Una vez alejados de la zona de peligro, Sullivan redujo la velocidad del coche por la carretera.
-¿Qué hace este traidor aquí con nosotros?, ¿Emma?, no debería haberse montando.
-Curtis, antes de decir cualquier estupidez, piensa que él ahora es de los nuestros y podría ayudarnos.
-¿Ayudarnos?, ¿en serio?. Es un Strauss, Emma. Es uno de ellos y no debemos fiarnos.
-Lo importante es que todos estamos sanos y salvos. Una preocupación menos. Por ahora. Volvamos a mi casa, allí estaremos seguros.
Lucy y Cristine estaban dormidas en los asientos traseros acurrucadas entre sí por la estrechez del poco espacio.
Apretujados a ellas en el otro lateral, se encontraban Emma y Jake, muy cercanos el uno del otro. La joven miraba a través de la ventanilla el paisaje que dejaban tras de sí conforme avanzaban en la carretera.
Una gota cayó deslizándose sobre el cristal, primero una para luego multiplicarse en muchas más creando una fría pero agradable llovizna.
-¿Algún Aclaryel de agua en este coche que pueda detener la lluvia?.
-Sullivan, no soy la mujer de la meteorología- comentó entre risas.
-He visto que eres capaz de hacer cosas increíbles con tu elemento. Esta vez no sería distinto- intervino Jake con una dulce voz.
-Sí que es diferente, mucho más de lo que crees. Y no soy tan buena como dices.
-Sabes que es verdad. Eres muy buena con tu poder. Es más, me atrevería a decir que tienes una gran conexión con el agua. Como si fuerais uno solo.
-Ohg, por favor. Parad ahí detrás de tanto halago. Me dais arcadas.
-Cállate Curtis- fue algo instantáneo. No era capaz de comprender porqué estaba defendiendo antes al chico que les engañó que a su amigo de confianza. Pero algo le impulsaba hacia Jake. Sus sentimientos crecían por momentos y no era capaz de evitarlos.
-Ví tu sueño- continuó diciendo el joven Strauss.
-¿Mi sueño?.
-El del simulacro. Lo ví todo.
Emma no pudo evitar sonrojarse, pues recordó una de las escenas de aquella prueba en la que no sólo aparecía Jake junto con Olivia, sino que además éste la besaba. A ella.
-Mientes. Nadie podía ver los sueños de los demás.
-Nadie que no fuese un intruso y tuviese acceso a esa información, como yo.
-Oye, rubito. ¿Para qué todos aquellos juegos?- preguntó Sullivan con curiosidad.
-Para poneros a prueba y ver qué Aclaryels valían y quienes no.
-Aún me cuestiono que quieras ser de los nuestros Jake- respondió la joven.
-No os queda otra opción que confiar en mí.
• • •
Aparcaron el coche en la calle detrás de su vivienda y justo al girar la esquina comprobaron que algo no iba bien, pues la puerta de su casa estaba abierta, los cristales rotos y todo el mobiliario destrozado por el suelo. Estaba completamente deshabitada, no había nadie en ella.
La chica revisó cada una de las estancias de su hogar viendo que no había ni rastro de ninguno de ellos, ni una pista o algo de lo que pudiese sospechar.
-¡Mamá!, ¡papá!, ¡Marcus!, ¡¿hay alguien?!.
-Emma, tienes que ver esto- decía Curtis mientras señalaba en dirección a uno de sus cajones del armario en el que apreciaba con claridad que habían hurgado en él.
-Oh, no. Las cartas...- se apresuró hasta este para comprobar que estaban en su sitio, pero habían desaparecido.
Aunque aquello no fue lo único que le sorprendió, pues alzando la vista hacia su escritorio vio que su libro mágico había sido reducido prácticamente a cenizas. De lo poco que quedaba de él, observó que sobre su vieja tapa habían colocado una nota donde estaba escrito un mensaje.
"Nada os salvará, ni siquiera vuestro elemento". Atte. Fitzgerald.
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Elementos
FantasySINOPSIS "Nunca subestimes el poder del agua" En el día de su décimo octavo cumpleaños, Emma Stevenson recibe un regalo de su abuela un tanto peculiar. Su apariencia externa es un libro; pero en realidad es mucho más que eso. A partir de él, cambia...