CAPÍTULO 46. Capturados

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El claxon del coche sonó con fuerza por todo el vecindario. Emma sabía que se trataba del coche de Curtis que venía a recogerla, así que se despidió de su familia y se marchó.

Cuando salió a su búsqueda, una gran sonrisa se formó en su cara al ver los rostros reconocibles de sus amigos Sullivan y Cristine. Estaban todos reunidos, después de tantos meses.

-¡Chicos!, ¡no puedo creerlo!, ¡os he echado tanto de menos!- exclamó con gran satisfacción.

-Vamos lenta, sube al coche- respondió su amigo Sullivan devolviéndole un guiño.-Nos vamos de excursión.

Emma había olvidado aquella sensación. El viejo coche que conducían a gran velocidad, el suave y fresco viento en la cara, la luz nocturna que iluminaba la carretera y sobre todo, la compañía.

Sin embargo, a pesar de la alegría de aquel reencuentro, podía escuchar unos golpes que procedían de la parte trasera del coche.

-¿Habéis oído eso?.

Pero ninguno respondió a su pregunta, y ella no volvió a hacerlo. En realidad, no quería saber que había oculto en el interior del maletero.

Tras varios kilómetros perdidos en plena carretera, llegaron a un descampado donde a lo lejos podía apreciarse una pequeña casa en ruinas. Tenía dos plantas, aunque una de ellas estaba prácticamente derrumbada y además llena cristales rotos de las ventanas.

Aparcaron cerca de esta, bajaron del coche y abrieron el maletero para encontrarse con alguien inesperado.

-No me lo puedo creer. ¡¿Sois imbéciles o qué os pasa?!- exclamó Emma furiosa.- ¡Los habéis secuestrado!, ¿sabéis en que lío nos habéis metido a todos?.

-De eso precisamente queríamos hablarte... verás, hubo un pequeño contratiempo cuando fui a reclamar aquellas cartas.

-Lucy, ¿a esto lo llamas contratiempo?. ¡Es un problema muy gordo!, ¡podríamos ir a la cárcel por vuestra estupidez!. O peor aún, ¡ser asesinados por el mismísimo Fitzgerald!.

-Hice lo que creí correcto para conseguir las cartas.- Lucy extrajo de su mochila un sobre rojo que contenía en su interior las cuatro Cartas Magistrales.- Las conseguí. Aquí las tienes.

-Gracias pero, esto no fue lo que planeamos. Me prometiste que lo harías sola, manteniéndolo en secreto.

-Emma, Curtis es nuestro amigo. ¿Acaso no confías en él?.

La joven miró directamente a su amigo quien estaba escuchando de fondo aquella conversación.

-Lucy, claro que confío en él. Pero no quería que se hiciese, ya sabes, según su "método". Vamos, sacad a esos dos de ahí y llevarlos a donde estaban.

-No podemos. Ya no hay vuelta atrás. Nos lo llevamos con nosotros- añadió Curtis a lo lejos mientras empujaba a los rehenes hacia el interior de aquella casa.

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