Innocent Blood [The Flash] Barry Allen / Caitlin Snow

Capítulo 2

—¿Qué le pasó? —cuestionó Cisco frunciendo el ceño.

—No tengo idea. Creo que se ha desmayado.

—No me digas, Barry, pensé que había decidido tomar una siesta —respondió Cisco con total sarcasmo. El nombrado no dijo nada, sólo rodó los ojos en respuesta.

—Recuéstala en la camilla —indicó Caitlin para luego empezar a revisar sus signos vitales.

—¿Qué vamos a hacer con ella? —inquirió Barry, sacándose la máscara que cubría la mitad de su blanquecino rostro —Porque lo de sus padres no sonó muy creíble —expresó pasando una mano por su cabello —Además, hay algo que no está bien en su forma de reaccionar, siempre retrocede cada vez que nos acercamos o se estremece si alzo la voz.

—También lo noté —murmuró Caitlin, haciendo una pequeña mueca.

Cisco asintió ante lo que habían dicho sus mejores amigos y le alcanzó a su amiga lo que le había pedido.

—Está estable, pero está deshidratada. Parece que no se alimenta bien —habló mirándolos a ambos —Está débil —continuó dando el diagnóstico. Los tres fruncieron el ceño. ¿Qué había sucedido con la niña? ¿Dónde se encontraba su familia? ¿Dónde vivía?

—Debo llamar a Joe ¿Cierto? —Barry no sabía qué hacer, nunca se había cruzado con una niña metahumana y menos en esas condiciones.

Antes de que alguno respondiera, los quejidos de la menor les hicieron acercarse a la camilla. Madison fruncía el ceño y susurraba cosas que ninguno lograba comprender.

A los pocos segundos, la ojiverde despertó desorientada y lucía asustada. Trató de levantarse rápidamente, pero Caitlin se lo impidió poniendo delicadamente una mano en su hombro. Barry de inmediato se colocó la máscara para no ser descubierto.

—Tranquila —habló la de ojos castaños con calidez, haciendo que la niña se calmara ligeramente. Algo en su voz le hacía sentir un poco de alivio.

Caitlin se dio cuenta que Madison giró su cabeza en dirección del doblez de su brazo, percatándose de la aguja que estaba incrustada en la piel del interior de su codo, La muchacha observó los ojos de la niña abriéndose ligeramente, expresando terror.

Flash también notó el repentino cambio de estado emocional. El velocista la vio tan vulnerable que, en ese momento, se cuestionó si en verdad era un problema o sólo necesitaba ayuda.

Madison observó la aguja con horror mientras los recuerdos de aquel lugar invadían su cabeza. Imágenes de agujas incrustadas en su cuello, brazos; imágenes de esas sustancias recorriendo su anatomía se reprodujeron sin control alguno por su mente. La angustia se vio reflejada en su pequeño rostro, las horrendas experiencias se proyectaron en su cabeza, queriéndose arrancar de inmediato aquella aguja de su piel.

No podía tener aquel extraño objeto en ella. No podía dejar que le inyectaran alguna sustancia.

—No, espera, Madison, vas a hacerte daño —Flash evitó que la niña se arrancara la aguja de un tirón.

—Por favor, me va a doler. No quiero que ese líquido duela —expresó con temor, observando a Caitlin.

—Hey, no va a doler nada —aseguró la chica, algo preocupada por la reacción y palabras de Madison —Son sólo medicamentos para que te sientas mejor, para que estés más fuerte y no vuelvas a desmayarte —explicó la muchacha, tomando la pequeña mano de la niña —Sólo un par de minutos más y la retiro ¿De acuerdo?

Madison la observó unos interminables segundos, esperando que riera y le dijera que todo había sido una mentira, que en verdad iba a doler como los mil demonîos. Esperaba que se riera de ella por lo ingenua que estaba siendo, pero nada de aquello ocurrió. Simplemente Caitlin la observó con aquella característica sonrisa.