Innocent Blood [The Flash] Barry Allen / Caitlin Snow

Capítulo 21

Oliver y John se quedaron quietos en su lugar. Aquel ruido los había alertado, pero, sin muchas opciones por hacer, siguieron avanzando por aquel estrecho pasillo. Lo único que les ayudaba a ver era la pequeña linterna que cargaba John en su mano derecha.

Oliver estaba con su arco en la mano izquierda, atento por si alguien aparecía o algo ocurría. Continuaron dando pasos hasta llegar a una puerta de vidrio. Se detuvieron frente a esta y John la abrió con cuidado. Extrañamente esta no tenía seguro o alguna clase de seguridad.

Entraron con todos sus sentidos puestos en la situación, sabían que era extraño haber logrado entrar tan fácilmente y sin ningún tipo de trabas. Conforme avanzaban podían divisar unas cuantas celdas y cuartos, aunque no había nadie en ellas. Todo estaba en completo silencio y desolado, sin ningún rastro de personas.

Las luces se encendieron de repente, haciendo que ambos muchachos se detuvieran abruptamente. Cerraron un momento los ojos y luego los abrieron, acostumbrándose a la luz blanca.

John guardó la linterna y sacó su pistola, velozmente.

—Bienvenidos —se escuchó la voz de una mujer. Ambos hombres voltearon, pero no encontraron a nadie —Si regresan por donde vinieron, los dejaré marcharse sin problema alguno —empezó a decir aquella neutral voz.

—Muéstrate —exigió el encapuchado, en su característica voz grave.

Una risa sin nada de gracia se escuchó.

—Quien da las órdenes soy yo.

—No nos iremos.

—Bueno, conste que les di una oportunidad —murmuró aquella voz —Ahora esto se resolverá por las malas. Estaré encantada del espectáculo —nuevamente aquella risa.

Entonces, se sumieron en un abrumador silencio.

Y la pelea comenzó.

De repente, aparecieron seis chicos de entre 16 a 18 años, todos ellos eran grandes fuertes y tres de ellos tenían súper fuerza.

—Encuéntralos, yo los distraigo.

—Bien —Arrow asintió para luego darle con una de sus flechas a uno de los muchachos que trató atacarlo, dejándolo inconsciente.

Recorrió todas las habitaciones, esperando a que en una de ellas estuviera Barry con la niña. Siguió avanzando y llegó al último cuarto, la puerta era de color blanca y se percató que había un aparato con números, ubicado en la parte superior derecha de la puerta. Entonces, supo que sólo podía entrar con la clave que, obviamente, no tenía.

—Hay un problema, Felicity —habló por el auricular.

—¿Qué problema? —cuestionó la rubia.

—Creo que los he encontrado, pero la puerta tiene una clave. No podré abrirla sin saber lo dígitos.

—Coloca el aparato que te di antes de salir, el de color negro, a la altura de la cerradura.

Oliver rebuscó en sus bolsillos y sacó el pequeño aparato. Pero, antes de que hiciera lo que le había pedido Felicity, tuvo que actuar rápido y lanzar otra de sus flechas a un chico que se estaba acercando a toda velocidad. El muchacho cayó inconsciente al piso.

Aquello sólo significaba que, quien sea que estaba al mando del lugar, ya se había dado cuenta que había encontrado la habitación donde estaba Barry y la niña.

—Listo.

—Bien, un momento, trataré de hackear el sistema.

—No tardes.