario. Además, me parece que Curtis tiene preferencia por los pelos azules.

-Aish sí, te refieres a Cristine- comentó Emma entre risas-. Me gustará ver como consigue conquistarla, ella está demasiado enamorada de sus libros.

-En cualquier caso, te recomiendo que no se lo tengas en cuenta. No le prestes atención a Alice y simplemente sé tu misma.

-Gracias Margaret.

-A propósito. ¿Vendrás a la ceremonia de este jueves?.

-¿Ceremonia? ¿una fiesta?.

-Ya veo. No sabes de lo que te hablo. Es una ceremonia muy especial, se celebra una ofrenda al Árbol Sagrado del Éter. Todos los años todas las escuelas y campamentos de Kendratán se reúnen para llevar a cabo este acontecimiento.

-¿Árbol Sagrado del Éter?- preguntó Emma totalmente desconcertada.

- Ese árbol, es el creador de este planeta, de todo su poder y las criaturas mágicas que habitamos en él. Es nuestro creador. De él, surgieron los cuatro elementos básicos. Podría decirse que ese árbol sería el quinto, de donde proceden los demás.

-Wow. No tenía ni idea de que Kendratán tenía tanta historia. Suena genial, iré.

-Pero hay unos requisitos para asistir. Debes llevar el traje oficial de la ceremonia y portar una vela encendida. No lo olvides.

-Me temo que no dispongo de ese traje, salvo estos rotos vaqueros.

-Ven a mi habitación, yo te prestaré uno.

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