Innocent Blood [The Flash] Barry Allen / Caitlin Snow

Capítulo 39

IMPORTANTE: LEAN, por favor: 🙏🙏🙌

Hola, quería decirles que he EDITADO todos los capítulos que he subido hasta ahora.
ESTA NUEVA VERSIÓN tiene muchas más cosas, es más larga y hay una mejor redacción y mejor desarrollo de los personajes. 😊 Así que, LES RECOMIENDO (en esta cuarentena, ahre) que, si gustan, VUELVAN a leer la historia (si la tienen en sus bibliotecas, vuélvanla a colocar)

GRACIAS y ya pueden seguir con el capítulo.

>>>>><<<<<

Al llegar a casa, Caitlin, Jay, Iris, Cisco y Joe ya se encontraban ahí. La niña se quitó su abrigo y lo dejó en el viejo perchero junto los demás. Entró a la sala mientras Barry cerraba la puerta.

—Justo a tiempo —escuchó las palabras de Joe —Lávense las manos que comeremos —observó a Barry y a Madison. Ambos rodaron los ojos, pero le hicieron caso.

Entonces, todos se sentaron a la mesa y comenzaron a alimentarse con la exquisita y variada comida. El ambiente se llenó de risas por los comentarios de Cisco. Madi admiró el panorama. Nunca en su corta vida hubiera imaginado estar sentada así, junto a personas que la habían ayudado tanto, con personas que de ahora en adelante serían su familia. Personas con las que podía contar y sentirse protegida.

Sonrió.

"Como hubiese querido que estés aquí Hayley, lo hubieras amado" "Pudimos haber sido felices con ellos, las dos juntas"

Por un momento pensó en la existencia de las otras Tierras. Tierras que Cisco le había tratado de explicar y ella comprendía en un ochenta por ciento. Tierras en donde existían personas idénticas a ella... a todos los que estaban ahí, pero que tenían una historia y vida completamente diferente.

¿Hayley seguiría con vida en otra Tierra? ¿En un lugar paralelo a ese? Negó levemente con la cabeza; no podía pensar así, porque no sería su Hayley, no sería su hermana.

"Te prometo que haré que valga la pena, Hayley. Trataré de no perderlos como a ti"

"Y lamento haberte quitado la oportunidad de que vivas con ellos"

Un inexplicable nudo en su garganta se formó, pero se obligó a tragárselo. No era momento de llorar, no era momento de pensar en la vida que hubiese tenido si Hayley estuviera ahí con ella.

No era momento de pensar en su muerte.

—¿Quieres más? —Caitlin, que estaba a su costado, le preguntó, rompiendo con el hilo de sus pensamientos y trayéndola de vuelta a la realidad.

—No, estoy muy llena. Estuvo delicioso, pero ya no puedo comer más —respondió observándola —¿Me ayudas a servir agua en el vaso? —Madison lo haría, pero la jarra de vidrio lucía muy pesada y no se arriesgaría a usar sus poderes, que estos no funcionasen como era debido y derramara todo sobre la mesa.

—Claro que sí.

Una vez que ayudó Madi a llevar los platos y cubiertos a la cocina, la niña decidió ir a ponerse ropa algo más cómoda, pero abrigadora. Llegó al segundo piso y primero fue al baño, hizo sus necesidades, lavó sus manos, su rostro y los dientes. Al salir se dirigió a su cuarto y se cambió por el conjunto de ropa que había elegido -pantalón de chándal color negro y una bonita chompa de color beige- y se lo colocó sus cómodas zapatillas blancas.

Bajó las escaleras y, ahora, todos se encontraban en la sala. Lo primero que vio fue a Cisco con una tetera de color roja intentado servir el contenido en una taza, sentado al lado de Joe en uno de los sillones. En el otro sillón estaba Barry y Iris. Y en el sofá estaba Jay.