CAPÍTULO 47. Las cuatro cartas

3.6K 311 8
                                    

Aquello no era lo planeado, ni mucho menos. Lo único que debían hacer era recuperar las Cartas Magistrales por encargo de la Subdirectora Parker, nada más. Aunque, estaba claro que la situación se había complicado un poco más de lo previsto.

La casa abandonada daba auténtico terror. Oscura y lúgubre, sucia y llena de escombros por todos los rincones. Tan sólo había una pequeña bombilla que colgaba del techo junto con una fina cuerda de la cuál se tiraba hacia  abajo para encenderla.

Era lo suficientemente grande para que una cantidad decente de personas se pudiesen refugiar allí temporalmente sin ser vistos.

Curtis fue el primero en echar la puerta abajo con una fuerte patada abriendo la casa, se adentró en ella y encendió la bombilla. La iluminación no fue excesiva, pero perfecta para pasar desapercibidos de los posibles secuaces de Fitzgerald.

-Bien, nos quedaremos aquí hasta que se aclare la situación. Ocultaremos a los rehenes al final de esta sala y les ataremos bien, sobre todo al rubio- miró con desprecio a Jake- No me fío de él.

Todos entraron dentro, cerraron la puerta y taparon con tablas de madera las ventanas rotas que contenía.

Emma sacó del bolsillo un sobre con las cuatro Cartas Magistrales, las cuatro cartas de los elementos. Las extrajo y las colocó sobre una mesa de madera que tenía gran cantidad de polvo.

-Aquí están- les dio la vuelta para que pudiesen apreciar el dorso de todas ellas.- Cada una con su mensaje de advertencia.

La primera carta, elemento tierra: "Sed precavidos con vuestras acciones, porque el suelo os hará temblar".

La segunda, elemento fuego: "Estad en alerta y tened cuidado, sino queréis hacer arder a todos".

La tercera, elemento aire: "Y llegarán los fuertes vientos y tempestades enviados por el mismo trueno y relámpago. Absteneos de ellos".

La cuarta, la que su abuela le entregó, elemento agua: "Nadie escapará de las temibles garras de los profundos océanos, todos hundidos y ahogados en el fondo del mar".

-¿Qué creéis que significan?-preguntó Cristine dulcemente.

-El fin del mundo, está claro- dijo Sullivan sarcásticamente.

-Fitzgerald pretende usar los elementos en nuestra contra creando así catástrofes naturales.

-¡Pero así asesinará a todos!-intervino Lucy.

-No a los que están de su parte.

Emma no dejaba de pensar en cómo era posible que su abuela contuviese una de aquellas cartas, ¿acaso no era la colección privada de la Directora Rochesstter?, ¿cómo pudo enviarlas si estaba secuestrada por Fitzgerald?, ¿las envió para advertirles?, ¿antes de ser asesinada?.

No, claro que no pudo ser ella. Alguien estaba detrás de todo aquello, y seguía vivo. Pues una quinta Carta Magistral apareció: la carta del quinto elemento, el sagrado, el Éter.

 Pues una quinta Carta Magistral apareció: la carta del quinto elemento, el sagrado, el Éter

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora