CAPÍTULO 58. ¿Celos?

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-No me desafíes. No subestimes el poder del agua.

-Eso tengo que verlo- sonrió de nuevo y generó entre sus manos un pequeño remolino que comenzó a incrementar en tamaño hasta el punto de atraparla en su interior y moverla por los aires a su antojo.

-¡Suéltame idiota!, ¡te vas a enterar!- Emma lanzó una fuerte cascada que envestía el agua com gran fiereza contra el joven Aclaryel derribándolo y deshaciéndose de él.

-Gané- dijo esbozando una enorme sonrisa de satisfacción.-Serás mi criado.

La joven se dio la vuelta dándole las espaldas a su contrincante, dándose cuenta que el combate aún no había acabado.

Rem se elevó en el aire y se aproximó hasta ella dándole una patada en el costado empujándola contra el muro.

Emma gritó ante tal inesperado doloroso golpe. Ella no se daría por vencida y envió desde sus manos una gigantesca ola de grandes dimensiones contra él. Y así, durante largos minutos estuvieron luchando sin parar. El resto de Aclaryels que observaban el combate animaban y se decantaban por sus favoritos.

Tanto alboroto provocaron, que Meredith se asomó para ver lo que estaba ocurriendo y ponerle fin a aquella diversión.

-¡Qué sucede aquí!. ¡Parad los dos!. Vais a haceros daño y no pienso consentir que vengáis aquí a perder el tiempo con estas ridiculeces. ¡A trabajar ya!, ¡y todo el mundo a sus puestos!.

Los jóvenes agotados, decidieron acatar las órdenes de la Subdirectora. Estaban exhaustos tras el esfuerzo realizado. Aunque Rem aún tenía un as en la manga guardado. Creó una pequeña corriente que agarraría a Emma y la arrastraría contra él chocándose ambos cuerpos y aproximándose a tan sólo unos centímetros entre los dos.

-Jaque mate. Serás mi sirvienta.

La chica estaba completamente sonrojada ante aquella jugada que no esperaba. Pero aún se sorprendió más al deshacerse del cuerpo de Rem y observar que entre los jóvenes Aclaryels que estaban entre la multitud contemplando la pelea, estaba Jake.

El rubio vio con detalle todo lo ocurrido y sin preámbulos se marchó de aquel lugar.

-"Mierda", ¿en que narices pensabas Emma?"- pensó para sí.- "¿Se habrá enfadado?, ¿acaso tiene celos?".

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