CAPÍTULO 17. Agua y fuego

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La oscuridad se cernía sobre el espesor de la arboleda. Toda la luminosidad de la ceremonia quedó atrás abandonada. Emma corría sin parar, esquivando las piedras y ramas caídas en el húmedo suelo. Mientras lo hacía, no paraba de pensar porque escapaba. No tenía motivos para hacerlo, él no significaba nada para ella. Apenas se conocían y sentía que tenía una gran influencia sobre sus emociones, y eso era algo que ella no consentiría. Ni por asomo.

Se detuvo un momento para observar a su alrededor. Había perdido la pista de Jake, lo cuál era buena señal; pero además, también se había desorientado. No encontraba el camino de regreso al campamento.

"Mierda, ¿y ahora qué?".

No tuvo demasiado tiempo para pensar en aquella situación, pues echó a correr instantáneamente cuando volvió a escuchar como unos pasos se apresuraban a ella.

-¡Emma! ¡Espera! ¡Para, por favor!-dijo Jake en tono de súplica.

-¿Qué parte de "olvídame" no entiendes?.

Sus pies se movían por si solos, totalmente incontrolables. No podía parar. Ni siquiera sabía que rumbo tomar o a donde dirigirse, hasta que pudo divisar a lo lejos un pequeño manantial. Al llegar, se escondió tras unas grandes rocas para no ser descubierta.

Jake llegó en cuestión de segundos.

-¡Emma! ¡Pero qué estás haciendo! ¡Oye nos hemos perdido, sal de donde quiera que estés!-gritó su dulce voz a lo lejos.

Por entre una pequeña grieta formada en la gran roca, observó cómo la buscaba desesperadamente. Y con sinceridad, no sé si estaba más maravillada con el hermoso paisaje nocturno o con la perfecta vista que tenía del joven.

Un enorme sentimiento de culpabilidad se apoderó de ella, así que decidió salir de su escondite y dejarse ver bajo la luz de la noche.

-¡Menos mal! ¿Por qué huías de mí? ¿Tienes idea de lo lejos que estamos del campamento?-comentó Jake mientras se sentaba agotado en la orilla del rocoso manantial.

-¿Por qué me has tratado de esa manera?.

-¿Eso importa ahora?. He corrido detrás tuya por todo el bosque durante veinte minutos como mínimo.

-Te dije que me dejases en paz, no te pedí que me siguieses.

El chico le lanzó una fulminante mirada de rabia.

-¿No puedes perdonarme sin más?.

-Menuda forma de disculparte.

-Vale, está bien. Reconozco que he sido un verdadero idiota y quería parecer gracioso.

-Pues no lo has conseguido.

-Eso ya lo sé...-hizo una breve pausa.-Mira, sé que no hemos empezado con buen pie, pero no quiero que esto sea siempre así. ¿Me entiendes?.

-¿Estás guardando tu hacha de guerra?.

-Llámalo como quieras. Entonces qué, ¿olvidado?.

-Solo si me dices que yo fui tu salvadora.

-¿Mi salvadora?.

-¿Recuerdas, la conversación en la playa aquella noche, junto a la hoguera? ¿Los primeros juegos?.

Jake estalló en una carcajada creando un ambiente más ameno y relajado entre ambos.

-No se te escapa ninguna, ¿eh?.

-Nunca-contestó ella.

-Estaba siendo una ceremonia muy bonita, lástima que nos la hayamos perdido.

-¿Es cierto, que el Éter es el quinto elemento?.

-Así es. Es la fusión de los cuatro elementos básicos. Todos ellos proceden de ese árbol.

-Entonces, si es cierto que tienen un origen en común, ¿son compatibles entre ellos?.

-¿Compatibles?.

-Me refiero, por ejemplo; si el agua y el fuego tienen el mismo origen, podrían ser compatibles. ¿No?.

-Emma eso es imposible. ¿Alguna vez has visto que el agua y el fuego puedan fusionarse o algo parecido?.

-Probémoslo.

-¿Ah sí? ¿Y cómo piensas hacerlo?.

-¿Puedes hacer alguno de tus trucos de tu elemento?.

Repentinamente, de la mano de Jake surgió una humeante llama de fuego.

-Ahora me toca a mí- prosiguió Emma, quien comenzó a crear varias láminas gruesas de agua que al fusionarse entre sí formaban una disposición circular, rodeando el fuego.

-¿Otra burbuja?.

La mirada de desprecio fue tal, que calló inmediatamente al chico.

-No es una burbuja cualquiera. A esto le llamamos Cápsula de protección. Lo aprendí el otro día en clase.

-¿Y entonces lo que hiciste en la primera prueba?.

-No tengo ni idea de cómo sucedió aquello. Yo no lo hice, sencillamente surgió solo. Además; aún no lo he estudiado, pero se trata de burbujas especiales para poder respirar bajo el agua. Eso tengo entendido.

Jake quedó sorprendido tras el resultado. Emma había logrado que ambos elementos estuviesen en contacto sin destruirse. Eran compatibles. La cápsula de agua envolvía por completo la radiante llama.

-Es perfecto. ¿Cómo lo has echo?.

-Ven, pongámoslo a prueba.

La chica se introdujo en las nocturnas y gélidas aguas del manantial.

-¡Vamos!-le indicó.

-¿Estás segura? ¿Y la ropa?.

-¡Qué mas da! ¡Venga!.

Jake entró cautelosamente mientras un escalofrío recorría su cuerpo.

-¡Joder, está helada!-dijo entre dientes.

Ambos se sumergieron junto con la cápsula bajo el agua, y las vistas eran sencillamente espectaculares. Todo el fondo acuático quedó iluminado por aquella especie de lámpara improvisada. Podía apreciarse el claro  verdoso de las algas que bailaban al ritmo de las corrientes marinas, los diminutos peces de distintas formas y colores, las grandes rocas, la escasa arena blanca, y lo que probablemente sería como una oculta gruta bajo la cascada del manantial. Bucearon hasta acceder a ella.

-¡Eso ha sido alucinante! ¡Hay que repetir!-comentó Emma con gran entusiasmo.

Sin embargo, sus latidos comenzaron a acelerarse. Estaban a solas, en una estrecha y pequeña cueva. Demasiado cerca, demasiado próximos el uno del otro. Notaba como los profundos ojos claros de Jake la miraban sin pudor alguno. Y de repente, la llama de la cápsula de apagó, dejando todo en la más absoluta oscuridad y silencio.

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