Capítulo 18

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—¡Madison! —exclamó una voz, cargada de preocupación, muy conocida por la niña.

Con mucho dolor levantó la cabeza y la observó desde la esquina en donde estaba sentada, hecha un ovillo sobre el suelo. Madi temblaba de pies a cabeza y pequeñas gotas de sudor mojaban su frente.

»¡¿Qué le hicieron?! —cuestionó Hayley horrorizada, viendo el estado en el que se encontraba su pequeña hermana. Sus labios estaban resecos, sus ojos estaban rojos e hinchados, su piel estaba rojiza en algunas zonas y tenía moretones en los brazos.

Hayley no podía moverse, Ethan la sostenía de ambos brazos por detrás; ella se removía intentando escapar, pero no podía hacer nada contra el fuerte chico. Miraba el lugar con completa estupefacción y horror, estaba lleno de estantes con químicos y sustancias de distintos colores, aparatos con cables y una camilla de metal.

—¡Silencio! —escucharon la voz de Moreau y se estremecieron —Bien, dado que Madison no quiere cooperar, le daré dos opciones —empezó a informar la directora de aquel lugar —Aunque no lo creas es muy sencillo saber cuál elegir, pequeña inútil —agarró a Madison del brazo y la obligó a levantarse del suelo. La niña soltó un quejido de dolor.

—Por favor —susurro la menor, aunque la mujer la ignoró completamente.

—De acuerdo, Madison. Tus opciones son las siguientes: utilizas tu poder contra un simple conejo blanco o lo usas contra tu querida amiga Hayley.

—No haga esto, se lo suplico —imploró Madison entre sollozos. A Hayley se le desgarraba el alma ver el estado en el que se encontraba su hermana, pero no sabía qué hacer, no sabía qué decir, estaba conmocionada por la situación.

—Si no decides rápido, la mataré a ella —sentenció Moreau, ignorando las súplicas de la niña. Madison se estremeció en su lugar.

¿Moreau mataría a alguien? Una cosa eran los castigos, los insultos y los golpes; otra muy distinta era quitarle la vida a un ser humano.

—No puedes... —Moreau no la dejó terminar de hablar, porque con una aterradora mirada la hizo callar.

—Si aquella sustancia verde que ves en esa jeringa —Moreau señaló la jeringa que tenía el otro chico en su mano—, ingresa al cuerpo de tu amiga, no lo soportará. Ella no tiene poderes y morirá de forma dolorosa —explicó Moreau, que quería sí o sí analizar cuánto había mejorado la niña desde que había manipulado su poder. Y la única forma de medir su fuerza era matando a un indefenso animal, solo debía apretar el cráneo de aquel pequeño conejo.

—No, no. ¡No puedes hacernos esto! —Madison quiso soltarse del agarre de la mujer, pero no sirvió de mucho.

—No tienes mucho tiempo. Te daré tres segundos —demandó la mujer —Uno —la jeringa se iba acercando al cuello de su amiga. Hayley lloraba en silencio mientras sus ojos reflejaban terror. —Dos...

Antes de que la mujer llegara a tres, Madison gritó con todas sus fuerzas, casi desgarrándose las cuerdas vocales.

Las cosas explotaron y salieron volando al igual que Moreau, la cabeza de la mujer había golpeado fuertemente una viga y la había dejado inconsciente. Ethan y los dos chicos también habían salido disparados golpeándose contra los estantes. Las sillas, la camilla, la mesa volaron, cayendo estruendosamente contra el piso e incluso se desprendieron unas cuantas vigas que estaban pegadas en el techo.

Entonces, ahí fue cuando las rodillas de la niña impactaron el piso junto al cuerpo de Hayley.

La castaña guardó silencio unos segundos, la conmoción era tanta que su cuerpo se había paralizado. No podía procesar lo que estaba viendo.

Innocent Blood [The Flash] Barry Allen / Caitlin SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora