Un nuevo día comenzaba en Homeland, y eso significaba que todos los alumnos estaban preparados para continuar con el duro entrenamiento estipulado.
-Vamos allá- soltó Cristine a modo de suspiro mientras cerraba sus ojos y se concentraba.
Su objetivo era disparar contra un maniquí que simulaba ser el enemigo. Este tenía pintado en su cuerpo una diana para apuntar con precisión.
Cristine apretó insegura el gatillo y la bala tan sólo rozó el extremo del brazo del muñeco.
-La próxima vez acertarás. Es difícil dar en el blanco a la primera- intentó animar Lucy desde el banco en el que estaba sentada.
-Venga ya. Es mi doceavo intento y ni siquiera me he acercado.
-Ten paciencia- intervino Emma.- Ya le cogerás el tranquillo.
Cristine soltó furiosa la pistola en el suelo.
-¡Cuidado!, ¡está cargada!.
-¿No os dais cuenta de que vamos a convertirnos en unas asesinas?- exclamó indignada.- No quiero luchar sólo por un par de idiotas. No tengo porque matar a ningún inocente.
-Cristine...
-¡A la mierda!, ¡nadie ha pensado en la paz!. Tantas guerras y tantas miserias han vivido nuestros antepasados para que no aprendamos de nuestra propia historia. La guerra es la única solución a todo.
-En realidad, estás defendiendo lo que es tuyo- interrumpió una voz masculina.- O proteges tu vida o ellos te matarán. Tu eliges.
-Y tu quién eres si puede saberse.
-Soy Rem. Un placer. Soy Aclaryel de aire.
La joven se retiró su larga cabellera azul hacia atrás para poder observar mejor al chico de melena oscura.
-¿Y qué haces aquí?, no eres de nuestro elemento.
-Meredith dijo que podríamos utilizar distintos gimnasios si ya habíamos estado en los anteriores. Vosotras también podéis rotar si queréis. Aunque, os recomiendo que no piséis territorio de fuego, tienen los humos muy subidos.
En aquel instante Emma no pudo reprimir una pequeña risa tímida.
-¿Pero es que era un chiste?. Espero que no- concluyó Cristine cabreada poniendo fin a aquella conversación y largándose del gimnasio.
-¿Por qué está tan enfadada vuestra amiga?- preguntó Rem desconcertado.
-Déjala. Se le pasará.
El joven miró desafiante a Emma.
-Te propongo una idea. ¿Qué tal un combate entre compañeros de habitación?- esbozó una sonrisa pícara.- Quién gane tendrá que ser el sirviente de éste hasta el final del entrenamiento en Homeland. ¿Qué me dices?.
-¿Será broma no?. Ni lo sueñes. No estamos aquí para jugar. Vamos, volvamos al ejercicio.
Pero Rem no se dió por vencido y lanzó una fuerte ráfaga de viento contra Emma tirándola al suelo. Ésta, devolvió el ataque picando así en su juego. Creó un charco de agua bajo sus pies resbalándose y cayendo también sobre sí mismo.
-¿Eso es todo lo que puedes hacer?.
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Elementos
FantasíaSINOPSIS "Nunca subestimes el poder del agua" En el día de su décimo octavo cumpleaños, Emma Stevenson recibe un regalo de su abuela un tanto peculiar. Su apariencia externa es un libro; pero en realidad es mucho más que eso. A partir de él, cambia...