Elementos

CAPÍTULO 43. Algo se inicia

Cuando quiso darse cuenta, estaban en otro planeta. Curtis le había teletransportado hasta Kendratán.

-¿Qué estamos haciendo aquí?-preguntó desconcertante.

-Mira frente a ti. Es el Árbol Sagrado.

Emma echó un vistazo a su alrededor. No había duda, se encontraban en el bosque.

-¿Por qué me has traído hasta aquí?.

-Recuerdas la noche en que Alice y Jake talaron el tronco del árbol?. Pues observa. Se está regenerando.

Y efectivamente el árbol estaba comenzando a crecer, sin embargo aún era demasiado pequeño comparado a como era antes.

-Vaya, es cierto- contestó esbozando una sonrisa.

-Emma, esto es una señal. Este árbol es muy importante para Kendratán. Representa todo su poder. Eso significa que el Éter, el quinto elemento está cobrando fuerza. Y con él, también nosotros. Todos los Aclaryels somos parte de ese árbol.

-¿Qué quieres decir con ello?.

-Quiero decir, que ya no somos vulnerables como antes. Y que, podemos luchar contra el enemigo.

-Curtis, deja de decir tonterías. Sé perfectamente lo que estás pensando. ¿Te crees que no me han llegado los rumores sobre ti en este tiempo?. Has creado un grupo de rebeldes Aclaryels que luchen por la causa, contra los aliados de Fitzgerald y él mismo. Os hacéis llamar La Alianza.

-¿Qué hay de malo en ello?.

-Pienso que la violencia no resuelve nada, y menos esta guerra que aún no ha comenzado. Quieres acabar con una rebelión creando tu propia revolución. No tiene sentido.

-Emma, vamos. Somos amigos. Apóyame en esto. Eres muy buena con tu elemento, buenísima diría yo. No conozco a ningún Aclaryel de agua que conecte tanto con su poder como tú. Me serías de gran ayuda.

-Sin embargo, no lo haré. Lo siento.

La joven cogió del suelo su libro mágico roto y con las pocas páginas que aún quedaban conservadas, abrió la correcta para volver a su casa.

-Espera. Ten, usa esto.

Curtis le entregó en la mano un antiguo reloj de bolsillo. Estaba completamente destrozado.

-¿Para que quiero un reloj roto?.

-Es mi Dobrian. Tómalo.

-No, no. No puedo hacer algo parecido.

-Claro que lo harás. Yo he tomado el tuyo prestado sin permiso sabiendo que es muy importante para ti.

-De ninguna manera. No lo aceptaré- contestó devolviéndole el obsequio y desapareciendo con el libro.

• • •

Emma regresó a su casa, estaba agotada del día. Encendió la televisión mientras se preparaba una taza de té caliente en la cocina. Escuchaba de fondo el telediario de las 21:00h.
Entre las noticias, hubo una que captó su atención. Tomó el mando para aumentar el volumen y escuchar atentamente. Se trataba de una entrevista.

-Entonces, señor Jake Strauss. ¿Se considera el sucesor de su padre?.

-No, en absoluto. Mi padre, Fitzgerald Strauss estará siempre al mando del asunto. Pero en nuestro nuevo partido político, yo he sido proclamado como representante. Por así decirlo, la imagen pública de nuestra política.

-¿Y, cuál es el mensaje de su partido?.

Jake miró fijamente hacia la cámara de televisión. Por un momento, Emma sentía que aquella mirada iba dirigida hacia ella. Hasta que, con un mensaje claro y contundente la despertó de su sueño.

-La rebelión.