Capítulo 8

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Sus ojos se cerraron por el cansancio. Sentía algo de frío, pero nada que no pudiera soportar. Se hizo un ovillo y, luego de unos minutos, fue arrastrada a la inconsciencia.

—¿Hayley? —habló en un murmuro. Se encontraba en una casa vacía y algo vieja. Sabía que era de noche por la escasa iluminación del lugar. Había escuchado una risa, su risa. Miró por todos lados no muy segura de sí avanzar o no. No había nadie a su alrededor.

Volvió a escuchar aquella risa, esta vez provenía del segundo piso, así que decidió subir lentamente. No quería hacer mucho ruido, pero la madera no ayudaba, ésta crujía cada vez que Madison subía un escalón. Llegó al pasillo, poco iluminado, del segundo piso y vio varias habitaciones que estaban con la puerta cerrada.

¿Hayley? —volvió a llamar, pero no obtuvo respuesta. Empezó a caminar hacia uno de los cuartos. Agarró la perilla y la giró entreabriendo la puerta, asomando su cabeza. Nada, el lugar estaba vacío y un escalofrío recorrió su cuerpo.

¿En qué momento había llegado hasta ese horrendo lugar? Ella no lo recordaba.

Siguió caminando despacio y titubeante, el lugar le daba miedo y una sensación de vacío. No le gustaba estar ahí. La madera volvió a crujir, pero no se detuvo. Quería llegar al lugar de donde provenía la risa. Su risa.

Quería verla de nuevo.

¿Hayley? —volvió a llamar cuando entreabrió la última de las puertas.

Ese lugar no estaba vacío, todo estaba cubierto por mantas blancas y había un foco que colgaba del techo, iluminando escasamente el cuarto, pero permitiéndole observar mejor el sitio y a la persona que se encontraba a unos metros de distancia. Al fondo, había una enorme ventana por donde se podía ver el cielo oscuro, pero lo más importante era que ahí estaba ella, de pie junto al ventanal, dándole la espalda.

»¿En dónde estamos? —su voz salió en un extraño susurro mientras se acercaba hacia su mejor amiga, hacia su hermana. Pudo observar su cabello rubio y empezó a acercarse con sigilo.

Hayley no volteaba, aunque seguía riendo y eso inquietaba a Madison. Entonces, cuando estaba lo suficientemente cerca, le tocó el hombro.

En ese momento, el panorama cambió, podía escuchar los sollozos de la persona que consideraba su hermana. Ahora, el lugar estaba tan oscuro que ni siquiera podía ver las palmas de sus manos. De pronto, una luz se prendió y la cegó completamente por unos segundos.

Lo siento —Hayley repetía una y otra vez mientras lloraba —Pero no tenía otra opción —su amiga volteó y la miró con ojos llorosos.

No entiendo, Hayley. ¿A qué te refieres? —cuestionó la más pequeña mientras fruncía el ceño. Entonces, observó a todos lados y ya no se encontraba más en la casa vieja, ahora estaba en el sótano.

En el horripilante y temido sótano del orfanato.

»¿Qué ocurre Hayley? —ahora tenía inmensas ganas de llorar y salir corriendo del lugar. Los susurros de su amiga la ponían nerviosa y ansiosa.

Eres peligrosa, debes estar con ellas —la puerta se abrió de golpe y eso sobresaltó a la menor —Lo siento —repitió una y otra vez.

Hayley que... —no pudo terminar de hablar, porque sintió como la alzaban de la cintura.

Sabía que te encontraría, mocosa —escuchó la voz de Borowski y se estremeció por completo —Nunca debiste salir, pero eso ya no importa, ahora te quedarás aquí para siempre —habló con maldad y Madison empezó a dar patadas al aire.

Innocent Blood [The Flash] Barry Allen / Caitlin SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora