Rem comenzó a reír a carcajadas. A juzgar por su risa, estaba claro que su cara roja la había delatado por completo.
-Pero qué mal pensada. No, tranquila. No me refería a "eso"- respondió satisfecho.- Sólo quiero conocerte un poco. Vamos a ser compañeros por un tiempo así que he pensado que sería una buena idea.
Puede que fuese un poco para calmar la confusión creada, pero Emma no pudo resistirse a pronunciar aquellas palabras:
-Eres todo un misterio Rem. Primero me ignoras y ahora quieres ser mi amigo. Es un poco raro, ¿no crees?.
Pero aquella respuesta no pareció agradar lo más mínimo al joven, pues sin devolverle la palabra se recostó en su cama y cerró los ojos dispuesto a dormir.
-Disculpa- intervino la joven.- No he debido decir eso. Sé que intentabas ser amable y yo he sido una imbécil. Te pido que lo olvides, por favor.
-Tranquila Emma, es tarde. Lo entiendo. Descansa.
Y sin más preámbulos, por el agotamiento del día, ambos se durmieron.
• • •
Los rayos del sol que penetraban por la ventana aquella mañana indicaba que un nuevo día había comenzado. Ambos se incorporaron de sus respectivas camas, se acomodaron la ropa y zapatos y sacaron de su saco un bollo de pan que trocearon con sus navajas para repartirlo entre ambos. Una vez desayunados, esperaron la llamada a la puerta de uno de los Aclaryels.
-Todo despejado, podéis salir- indicó uno de los jóvenes.
Siguieron sus órdenes y caminaron en silencio hasta llegar a una sala donde todos los jóvenes estaban reunidos en un corro grande. En el centro de este, estaba Meredith dando instrucciones:
-Bien chicos, espero que hayáis descansado esta noche. Nos toca un día duro de trabajo. Comenzaremos dividiéndonos por elementos. Cuatro grupos en total, cuando lo hagáis os repartiremos en diferentes salas de entrenamiento para agilizar vuestra fortaleza.
Emma se reunió con sus amigas Cristine y Lucy, además de unos 12 Aclaryels más de agua. Estos se fueron hacia un antiguo gimnasio donde antaño se entrenaba cuando el campamento estaba en funcionamiento. Lo reconocieron en seguida. Aquel gimnasio contaba con todo tipo de materiales y herramientas físicas: muros de piedra y metal que ya habían intentado derribar en alguna ocasión, muñecos francotiradores como objetivos a los que apuntar, sacos y bolsas de peso de más de 60 kilos, lanzas y pistolas de diferentes calibres..
-Esto va a ser agotador- comentó Lucy.
-El único peso que soy capaz de sostener es el de mis libros. ¿Cómo piensa que voy a cargar con tanto?- añadió Cristine con un cierto tono sarcástico.
Emma observó a su alrededor todo de lo que disponían y lo poco que sabrían manejarlo. Pero serían lo suficientemente fuertes como para lograrlo. Eran Aclaryels, eran elementos. Ellas podían hacerlo.
• • •
Las largas horas de ejercicio agotador dieron por finalizado el entrenamiento del día. Apenas tuvieron tiempo de descanso y mucho menos de alimentarse bien. La falta de comida comenzaba a evidenciarse y tan sólo llevaban 24 horas en Homeland. Debían ser precavidos.
Llegada la tenue oscuridad de la noche, cada Aclaryel se dirigió a su dormitorio. Emma y Rem no fueron menos, aunque eso sí, no hubo charla o conversación alguna por el camino. El cansancio les ganaba. Se desvistieron rápidamente por la fría temperatura de la habitación y se acostaron en sus camas.-Hacía tiempo que no las veía brillar tanto como esta noche- intervino su voz masculina en pleno silencio.
-¿Te refieres a las estrellas?- respondió Emma curiosa.
-¿Ves como brillan?- señala con el dedo apuntando al cielo.- Están a millones de años luz de nosotros, sin embargo su luz se propaga hasta aquí. Es tan potente su energía y tan hermosa al mismo tiempo.
-Wow- soltó sorprendida ella.- Se nota que tienes pasión por lo que te gusta.
-Ya lo irás descubriendo.
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Elementos
FantasySINOPSIS "Nunca subestimes el poder del agua" En el día de su décimo octavo cumpleaños, Emma Stevenson recibe un regalo de su abuela un tanto peculiar. Su apariencia externa es un libro; pero en realidad es mucho más que eso. A partir de él, cambia...