El claxon del coche sonó con fuerza por todo el vecindario. Emma sabía que se trataba del coche de Curtis que venía a recogerla, así que se despidió de su familia y se marchó.
Cuando salió a su búsqueda, una gran sonrisa se formó en su cara al ver los rostros reconocibles de sus amigos Sullivan y Cristine. Estaban todos reunidos, después de tantos meses.
-¡Chicos!, ¡no puedo creerlo!, ¡os he echado tanto de menos!- exclamó con gran satisfacción.
-Vamos lenta, sube al coche- respondió su amigo Sullivan devolviéndole un guiño.-Nos vamos de excursión.
Emma había olvidado aquella sensación. El viejo coche que conducían a gran velocidad, el suave y fresco viento en la cara, la luz nocturna que iluminaba la carretera y sobre todo, la compañía.
Sin embargo, a pesar de la alegría de aquel reencuentro, podía escuchar unos golpes que procedían de la parte trasera del coche.
-¿Habéis oído eso?.
Pero ninguno respondió a su pregunta, y ella no volvió a hacerlo. En realidad, no quería saber que había oculto en el interior del maletero.
Tras varios kilómetros perdidos en plena carretera, llegaron a un descampado donde a lo lejos podía apreciarse una pequeña casa en ruinas. Tenía dos plantas, aunque una de ellas estaba prácticamente derrumbada y además llena cristales rotos de las ventanas.
Aparcaron cerca de esta, bajaron del coche y abrieron el maletero para encontrarse con alguien inesperado.
-No me lo puedo creer. ¡¿Sois imbéciles o qué os pasa?!- exclamó Emma furiosa.- ¡Los habéis secuestrado!, ¿sabéis en que lío nos habéis metido a todos?.
-De eso precisamente queríamos hablarte... verás, hubo un pequeño contratiempo cuando fui a reclamar aquellas cartas.
-Lucy, ¿a esto lo llamas contratiempo?. ¡Es un problema muy gordo!, ¡podríamos ir a la cárcel por vuestra estupidez!. O peor aún, ¡ser asesinados por el mismísimo Fitzgerald!.
-Hice lo que creí correcto para conseguir las cartas.- Lucy extrajo de su mochila un sobre rojo que contenía en su interior las cuatro Cartas Magistrales.- Las conseguí. Aquí las tienes.
-Gracias pero, esto no fue lo que planeamos. Me prometiste que lo harías sola, manteniéndolo en secreto.
-Emma, Curtis es nuestro amigo. ¿Acaso no confías en él?.
La joven miró directamente a su amigo quien estaba escuchando de fondo aquella conversación.
-Lucy, claro que confío en él. Pero no quería que se hiciese, ya sabes, según su "método". Vamos, sacad a esos dos de ahí y llevarlos a donde estaban.
-No podemos. Ya no hay vuelta atrás. Nos lo llevamos con nosotros- añadió Curtis a lo lejos mientras empujaba a los rehenes hacia el interior de aquella casa.
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Elementos
FantasySINOPSIS "Nunca subestimes el poder del agua" En el día de su décimo octavo cumpleaños, Emma Stevenson recibe un regalo de su abuela un tanto peculiar. Su apariencia externa es un libro; pero en realidad es mucho más que eso. A partir de él, cambia...