El tiempo en Homeland parecía no pasar. Era como si se detuviese, como si no avanzase. Tan sólo habían transcurrido dos semanas desde que comenzó el campamento y las clases, aunque para Emma en algunos momentos le había parecido una eternidad. Experimentó tantas cosas en tan poco tiempo que era como si no tuviese sentido para ella.
Desde el campeonato, estuvo el resto de la semana en la Sala de Enfermería recibiendo todo tipo de cuidados. Pero finalmente, estaban a viernes. A las puertas de otro fin de semana. Por fin, volvería a casa de nuevo.
-Voy a hablar con Alice. Creo que es lo mejor.
-¿Estás segura?-preguntó Margaret.
-Aunque dudo que quiera escucharme, le debo una explicación por lo que hice.
Ambas estaban sentadas en un banco que había entre las habitaciones de la Sección de Fuego (Karjal).
-Si vuelve a verte, lo más probable es que recibas otro puñetazo. Pero por su parte.
-Da igual. Ya pensaré en ello. Ahora sólo quiero desconectar un poco estos días. ¿Os vais vosotros también?.
-Sí. De echo, este es un fín de semana especial. Tenemos un cumpleaños que celebrar.
-¿Es el cumpleaños de Jake?-preguntó Emma con gran entusiasmo.
-Ejem..., también es el mío. Aunque ya veo que no te interesa tanto como el de mi hermano.
-Oh cierto, lo había olvidado. Sois gemelos- comentó intentando evitar la conversación.- Voy a probar suerte, puede que esté Alice en su cuarto. Que pases un buen cumpleaños.
Se levantó del asiento dirigiéndose hasta la puerta de Alice. Tocó suavemente cuando de repente:
-¿Qué haces tú aquí?.
Emma se sorprendió ante tal inesperada apertura.
-Disculpa Jake, no sabía que compartías habitación con ella.
-También es la habitación de Sullivan.
-¿Sullivan?-comentó extrañada.
-El chico moreno de las rastras.
-Ah, claro. Lo había olvidado.
-Si buscas a Alice, no está. Ya se ha marchado a su casa. Tendrás que esperar a hablar con ella la semana que viene.
-Oh, vaya. Entonces supongo que esperaré. Gracias.
-¿Ya te marchas?. Podrías fingir que te caigo bien al menos, ¿no?.
Emma se sonrojó unos segundos pero cambió radicalmente su expresión para no ser delatada.
-Entonces, ¿paso a tu cuarto?.
-Si quieres, adelante. Estás en tu casa.
Contempló con curiosidad cada detalle y rincón de la habitación. Todo estaba impecable y ordenado, nada fuera de su lugar. Tres literas y una de ellas desocupada.
-Os falta un compañero. ¿Por qué no tenéis?.
-Porque ya estaba el cupo de Aclaryels de Fuego lleno. Aunque tú podrías hacernos compañía.
Aquella pose seductora tan repentina era algo que no concordaba con su típica descortesía y agriedad. Es como si de repente, hubiese cambiado por completo su forma de ser.
-No gracias. Estoy muy a gusto con mi habitación.
El chico se dirigió hacia su armario y comenzó a doblar algunas camisetas para después guardarlas en una pequeña maleta.
-¿Te marchas estos días?-preguntó haciéndose la sorprendida. Tenía intención de recibir alguna información sobre su cumpleaños.
-¿Acaso tu no?. Tengo familia, no lo olvides-respondió devolviéndole una amigable sonrisa.
-Si quieres, puedo ayudarte.
-¡No! ¡Espera! ¡No es necesario!.
Jake no tuvo tiempo de detenerla cuando Emma se aproximó a uno de los cajones de la cómoda y vio la foto de una joven muy hermosa.
De repente un silencio incómodo inundó la habitación por completo. Ella estaba segura de quien era aquella chica. Probablemente, se tratase de Olivia, el antiguo amor de Jake.
Sabía que no tenía derecho a enfadarse y mucho menos recriminarle algo, pero se sintió dolida. Notó como su corazón se rompía en miles de pequeños pedazos. No quería tener aquella sensación, mejor dicho no quería estar en aquel lugar junto a él. Así que se apresuró hacia la puerta para marcharse lo antes posible.
"No he durado ni cinco minutos con él, y ya vuelvo a odiarle"-pensó para sí.
• • •
Ya estaba en casa, en su hogar. De regreso con la familia. Lo más importante para ella. Cogió el mando de la televisión para cambiar de canal. No había nada interesante que pudiese llamar su atención, en realidad su mente estaba divagando en otro pensamiento.
"Jake, Olivia... ¿estarán ahora? ¿juntos? ¿por qué vino a por mí aquella noche entonces? ¿tengo motivos para sentir esto? Le odio, le detesto. Ese idiota...".
-¿Por qué no quedas con Chloe?-preguntó su hermano Marcus desde la cocina.
-¿Robando comida del frigorífico otra vez?.
-No cambies de tema. ¿Aún seguís enfadadas?.
-No, ya lo arreglamos.
A decir verdad, desde que descubrió que era una Aclaryel y todo lo que aquello conllevaba, no había tenido ocasión de hablar con Chloe, sobre este asunto y de ninguno otro. Y no solo con ella, sino con el resto de sus amigos.
Llevaba dos semanas en Kendratán y es como si se hubiese desentendido por completo del otro mundo al que pertenecía. Echó un vistazo a su teléfono y comprobó que tenía una gran cantidad de mensajes y llamadas pérdidas. La mayoría de Chloe.
Tecleó su número y al no recibir respuesta, le dejó un mensaje de voz en el contestador: "Te espero en una hora en el parque Krosling, no me falles. Un beso".
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Elementos
FantasySINOPSIS "Nunca subestimes el poder del agua" En el día de su décimo octavo cumpleaños, Emma Stevenson recibe un regalo de su abuela un tanto peculiar. Su apariencia externa es un libro; pero en realidad es mucho más que eso. A partir de él, cambia...